El salto del 3,7% en el índice de precios general en marzo, el fin del cepo cambiario y el nuevo esquema de bandas en el dólar oficial desde el 14 de este mes provocó un cimbronazo en la economía y, en consecuencia, un reacomodamiento en casi todas las variables del mercado.
Con impactos diferentes, la devaluación de la moneda y el incremento de la tasa de interés de referencia del BCRA generan un virtual encarecimiento de los créditos vigentes y cierta incertidumbre para los tomadores de aquí en adelante. El valor de referencia ya no será el dólar MEP, sino el oficial.
Mientras las entidades hacen números y adecuan sus sistemas a la nueva realidad, desde la demanda evalúan cuán viable sería a partir de este cambio la solicitud de un préstamo bancario, ya que la referencia de un tipo de cambio oficial fijo (o ajustable al 1% mensual) desaparece, la volatilidad se impone, y sobre esta base la tasa de interés debería acompañar el nuevo esquema.
Pero, además, los precios en dólares de las propiedades, al existir una flotación controlada también van a recibir el impacto de este reajuste.
Las compraventas están virtualmente paralizadas, porque la cotización oscilante de la divisa no permite fijar un valor a las propiedades consistente.
En marzo último se observó un crecimiento real del 10% (superior al 13,2% en términos nominales) en el mercado de préstamos hipotecarios, que comenzó con la recuperación a mediados del año pasado desde un nivel muy bajo, pero que cada mes consolidó la expansión. Haciendo foco en la realidad porteña, las escrituras pegaron un impresionante salto del 94% interanual en el mes, y los créditos hipotecarios alcanzaron el 22% del total, lo que demuestra que se sextuplicaron en un año.
Pero ahora todos se preguntan si está en riesgo lo logrado, a partir de la implementación de esta tercera fase del plan económico anunciada y puesta en acción por el Gobierno nacional. De hecho, las compraventas están virtualmente paralizadas, porque la cotización oscilante de la divisa no permite fijar un valor a las propiedades consistente.
Todo cambió después de los anuncios
Analistas y operadores del mercado inmobiliario actualizaron la evolución inflacionaria con el último indicador y advirtieron sobre el impacto de esa suba en las cuotas de los créditos hipotecarios. “Según las proyecciones actuales, se estima que la inflación podría tener un fuerte impacto en el mercado de créditos hipotecarios en la Argentina. Esto es fundamental para aquellos que están considerando obtener un préstamo, ya que las cuotas podrían aumentar considerablemente”, evaluaron desde Re/Max Tango en la primera semana del mes.
La mayoría de los bancos hoy ofrecen créditos ajustados por UVA, lo que implica que ante una suba de la inflación, las cuotas también se incrementan. El paso de un IPC general del 2,4% en febrero al 3,7% en marzo no fue inocuo, no sólo por el salto mensual, sino porque el acumulado del 8,6% en el primer trimestre deja un arrastre mayor hacia adelante y, encima, en la primera mitad de abril muchos precios subieron más de la cuenta, adelantados a una devaluación inminente superior a la que se está realizando.
Más allá de los inversores en real estate, los que tomaron un crédito o estaban evaluando pedirlo para adquirir una propiedad como vivienda propia están en una posición más endeble con respecto a la inflación, ya que, en su mayoría, los ingresos no acompañan el aumento de los precios, y el eventual incremento de la tasa de interés y la cuota generan un gasto extra en el costo de su endeudamiento presente o futuro.
Por otra parte, el número uno regional de la local Zonaprop, Leandro Molina, comentó esta semana que “el levantamiento del cepo hará que el costo de la construcción suba en dólares, porque muchos insumos y servicios estaban anclados a un dólar artificialmente bajo. Esto se traducirá en un alza de precios en las nuevas unidades”. El mercado se está acomodando pero, en general, hacia arriba.
De todas maneras hay algunos que mantienen el optimismo, como la Cámara Inmobiliarias, que en un comunicado manifiesta altas expectativas. “La salida del cepo es una noticia de impacto positivo. Si bien hay que esperar su evolución y ser cautos, la demanda por venta de inmuebles no va a bajar; al contrario, seguirá en ascenso como hasta ahora”, sostuvo Alejandro Bennazar, director de Relaciones Institucionales de la entidad a un diario económico.
En el nuevo escenario, y más allá de la evolución de la tasa de interés (la de política monetaria efectiva ya está en 33,63%), todos señalan como clave la recuperación del poder adquisitivo de los ingresos de las personas/tomadores, ya que tras esta virtual devaluación sin un número definitivo a la vista, y con el antecedente de negociaciones salariales por debajo de la inflación corriente, no hay muchas expectativas de llegar a aumentos que alcancen a un punto de equilibrio.