El campo se reorienta hacia la producción sustentable
En los últimos 30 años las prácticas sustentables en el balance de carbono del suelo han incrementado sensiblemente la producción.
Producción agropecuaria sustentable

30 Ago, 2022

La producción agroindustrial representa el 70% de las exportaciones y solo en 2021 el sector generó ingresos de 55.000 millones de dólares.

De la mano de la suba de los precios de las commodities en la presente campaña se estima una superficie cultivada récord de 38,7 millones de hectáreas, medio millón más que en el período anterior.

Según el Censo Nacional Agropecuario, en 2018 existían más de 40 millones de cabezas de ganado bovino y otras 15 millones entre ovinos, caprinos, porcinos y equinos. La preservación del recurso resulta vital para la sustentabilidad. En el caso de la ganadería, la polémica surge a partir de la emisión de gases de efecto invernadero.

Estudios de la Universidad de California difundidos por la Fundación Producir Conservando, sin embargo, demuestran que del total de esas emisiones, apenas el 2% resultan del metano que emiten los rumiantes.

Por otro lado, aseguran: “Los bovinos sintetizan el metano emitido a partir del carbono que ya estaba en el aire, y que fue antes capturado mediante fotosíntesis por las plantas que ellos consumen. El ganado no adiciona más carbono a la atmósfera, simplemente recicla el que ya existía. Lo opuesto ocurre en las industrias que queman combustibles fósiles: año tras año adicionan a la atmósfera, sin intermitencia, nuevos volúmenes de carbono”.

“Hay muchos indicadores que muestran que la Argentina, desde el punto de vista de la producción agrícola, es sustentable.” Gustavo Oliverio, Fundación Producir Conservando.

Datos generados por la Fundación Producir Conservando (FPC) muestran que en períodos de 20 a 30 años de prácticas sustentables en el balance de carbono del suelo se ha incrementado sensiblemente la producción.

Gustavo Oliverio, asesor y coordinador de Proyectos de esta fundación en diálogo con NBS destaca: “Hay muchos indicadores que muestran que la Argentina, desde el punto de vista de la producción agrícola, es sustentable. La sustentabilidad tiene tres patas, una económica, la otra pata es la social y la última es la específicamente ambiental que, en realidad, integra a las otras dos”.

Oliverio explica: “Las dos posibilidades de degradación irreversible del suelo son la erosión o la salinización que se produce cuando hay un exceso de riego o una inundación. Los relieves muy planos tienen niveles de erosión relativamente bajos. La tolerancia que plantea la ecuación internacional es de 5 toneladas de suelo por hectárea. La Argentina con la agricultura tradicional estaba por debajo de ese valor y luego, con la siembra directa, los niveles de erosión bajaron a valores ridículos, porque con algo de rastrojo en superficie el proceso no se inicia”.

Mano de una persona agarrando tierra

Vicente Leo Martín, fundador y CEO de la consultora Flash Agro, recuerda: “Sri Lanka hace dos años prohibió la importación de agroquímicos, les cayó la producción a la mitad y hubo muchas protestas por el hambre. Es un caso extremo. Sobre el glifosato no hay evidencia de que haga daño, pero tiene mucha mala propaganda. Ya es difícil revertir su imagen de componente tóxico. Sin embargo, es el agroquímico más utilizado aunque se usa cada vez menos porque ya hay malezas resistentes y hay lugares donde está prohibido el uso alrededor de los pueblos y las ciudades. Se va a ir reemplazando por otros productos”.

Fertilizantes y reposición del suelo

Desde el punto de vista de la preservación del suelo, Gustavo Oliverio señala:

“Para simplificar: es sustentable medir qué obtengo y le saco al suelo y qué le devuelvo con fertilizantes, por ejemplo. Si el resultado es neutro, el proceso es sustentable”. El especialista sostiene: “Muchas veces confundimos ser sustentable con no usar agroquímicos, lo cual no es acertado. La cuestión de la sustentabilidad es de suma cero: obtengo pero devuelvo”. Por eso, continua: “Un producto puede ser orgánico pero no sustentable, por ejemplo, porque extraigo del suelo y no repongo lo que obtengo. Es importante diferenciarlos: sustentable tiene relación con infinito. Agroquímico no necesariamente es una mala palabra”.

Para Vicente León Martín, existe mayor conciencia de la necesidad de cuidar el ambiente y las napas: “Cuando salí de la facultad se usaba Paration que era un insecticida peligrosísimo que se usaba incluso para suicidarse. Ahora hay mucha más conciencia para cuidar el ambiente y a las personas”.

Para Gustavo Oliverio la producción agrícola en la Argentina es sustentable. “Todavía no se pueden mostrar los balances de carbono porque requiere un trabajo de información importante, pero uno de nuestros especialistas, Ernesto Viglizzo, demuestra que la agroindustria resulta neutral, tomando como base la métrica internacional. Argentina no está en una mala posición. Europa está rota y no tiene uso de tecnología. Hay situaciones terminales donde ya no hay suelo. Brasil, con suelos tropicales pero con un uso agrícola muy novedoso, con siembra directa y aplicando tecnología, está haciendo las cosas mucho mejor”.

 

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