Estamos trabajando para transformar el Banco Nación en una sociedad anónima
El presidente del Banco Nación, la entidad más grande del país, reveló su visión y proyectos sobre el rumbo que tomará la entidad pública durante la gestión de Javier Milei.

20 Ago, 2024

Daniel Tillard cuenta con una amplia y destacada trayectoria en el sector bancario. Ocupó cargos jerárquicos en la dirección del Banco Provincia cuando el actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos, encabezó la entidad entre 2007 y 2011, luego se desempeñó como presidente del Banco de Córdoba (Bancor) por ocho años. En diciembre pasado, a raíz de la cercanía con Francos logró el respaldo para estar al frente del banco más grande del país.

¿Cuál es la evaluación actual del banco?

—Nosotros, en los primeros días de enero del 2024, implementamos un programa para ofrecer créditos pyme altamente competitivos. Además, acompañamos el crédito familiar, lo que resultó en que el banco desembolsara 6.000 millones de pesos en préstamos durante el primer semestre. Esto representa un incremento del 50% en términos reales con respecto al año anterior. Ya en junio habíamos liquidado más crédito de lo que el banco otorgó en 2023, lo que demuestra una devolución muy favorable. Nos hemos enfocado en todas las economías regionales porque entendemos las necesidades de las pymes locales y respondemos acorde a sus requerimientos. La cartera de crédito al último día de diciembre del 2023 mostraba una irregularidad del 12%, una cifra extremadamente alta. Por ello, además de impulsar las gestiones de recuperación de cartera, nos dedicamos a depurar. Hoy en día, el índice de regularidad del banco ha descendido rápidamente al 3%, y nuestro objetivo es que este ratio se ajuste a los índices del sistema financiero en general, donde un buen ratio es del 2,5%.

El rol del Banco Nación es impulsar el crédito pyme y construir el crédito hipotecario en Argentina, manteniendo el liderazgo como el banco más grande del país.

—¿Cuál es el porcentaje de los 6.000 millones de pesos de los desembolsos que corresponde a las familias?

—Aproximadamente es un 30%, el resto de los créditos están concentrados en pymes y empresas regionales. Hemos fortalecido nuestra posición en la oferta de capital de trabajo y descuento de cheques, donde alcanzamos a 250.000 mipymes en todo el país, desde pequeñas empresas hasta compañías que facturan 150 millones de dólares anuales.

—¿Y ahora con qué tasas están?

—Actualmente, las tasas están en 27% para créditos en pesos y 3% para dólares. Ofrecemos financiamiento a pymes para la adquisición de maquinaria con plazos de hasta cinco años y, en algunos casos, hasta siete años. Estas pymes forman parte de agrupamientos exportadores.
En cuanto a familias, la reconstrucción del crédito hipotecario es compleja, no sólo debido a la tasa. Para préstamos hipotecarios a 30 años en UVA, con una tasa del 4,5% para vivienda única, incluimos una opción de seguro.

—¿Y los créditos hipotecarios? ¿Cuántos tienen otorgados?

—Hay, aproximadamente, 400 casos en proceso de liquidación. Hace unas tres semanas realizamos las primeras escrituras. Hemos convocado a todo el equipo de las sucursales y de la capital para enfatizar que los créditos son una tarea primordial. Mientras tanto, estamos trabajando en una sistematización para que sea posible ofrecer créditos hipotecarios rurales, algo que anunciaremos en los próximos meses.

—¿Y cuál considera que es el rol de la banca pública en esta nueva gestión? 

—El rol del Banco Nación es impulsar el crédito pyme y construir el crédito hipotecario en Argentina, manteniendo el liderazgo como el banco más grande del país. Debemos crecer en la participación en el mercado y prepararnos para un momento que no vaya a haber más cepo. Obviamente, existen cuestiones organizacionales que estamos debatiendo sobre el gobierno del banco y que buscan lograr una mayor transparencia.

—¿Cuáles son las cosas que están debatiendo?

—Hay un decreto vigente que ordena que el Banco Nación sea una sociedad anónima. Hubo un debate en el Congreso sobre la apertura de capital del banco, a la que se refirieron como una privatización genérica, pero en realidad se trataba de una apertura de capital. El Congreso decidió no tratarlo. Sin embargo, el decreto sigue vigente y estamos trabajando en la transformación del banco en sociedad anónima, con el objetivo de mejorar su funcionamiento. En lo personal, me siento un defensor de la banca pública. Para esto, necesitamos considerar una participación de capital privado, similar al caso del Banco do Brasil en los 90, que fue recapitalizado y posteriormente cotizado en Nueva York sin perder su misión de banco público regional que compite de igual a igual contra el Santander, el Itaú y otros.

—Al principio parecía que se trataba de un proyecto de privatización pura.

—Hablo por mí, no fue ese el planteo. Desde diciembre lo vengo expresando ante las gerencias zonales. El Banco Nación es imprescindible para el desarrollo de la pyme regional. Por ahora, la banca privada no hace ese trabajo. Las empresas, cuando exponen sus planes, mencionan que el banco tuvo una importancia tremenda. Pero cada sector dice lo que cree.

—Con participación privada, ¿cree que el banco mantendrá su carácter federal?

—Obviamente, lo que propongo es que haya un debate. Vuelvo a insistir en el tema del Congreso: no es una cuestión de mi voluntad ni del Poder Ejecutivo. Lo que digo es que deberíamos analizar este concepto para un mundo en expansión. Pero sí existen intereses en que el Banco Nación siga siendo la “caja boba” de muchos sectores.

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