El BCRA busca ampliar la red de cajeros automáticos
La entidad viene impulsando la apertura de cajeros automáticos no bancarios en cadenas comerciales. Las estaciones de servicio muestran interés, no así los supermercados. La baja bancarización eleva los costos y demora los objetivos de competencia de la autoridad monetaria. El Banco Central (BCRA) viene impulsando la apertura de cajeros automáticos no bancarios en cadenas […]

17 May, 2018

La entidad viene impulsando la apertura de cajeros automáticos no bancarios en cadenas comerciales. Las estaciones de servicio muestran interés, no así los supermercados. La baja bancarización eleva los costos y demora los objetivos de competencia de la autoridad monetaria.

El Banco Central (BCRA) viene impulsando la apertura de cajeros automáticos no bancarios en cadenas comerciales para facilitar el acceso del público a la extracción de efectivo y a realizar transferencias y pagos, como parte de sus objetivos de inclusión financiera y en la búsqueda de una mayor competencia.

El objetivo de la entidad encontró una respuesta positiva en la red de estaciones de servicio, en donde se está evaluando instalar cajeros independientes de las redes Banelco y Link para ahorrar los costos de manipulación de efectivo. Los supermercados no se sumarían. Para las empresas no financieras que instalan los cajeros, la baja bancarización no ofrece un mercado suficiente para soportar la inversión que requiere la instalación de cajeros y la interconexión a las tarjetas de débito de los usuarios.

Las condiciones para cumplir esta interconexión se plasmaron en la reciente comunicación A 6483 del BCRA, sucesora de la 6236, que buscaba extender la red de casi 20.000 cajeros de entidades financieras habilitando a cualquier entidad comercial a instalar cajeros e incluso recargarlos con su propia recaudación.

“La norma está enmarcada en el intento del BCRA de propender a la bancarización y fomentar la competencia bancaria”, dijo Marcelo Bastante, socio líder de Financial Advisory de Deloitte. “Esta comunicación lo que está introduciendo es que nuevos jugadores puedan incorporarse proveyendo servicios de cajeros para generar alternativas a las redes existentes. Se entiende que esto contribuiría al desarrollo de la bancarización, sobre todo en algunas regiones del país en las cuales la población tiene poco acceso a los productos bancarios”.

Gastón Inzaghi, socio líder de industria de Bancos y Entidades Financieras de PwC Argentina, destacó que con la nueva norma “inicialmente se reducen los costos de custodia y traslado, se da mayor accesibilidad a los usuarios de tarjetas de débito para poder disponer de efectivo sin tener que trasladarse a un banco, sobre todo en ciertas localidades donde escasean, y permite planificar de manera anticipada cuánto efectivo necesitarán”.

A la fuerte concentración de la cantidad de cajeros en la ciudad y provincia de Buenos Aires se suma la baja penetración de los mismos en todo el país: según datos del BCRA, al segundo semestre de 2017, el país posee 4,4 cajeros por cada 10.000 adultos, mientras que en México este valor es de 5,4 y en Brasil, de 11,5.

Inzaghi señaló que, para acceder a los nuevos cajeros no bancarios, “la persona necesitará contar con una tarjeta de débito emitida por una entidad financiera, para lo cual deberá tener productos asociados a la misma, tales como depósitos de ahorro, cuentas a la vista, cuentas sueldo o cuentas corrientes”. Y resaltó que la entidad financiera “no podrá percibir comisiones adicionales de sus clientes, así como tampoco tener vinculación con las empresas no financieras que exploten y/o administren estos cajeros”.

Interés de los expendedores de combustible

La red de estaciones de servicio está evaluando la medida como una alternativa frente a la decisión de los bancos de cobrar comisiones del 0,5 a 1% por depositar efectivo.

“Los bancos tradicionales quieren cobrar un porcentaje por el ingreso de efectivo, un castigo innecesario para las estaciones de servicio, sobre todo del interior, donde se usa mucho efectivo. Esto tiene que ver con que el BCRA está exigiendo a todos los bancos que dejen de recibir efectivo porque genera costo de clearing y de transporte de caudales. Y porque no tiene capacidad para seguir soportando el ingreso de efectivo”, dijo Guillermo Lego, director ejecutivo de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA).

La medida es más gravosa para los estacioneros porque los bancos cobran sobre el total del efectivo depositado, pero el 90% es de la petrolera y sólo el 10% es la parte del comerciante.

Los dirigentes de la cámara se reunieron en enero y marzo pasados con autoridades del BCRA, quienes les sugirieron la instalación de cajeros automáticos y la utilización de vías electrónicas de pago para evitar el movimiento de efectivo. Así es que la institución está negociando con la empresa Power Consultant y con la red Link el costo de instalación del sistema de cajeros.

La idea es que la instalación de los cajeros no bancarios le permita al expendedor reemplazar el efectivo retirado por su cliente con la recaudación del día, que a su vez iría como forma de pago a la petrolera. El costo para el estacionero debería ser menor que la comisión que pide el banco por el depósito de efectivo y el pago del traslado de los caudales. Además, Power Consultant también estaría armando un esquema de compensación diario y mensual para el expendedor por cada transacción que hace el cliente.

