Bridgestone: Caravana solidaria
Con la mirada puesta en los niños y con la convicción de que la responsabilidad social empresaria debe llevar adelante acciones transformadoras, Bridgestone impulsó la Caravana solidaria para asistir a diferentes escuelas de todo el país. Partiendo del concepto de desarrollo sustentable, el foco de la campaña está puesto en el voluntariado para llegar a […]

19 Ene, 2018

Con la mirada puesta en los niños y con la convicción de que la responsabilidad social empresaria debe llevar adelante acciones transformadoras, Bridgestone impulsó la Caravana solidaria para asistir a diferentes escuelas de todo el país.

Partiendo del concepto de desarrollo sustentable, el foco de la campaña está puesto en el voluntariado para llegar a los niños. Con esta iniciativa, la compañía busca generar un cambio en chicos y maestros de escuelas de zonas rurales de la Argentina, brindarles apoyo, acercarles donaciones y pasar tiempo con ellos.

En general, estas escuelas son de difícil acceso y quedan privadas de cualquier ayuda social. Por eso, los empleados y centros de servicios de Bridgestone, proveedores y sponsors se sumaron a este proyecto a través de la donación de alimentos, libros, ropa, medicamentos, útiles escolares, juguetes, zapatillas y utensilios y mobiliario de cocina.

El trabajo no es fácil y su ejecución implica meses de preparación. Comienza con la visita de inspección donde se evalúan las necesidades las escuelas y la hoja de ruta. Luego se convocan voluntarios, clientes, proveedores y empresas amigas. Finalmente, se carga todo en un camión que viaja lleno de sueños e ilusiones.

Mediante este proyecto, la compañía buscó expandir su ayuda y compromiso con la sociedad más allá del partido de Lomas de Zamora, en donde aplicaba la mayoría de sus acciones de responsabilidad social.

Los resultados de la campaña fueron contundentes. Desde 2010 involucró a 256 voluntarios que llevaron su vocación de servicio a 2.352 alumnos de 45 escuelas en las provincias de Corrientes, Misiones, Salta, Jujuy, Mendoza y Catamarca. En 2016, en el departamento de Belén, provincia de Catamarca, participaron 48 voluntarios que llevaron desde Buenos Aires 20 toneladas de donaciones, el equivalente a 45 m2, distribuidos en quince camionetas y un camión tráiler.

“A pesar de que los chicos tienen su familia, es muy importante para ellos el trabajo que se realiza en el comedor”, explicó Graciela Chaile, directora de la Escuela Muñiz de Belén, quien se mostró por demás agradecida con la ayuda recibida.

La iniciativa ayudó a la toma de conciencia dentro de la compañía y en la red de centros de servicio, quienes para la edición de 2017, que tuvo lugar en Chilecito, La Rioja, colaboraron con la donación de 25.000 dólares en alimentos.

“La Caravana, como nos gusta llamarle afectuosamente, continúa creciendo para lograr un futuro más sustentable para los niños”, indicaron los responsables de esta cruzada. Y concluyeron: “El mayor impacto recordable, es sin duda, el agradecimiento de todos los niños a los que pudimos acercar donaciones que le permitiesen continuar estudiando, el tiempo compartido con ellos y la voluntad de los maestros que dedican su vida a los alumnos, maestros que además son padres y madres del corazón. Los testimonios son desgarradores, con historias de vida muy sacrificadas, pero siempre con la frente en alto y

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