Por un futuro con más energías renovables
Para el año 2025 Argentina tiene que aumentar la energía generada por fuentes renovables. En el camino hay obstáculos pero también incentivos.

17 Sep, 2021

La ley 27.191 establece que para el año 2025 Argentina deberá lograr que la energía eléctrica generada de fuentes renovables llegue 20% del total. A pesar de los excelentes recursos naturales del país para alcanzar esa meta es necesario superar algunos obstáculos.

Por ejemplo, Diego Padilla, socio fundador de Sustentar Energía SRL, calculó que se deberían instalar, aproximadamente, 10.000 Mw, casi el doble del nivel actual. Y añadió: “De lo que falta hay, más o menos, 1.500 Mw que no están construidos ni tampoco están avanzandos en tiempo y forma. Los siguientes 4.000 Mw son un desafío muy grande, ya que tenés que irte a lugares con peores recursos naturales, por ejemplo, para realizar grandes proyectos fotovoltáicos adentro del anillo de Gran Buenos Aires, que es donde está la demanda”, señaló.

Otras de las barreras son económicas. Sol Aliano, especialista en energías renovables, sumó: “Las barreras son las restricciones macroeconómicas, la imposibilidad de acceder a financiamiento y las redes de transporte. Sería bueno que se amplíe esta red».

Pero se mostró optimista: “Hay potencial para impulsar al sector si se avanza en las obras de transporte de energía. También debe tenerse en cuenta qué posibilidades hay vinculadas al financiamiento climático y a proyectos de este tipo”.

Sobre el problema del transporte de energía Diego Padilla comentó: “Por la falta de capacidad técnica de las líneas de transporte, la última ronda de licitaciones de RenovAr 3 tuvo un enfoque distinto, orientado a incluir proyectos pequeños en las redes de distribución que están cerca de la demanda”. Porque en el momento en el que salió RenovAr 3 había planes de expandir la red de transporte bajo la modalidad público-privada, pero el contexto macroeconómico imposibilitó seguir adelante con este proyecto.

Problemas de financiación

Según detalló la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), desde 2018 hay 50 proyectos que están frenados por distintos problemas de financiamiento.

Nicolás Brown, especialista en energías renovables, explicó: “Hay dos problemas en la Argentina: uno es que no hay planificación y otro, que no hay un entorno económico-financiero que incentive inversiones a largo plazo. A su vez, hay mucha incertidumbre, no hay estabilidad económica ni tampoco jurídica, por lo cual en este contexto la Argentina se vuelve muy riesgosa y expulsa potenciales inversiones”.

Posibilidades de exportar y generar trabajo

Uno de los mayores incentivos para crecer en el mercado de las energías renovables es la posibilidad de generar divisas mediante la exportación.

Actualmente el país ya exporta, aunque de manera marginal, energía eléctrica a Uruguay y Brasil. “En la medida en que se refuercen las interconexiones eléctricas que ya existen entre países, con grandes inversiones a largo plazo, más potencial vamos a tener para aumentar la penetración de energías renovables. Los planes de expansión de la red de transporte también van en ese sentido”, sostuvo Diego Padilla.

“Habría que aumentar los vínculos con otros países y generar mercados eléctricos que sean compatibles desde el punto de vista de precios y operación para evitar la generación de distorsiones muy grandes que afecten a las economías de los países, o de colapsos técnicos”, agregó.

Es común pensar que la sustitución de fuentes de energía podría significar la disminución de empleo en el sector. Sin embargo, de acuerdo con Sol Aliano, “es injusto pensar que la promoción de energías renovables significa que hoy se termine el uso de petróleo, sino que estamos hablando de una transición”.

Y agregó: “Debemos pensar en cómo se generan nuevos puestos de trabajo y se reconfiguran las industrias. No es algo que vaya a ocurrir de un día para el otro, por lo cual no es cierto que las personas se vayan a quedar sin trabajo, sino que hay que empezar a pensar cómo se migra de un modelo basado en petróleo a uno bajo en carbono que, además, significa la creación de nuevos puestos de trabajo y la reconversión de otros”.

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