Tarjetas de crédito incorporan la tecnología biométrica
Las marcas líderes se encuentran desarrollando pruebas piloto para agregar esta nueva modalidad a los mecanismos de seguridad disponibles para la realización de las transacciones con plásticos. Tanto Mastercard como Visa están en campaña para renovar y mejorar las tecnologías de seguridad que utilizan en las transacciones realizadas con sus tarjetas para operaciones físicas. La […]

16 Mar, 2018

Las marcas líderes se encuentran desarrollando pruebas piloto para agregar esta nueva modalidad a los mecanismos de seguridad disponibles para la realización de las transacciones con plásticos.

Tanto Mastercard como Visa están en campaña para renovar y mejorar las tecnologías de seguridad que utilizan en las transacciones realizadas con sus tarjetas para operaciones físicas.

La primera de ellas ya desarrolló una prueba piloto en Sudáfrica durante 2017, mientras que Visa se encuentra en un proceso de características similares en Chipre y los Estados Unidos.

Antes de realizar las primeras pruebas concretas, Visa promovió un estudio de mercado entre sus clientes norteamericanos, que se mostraron proclives a la incorporación de esta nueva modalidad. El estudio, realizado sobre una muestra de mil casos, dio como resultado que un 86% de los consumidores tiene interés en usar la biometría para verificar su identidad a la hora de realizar pagos y más de un 65% de los consumidores ya está familiarizado con la biometría.

Según el relevamiento, el método con el que más familiarizados están los consumidores es el reconocimiento de la huella dactilar. Un 30% ya lo había usado una o dos veces y otro 35% lo usa en forma regular, principalmente para desbloquear los teléfonos celulares. Por eso, de todas las técnicas de autenticación biométrica investigadas, el reconocimiento de la huella dactilar fue el que más alto clasificó (50%) en términos del método de autenticación más deseable para usar en un establecimiento físico.

En diálogo con NBS Bancos y Seguros, Fernando Méndez, vicepresidente de Productos Emergentes de Visa para Latinoamérica y el Caribe, aclaró que esta iniciativa no es una respuesta a un aumento de la vulnerabilidad. “Simplemente, mejoramos el ecosistema de soluciones de seguridad que tenemos, agregando más capas de seguridad. Desde la perspectiva de la empresa, estamos en una carrera constante contra los defraudadores. Nuestro trabajo y obligación es anticiparnos y preparar nuestra infraestructura y las redes de pago para seguir robusteciendo la seguridad. Es un paso natural”, explicó.

La nueva tecnología no reemplazará los mecanismos vigentes ya extendidos en la región y nuestro país, como es el microchip asociado a la tecnología EMV. El concepto que busca desarrollarse es el de alimentar las sucesivas “capas de seguridad” que, según detalló el vocero regional de la compañía, se inician “en el momento en que se efectúa el pago con el microcircuito y la propia tarjeta y la verificación del tarjeta habiente. A medida que esa solicitud y autorización de compra viajan a nuestro sistema y al banco emisor de la tarjeta, se van haciendo verificaciones adicionales y cada una de esas capas de seguridad va consolidando y verificando que la transacción sea real y no resultado de un fraude. Estamos robusteciendo y seguimos agregando nuevas funcionalidades a esa protección”.

Méndez agregó que “tenemos años trabajando en este frente. El último gran salto tecnológico que dimos fue el de las tarjetas con microcircuito, donde el objetivo fundamental fue movernos de los datos estáticos que tenían antes las tarjetas a datos dinámicos, para que no fuera fácil copiar la información de una tarjeta sino que, agregando datos únicos para cada transacción, esa información que se genera al hacer una compra no pueda ser utilizada en otro momento”.

“De lo que se trata ahora es de agregar esa funcionalidad biométrica adicional con ese microcircuito, permitiendo que el tarjeta habiente se verifique directamente con su huella en la tarjeta. Esto es realmente nuevo, se han hecho algunos pilotos con la funcionalidad de tarjeta con chip de contacto, donde la tarjeta se inserta en la terminal en el datafono del comercio. Pero la novedad y la nueva experiencia que estamos teniendo con este piloto es incorporar la capacidad de pago en contacto por proximidad”, puntualizó el ejecutivo e indicó que “la verificación de la huella digital se contrasta con el microcircuito, que activa la tarjeta y se hace la transacción de manera muy rápida, simplemente acercando la tarjeta al lector del punto de venta, agilizando la transacción y garantizando la seguridad”.

