De acuerdo al último Informe de inclusión financiera emitido por el Banco Central de la República Argentina, durante el primer semestre de 2022 el porcentaje de personas adultas con financiamiento aumentó 2,4 puntos.
Cada persona adulta efectuó en promedio 10,8 transacciones mensuales por medios electrónicos, y se abrieron 1,3 millones de cuentas nuevas.
Según datos aportados por el Banco Central solo un 13,1% de las personas mayores de 65 años abrieron cuentas en el primer trimestre del 2022. Esto da la pauta de que queda mucho terreno por conquistar en este segmento.
Los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) firmaron en 2015 la Convención interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores, donde se comprometieron, entre otras cosas, a tomar medidas efectivas para garantizar que tengan “acceso en igualdad de condiciones a préstamos bancarios, hipotecas y otras modalidades de crédito financiero”.
Límite de edad
Para otorgar créditos de largo plazo, el límite que establecen las entidades bancarias en Latinoamérica se sitúa, en promedio, en la edad de 75 años al momento del pago de la última cuota. Sin embargo, en Estados Unidos, también miembro de la OEA, el único requisito es demostrar solvencia, sin importar la edad.
Al respecto, Nilda Gauna, country manager de QKapital Argentina, indicó: “Al igual que en otras etapas de la vida, un crédito hipotecario es una buena opción para alcanzar una meta o sobrellevar un imprevisto, ya que es una herramienta que permite acceder de forma inmediata a un dinero que puede llevar meses, o años, ahorrar”.
En Argentina, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) ofrece un servicio de créditos de consumo para jubilados que tiene como tope la edad de 92 años para finalizar el pago.
Esta posibilidad no es únicamente para ciudadanos estadounidenses, sino que personas extranjeras también pueden acceder a créditos hipotecarios. Para solicitarlo hay que demostrar liquidez en cuentas bancarias en Estados Unidos como garantía de que la persona puede hacerse cargo del pago de las cuotas. “De esta manera, los mayores de 65, que ya alcanzan un 25% de las solicitudes, pueden acceder a este servicio para seguir persiguiendo sus objetivos financieros”, comentó Nilda Gauna.
En Argentina, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) ofrece un servicio de créditos de consumo para jubilados que tiene como tope la edad de 92 años para finalizar el pago. Con el aumento de la esperanza de vida, todo indica que considerar a las personas de la tercera edad como sujetos de crédito es un gran desafío para el mercado, pero también podría ser una gran oportunidad.
En octubre del año pasado, el Banco Ciudad y la Secretaría de la Tercera Edad de la Ciudad suscribieron un acuerdo para profundizar la integración de las personas mayores. Contempla la capacitación en el uso de las nuevas tecnologías bancarias; el desarrollo de productos y beneficios específicos; la optimización de entornos favorables a la movilidad segura y accesible; y la actualización permanente de los colaboradores del banco en habilidades y estrategias para una comunicación e interacción eficaces con las personas mayores, tanto en los canales presenciales, como telefónicos y por redes sociales.