El descenso de la inflación puede leerse como uno de los principales logros de la gestión de Javier Milei en su primer año de mandato, aunque continúa siendo una pesada carga para los argentinos.
Durante 2024 las empresas tuvieron el gran desafío de recomponer los salarios de sus colaboradores para mitigar el impacto de la inflación, sin descuidar su propia rentabilidad en un escenario macroeconómico que también los afecta.
Germán Ruiz, director de Outsourcing de Randstad Argentina, explica que al mirar la foto de 2024, el resultado es positivo, ya que los salarios pudieron evolucionar por sobre la inflación.
“Pero si vemos la película de los últimos años, donde la brecha fue negativa, hay una pérdida de poder adquisitivo. La continua baja de los índices de inflación en el segundo semestre han sido claves para poder cerrar un año con recomposición, sin embargo, es importante seguir monitoreando las variables para que esta tendencia se consolide luego de varios años de pérdida contra la inflación”, añade Ruiz.
Por su parte, Francisco Scasserra, director en Michael Page, detalla que el 2024 cerró con una tendencia positiva marcada por una mayor estabilidad económica, una desaceleración en la frecuencia de los ajustes salariales y una mirada optimista frente al futuro.
No obstante, aunque en líneas generales los incrementos y la frecuencia acompañaron a la inflación, los salarios siguen siendo un foco de tensión entre trabajadores y empresas, porque la plata concretamente no alcanza.
Según el último Reporte de remuneración de Michael Page, a pesar de los indicadores macroeconómicos positivos, un 51% de los profesionales argentinos todavía está disconforme con su sueldo, que sigue siendo el factor principal en la atracción y retención de talento.
Mientras el 68% de los profesionales de mandos medios y altos confían en que la situación económica y laboral mejorará en 2025, a pesar del descontento de la mitad con sus sueldos, el segmento más insatisfecho es el de los jóvenes y los nuevos ingresantes al mercado laboral.
Sin embargo, Scasserra aclara que “más allá de los salarios, aquellas empresas que fueron más competitivas frente al talento fueron las que ofrecieron compensaciones y beneficios adicionales, como flexibilidad horaria, modalidad de trabajo híbrida, políticas de bienestar y recompensas por desempeño”.
Aumentos espaciados
Las cámaras empresarias y los sindicatos no lograron acordar un monto para el nuevo salario mínimo, vital y móvil, que finalmente debió ser definido por decreto por el Gobierno nacional.
A través de la Resolución 17/2024 publicada en el Boletín Oficial, quedaron oficializados los salarios para los primeros cuatro meses del año. Así, el valor del salario mínimo para trabajadores mensualizados será 279.718 pesos al mes desde diciembre, 286.711 pesos desde enero, 292.446 pesos desde febrero y 296.832 pesos desde marzo.
Con la inflación más controlada, para el 2025 se espera que la mayoría de las empresas espacien los aumento salariales.
Natalia Terlizzi, CEO de HuCap, apunta que el porcentaje promedio de incremento para el personal fuera de convenio que brindarán las empresas es del 52,29%. Se trata de un monto mayor al 18,3% de inflación que proyecta el Gobierno y al 45% que pronostica el FMI.
“Si esta tendencia se mantiene, nuevamente los salarios le ganarían a la inflación, aunque todavía es muy pronto para poder afirmarlo. Además, en nuestro país es una práctica habitual la revisión de los presupuestos en función de la evolución de la inflación, de otras variables económicas y de la situación financiera de cada sector y empresa”, agrega.
Por su parte, Ruíz señala que la recuperación de los salarios durante 2025 dependerá de algunos factores, tanto económicos como políticos. No obstante, la actividad económica será la variable de mayor peso sobre los salarios.
“Si hay una reactivación y un crecimiento sostenido de la economía argentina, podemos esperar que eso se traduzca en una mayor demanda de mano de obra, lo que, a su vez, podría impulsar los salarios. Asimismo, si el desempleo se mantiene bajo y hay escasez de talento en ciertos sectores, esto puede empujar también a las empresas a ofrecer salarios más altos para atraer y fidelizar ese talento en esos puestos escasos”, explica.
Y añade que, si bien hay razones para ser optimistas sobre una recuperación de los salarios a lo largo de 2025, será fundamental estar atentos a las políticas económicas que se implementen, pero también las empresas tienen que trabajar sobre la micro, para lograr mayor productividad y ganar competitividad.
De cara al próximo año, las expectativas de Michael Page están alineadas con la recuperación del salario real. Esto, a su vez, impulsaría la reactivación económica a través del consumo, especialmente en bienes durables y tangibles.
Sin embargo, para Scasserra será importante contemplar todo el paquete de compensaciones a los trabajadores, es decir, aquel que incluye salarios y otros beneficios no remunerativos.