Consultado sobre si la nueva tecnología implica la renovación de la infraestructura en los comercios y puntos de venta, Méndez explicó que “esto funciona con el mismo estándar que existe actualmente. Toda la verificación para activar el microcircuito se da dentro de la propia tarjeta. El flujo de información y el intercambio de datos entre la tarjeta y la terminal del punto de venta es exactamente el mismo que existe actualmente, de modo que no es necesario hacer ningún cambio”.

Respecto a los plazos de implementación, el directivo detalló que “estamos en proceso de prueba piloto. Si el resultado es exitoso y la experiencia es positiva, esperamos que se comience a comercializar a fines de 2018 o inicios de 2019. La llegada a la Argentina dependerá de la estrategia de cada banco en el país. Es una opción que se pone a su disposición, un mecanismo nuevo que van a poder utilizar pero que dependerá de sus necesidades y estrategias”.

Analizando la experiencia de uso de los tarjeta habientes

Méndez comentó que el objetivo de las pruebas piloto que vienen llevando adelante es “analizar la experiencia de uso de los tarjeta habientes. La idea es conocer sus percepciones y determinar qué tipo de educación eventualmente hay que generar para los futuros usuarios. Queremos evaluar si los clientes entienden o necesitamos hacer un esfuerzo en campañas de educación. Esos son los aprendizajes que esperamos tener durante esta experiencia”.

Con todo, según detalló el experto, el sistema es sencillo para el cliente. Cuando se entrega la tarjeta en el banco se realiza, al menos, un registro de la huella digital. Las tarjetas tienen la capacidad de registrar varias huellas. “Recomendamos que se hagan dos por respaldo, para que si, por ejemplo, tenés una herida en el dedo, o lo que fuera, la puedas seguir usando. El plástico de la tarjeta tiene una pequeña ventanita que es el lector de la huella digital. Al momento de la compra, lo único que hay que hacer es presionar el dedo allí y llevarlo al lector. El mismo plástico hace la autenticación y, si es exitosa, se enciende una pequeña luz verde y se activa la tarjeta. En menos de un segundo se dispara la solicitud de operación al banco que desencadena los procesos existentes”, agregó.

Como detalló el ejecutivo, así es como se agrega una nueva capa de seguridad a la transacción. “En este piloto en particular, el primer frente de verificación es la huella digital, para corroborar que el cliente es realmente quién dice ser. Una vez que eso sucede se realiza el diálogo entre la tarjeta y el terminal del punto de venta, donde actúa el microcircuito, que genera datos dinámicos y únicos de la transacción. Esa es la segunda capa. Luego, esa transacción viaja al sistema de la empresa, donde se genera un análisis de datos, en base a un motor de análisis de riesgo que tenemos, que toma en cuenta el comportamiento de ese cliente y se compara con las millones de operaciones alrededor del mundo y con la actividad física de este tipo de comercios, para ver si la transacción es potencialmente fraudulenta. Es la solución que llamamos Visa advanced autorization y es nuestro mecanismo de análisis de riesgo. Luego, la operación llega al banco emisor que, con sus criterios y su propio análisis, verifica la información para ver si la transacción es fraudulenta. Son múltiples capas de seguridad. Siempre buscamos agregar capas adicionales”, explicó.

El nuevo procedimiento no modifica la operatoria ni aporta nuevas capas de seguridad para las cada vez más extendidas y expuestas operaciones vía Internet. “La biometría está orientada a las compras presenciales. En el campo de tarjetas no presentes, para compras por Internet, tenemos otras soluciones que estamos trabajando con el propósito de robustecer la seguridad en ese frente. Se trata de la infraestructura de 3D Secure para robustecer la autenticación de los clientes y el servicio de tokenización de pagos”, resaltó Méndez.

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