Los estacioneros también buscan implementar el código QR con Mercado Pago para evitar el movimiento de dinero. “Hay que adaptar los surtidores”, puntualizó Lego. Hoy se está probando el sistema en el surtidor del presidente de la confederación, en Corrientes. “Es un costo pero es digerible”, añadió. “Si la persona tiene Mercado Pago, el costo de la operación es menor que el arancel que cobra la tarjeta de crédito. Si el cliente no tiene fondos y paga con tarjeta, ésta cobra lo que tiene que cobrar”, señaló, un arancel del 1,25% en promedio.

CECHA es una entidad de tercer grado a la que están adheridas federaciones y cámaras del país. Deberá impulsar estas iniciativas entre los expendedores. “Va para largo. Este año la idea es tratar de instalar como mínimo 100 estaciones, sobre unas 4.945 de todas las marcas”, precisó Lego.

Los supermercados no se suman

Por el contrario, a los supermercados no les interesa instalar estos cajeros no bancarios, debido a los altos costos que esto implica, según indicaron fuentes del sector. Los comercios enfrentan costos de tecnología y asociados a medidas de seguridad, que deberían ser compensados con un mayor flujo de clientes.

Según indicaron, les es más rentable el servicio de extra cash, que permite retirar dinero a los clientes abonando su compra con tarjeta de débito. En tanto, no les es posible ahorrar costos de traslado de caudales porque las empresas de transporte suben la tarifa cuando se manda menos efectivo. “Lo que se gana por un lado se pierde por el otro”, indicaron. A su vez, muchos supermercados tienen negocios instalados, como la venta de efectivo a entidades no bancarias a cambio de dólares o cheques. Y la mayoría de los supermercados ha avanzado en convenios con entidades financieras o tiene sus propias financieras para atender al consumidor.

Entre los proveedores de servicios, el interés también puede ser limitado por el bajo nivel de bancarización del país, que reduce la masa crítica necesaria para recuperar la inversión.

“La norma dispone que las entidades no bancarias podrán cobrar cargos por el uso de los cajeros que deberán ser informados al usuario y además exhibir una leyenda que indique que esa operación podría no tener costo en una entidad financiera y así permitirle al cliente desistir”, indicó Inzaghi.

“La ecuación deberá considerar la relación entre el costo de instalación y el mantenimiento del cajero automático, cuánto cobrarán por el servicio, y cómo se verá incrementada su actividad comercial por contar con uno en su local”, agregó.

Por su parte, Bastante consideró que un nuevo player que quiera ingresar tendría que estudiar el business case para sustentar la inversión, porque no sólo deberá invertir en los cajeros sino en la red de interconexión: “Requiere una inversión mayúscula. Los ingresos transaccionales no cubren los costos de la red de cajeros automáticos. No veo que sea un negocio apetecible”.

Y lo comparó con el negocio bancario: “Los bancos tienen la ventaja de contar con la integración vertical, donde las entidades son dueñas de las redes de cajeros automáticos, lo que permite la interconexión. Una empresa que sólo se dedique a la explotación de cajeros tendría una partecita del negocio y tendría que evaluar dónde se instala. Le va a costar más. Una alternativa es tratar de focalizarse en una región no bancarizada para que tenga un mayor nicho de mercado”.

Para el especialista, “en definitiva, la norma deja la puerta abierta para el ingreso, en un futuro, de nuevos jugadores, pero esta medida aislada no logra el objetivo. Tiene que estar acompañada de varias medidas para reducir el nivel de informalidad de la economía y los impuestos relacionados con las transacciones formales y, además, aumentar la bancarización”.

Para Inzaghi, con la iniciativa, “puede lograrse una mayor bancarización”, aunque señaló que “todavía es significativamente baja en relación a otros países de la región”, y “permite la entrada de nuevos proveedores de ATM”.

También resaltó que “el comerciante podría observar un incremento en su actividad, especialmente en localidades que hoy no cuentan con cajeros automáticos o la demanda resulta insatisfecha”.

El experto agregó que, mientras busca impulsar una ampliación de la red de cajeros automáticos, el BCRA ha propiciado un mayor uso de los instrumentos de pago electrónicos para reducir la utilización de efectivo en las transacciones económicas, como el botón de pago, la billetera electrónica, el pago electrónico inmediato (PEI), el débito inmediato (DEBIN), y la obligatoriedad dispuesta por la AFIP de que los comercios acepten pagos con tarjetas de débito en consumos mayores a 10 pesos.

“Es evidente que la utilización de medios de pago electrónicos permite un mayor registro de las transacciones y, por consiguiente, contribuyen a la formalización de nuestra economía, lo que implica mayor trazabilidad y registro, mayor seguridad, eficiencia y menores costos”, enfatizó Inzaghi.

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