Los bancos centrales avanzan con proyectos de monedas digitales
Con la inclusión financiera como motivación, los bancos centrales del mundo vienen trabajando en proyectos de monedas digitales.

14 Mar, 2023

La Federación Latinomarericana de Bancos (FELABAN) puso el foco en el rol que los bancos centrales empiezan a tener en promover la inclusión financiera mediante el uso de monedas digitales. En ese sentido, el Reporte de inclusión financiera (2022) de FELABAN recopila algunos de los aspectos de los sistemas de pago rápido (faster payments systems).

Con la inclusión financiera como motivación, los bancos centrales del mundo vienen trabajando en proyectos de monedas digitales. Hoy por hoy, los bancos centrales de Bahamas, Canadá, China, Ghana y Filipinas (entre otros) vienen implementando proyectos de monedas digitales de manera más acelerada.

Hoy, el mundo se debate entre la aparición de las denominadas criptomonedas, las stablecoin y las monedas digitales de los bancos centrales (CDBC). Desde FELABAN advierten que el florecimiento de las dos primeras, sin ningún tipo de seguimiento, control y supervisión estatal, podría generar efectos no deseables como la sustitución de activos, facilitar las operaciones ilícitas, promover la informalidad económica, disminuir la efectividad de la política monetaria, y erosionar los sistemas impositivos.

Las monedas descentralizadas tienen el potencial de incrementar la volatilidad de los flujos de capital, complejizar la estabilidad financiera y aumentar los riesgos de ciberseguridad.

También el FMI menciona que las monedas descentralizadas y las stablecoin tienen el potencial de incrementar la volatilidad de los flujos de capital, complejizar la estabilidad financiera, aumentar los riesgos de ciberseguridad, desproteger al consumidor y tener agentes carentes de rendición de cuentas.

Esto, sin contar con los peligros que ha conllevado la quiebra de firmas como Quadriga (2019), FTX (2022), Three Arrows Capital (2022) y Terra (2022).

Motivaciones y riesgos

La motivación para desarrollar monedas virtuales o digitales emitidas por bancos centrales (CDBC) responde a diferentes razones. Por un lado, los bancos centrales como autoridades monetarias y crediticias de sus respectivos países buscan actualizarse al ritmo de los tiempos, mediante herramientas armónicas con las nuevas preferencias del público.

Por otro lado, existen motivaciones técnicas que tienen que ver con los sistemas de pago y la política monetaria. El economista de Citibank Gabriel Söderberg sostuvo en 2021 que el público requiere acceso al dinero soberano bajo los medios más modernos, tanto en condiciones normales como en condiciones extremas, tales como la pandemia o en desastres naturales imprevistos.

 Algunos riesgos que pueden presentar las CDBC tienen que ver con la posibilidad de desintermediación financiera, sustitución de depósitos y autenticación de operaciones sospechosas.

Desde FELABAN advierten que temas como la confianza en el sector financiero, la educación financiera, la conectividad y acceso al Internet, así como una mayor competencia entre los jugadores financieros son relevantes e implican desafíos para complementar estas acciones.

El FMI da cuenta de algunos riesgos que pueden presentarse en el caso de implementar las CDBC. El primero tiene que ver con la posibilidad de desintermediación financiera y sustitución de depósitos. El segundo está relacionado con la estabilidad financiera, que exige trazabilidad de los pagos, medidas antilavado de activos, y autenticación de operaciones cuando resulten sospechosas.

Más monedas digitales en el mundo podrían exacerbar la demanda por monedas divisas o monedas fuertes por parte de los agentes económicos de mercados emergentes con capacidad de pago. El fenómeno de sustitución de activos y depósitos puede darse a mayor velocidad, y puede exacerbar los problemas asociados a la volatilidad cambiaria y de flujo de capitales.

Otro aspecto a considerar implica que una moneda digital puede ser objeto de falsificaciones como producto de ataques cibernéticos. Por ello, si los temas de seguridad física del dinero son importantes, también lo son los de protección en el ciberespacio.

¿Qué pasa con la inclusión financiera?

Los beneficios potenciales de contar con una moneda digital están asociados con el menor costo de la provisión de efectivo en ciertas zonas de la economía. Igualmente, algunos actores empresariales de menor tamaño verían algún incentivo para formalizarse y aceptar pagos digitales.

A la hora de inscribirse como empresa en un sistema podrían hacer historial crediticio y acceder a servicios financieros formales y profesionales. En el campo de la inclusión, los procesos de los bancos centrales para desarrollar monedas digitales propias serían una forma de subsanar fallas de mercado para atender grupos en los cuales no ha llegado el sector privado. 

Los proveedores privados, al participar de las nuevas “autopistas de pago”, podrían competir con mayor énfasis por entregar servicios y conquistar clientes. Igualmente, estos nuevos canales serían la base de dispersión para la entrega de transferencias monetarias condicionadas con las que trabajan varios gobiernos de la región desde hace décadas.

En ese sentido, las CDBC pueden jugar a favor, siempre y cuando sean parte de una estrategia de alto nivel que traiga bienestar a la población, menores costos de transacción y promoción del desarrollo económico.

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