Crece el interés por las criptomonedas
Hace pocos años, tener dinero digital parecía propio de los fanáticos de la tecnología. Hoy, el mercado creció y las monedas digitales se usan no sólo como una alternativa de inversión sino también como medio de pago y transferencias. Hace algunos años las criptomonedas aparecieron en el escenario global, con bitcoin –la más conocida, pero […]

18 Ago, 2017

Hace pocos años, tener dinero digital parecía propio de los fanáticos de la tecnología. Hoy, el mercado creció y las monedas digitales se usan no sólo como una alternativa de inversión sino también como medio de pago y transferencias.

Hace algunos años las criptomonedas aparecieron en el escenario global, con bitcoin –la más conocida, pero no la única– a la cabeza. Primero, estuvieron restringidas a un entorno muy específico: generalmente, los fanáticos de la tecnología y la innovación. Luego, empezaron a despertar el interés de inversores muy sofisticados que especulaban con ganar ante una posible suba en el precio. Ahora, cada vez más, las criptomonedas están al alcance de todas las personas y ya no se usan solamente como alternativa de inversión sino también como medio de pago y transferencias.

En la actualidad, bitcoin sigue siendo la moneda digital más usada y exitosa pero convive con otras alternativas. Algunas son similares, como litecoin. Otras criptomonedas tienen usos específicos, como ether, que sirve para ejecutar contratos inteligentes en la red Ethereum. También existe ripple, que, a diferencia de bitcoin, es centralizada porque tiene una federación de servidores que la controlan.

“Ripple está especialmente enfocada en remesas internacionales y trabaja mucho con bancos para hacer clearing bancario entre sucursales. También hay criptomonedas que se enfocan en el anonimato o la privacidad, como zcash y monero, que buscan mantener en el anonimato absoluto las transacciones y lo que las cuentas poseen”, enumeró Diego Gutiérrez Zaldívar, CEO de RSK y presidente de la ONG Bitcoin Argentina.

A la hora de hablar de criptomonedas, bitcoin sigue siendo la principal referencia. Esta moneda funciona sobre una tecnología descentralizada y la base de datos donde se registran las operaciones está distribuida en unos 20 mil nodos alrededor del mundo. De esa forma, cada vez que se envía un bitcoin la operación se actualiza en las copias de la base de datos en todos los nodos.

Utilizar criptomonedas requiere un conocimiento mínimo de la tecnología. “Se puede decir que bitcoin es dinero digital porque es un activo transferible que tiene un valor y con el cual se realizan transacciones. Es intangible y se puede transferir de celular a celular o de computadora a computadora, mediante los llamados monederos o billeteras. Se trata de aplicaciones que entienden el ‘idioma’ de la moneda y permiten recibir, enviar o almacenar sus unidades. Los monederos son muchos y son realizados por distintas empresas o proyectos de código abierto pero, pese a ser distintos, todos pueden transferir fondos entre sí”, explicó Franco Amati, cofundador de Espacio Bitcoin y especialista en el tema.

Sebastián Serrano, CEO y fundador de la billetera Ripio, añadió que “las billeteras permiten crear una cuenta y enviar y recibir bitcoins. Para poder comprar, pedimos una foto del DNI para corroborar la identidad y sólo cobramos comisión por la compraventa. Además, nuestra aplicación funciona como una casa de cambio para convertir bitcoins en moneda local y viceversa”.

Una alternativa de inversión

Muchas personas ven al bitcoin como una alternativa de inversión. Basan su opinión en que ya se sabe que la emisión terminará en el año 2140 y que habrá un total de 21 millones de monedas. Por lo tanto, a mayor uso de este bien finito, mayor precio.

“Conocer de antemano como será la emisión futura de bitcoin le brinda cierta seguridad al que decide invertir. Por otro lado, los inversores también valoran el crecimiento en el uso que tiene la tecnología, con una perspectiva positiva sobre su popularidad en algunos años”, sostuvo Amati.

Gutiérrez Zaldívar coincidió en que “el bitcoin tiene un potencial que, si se manifiesta, es muy grande y va a dar muy buenos resultados como inversión” pero advirtió que “de todos modos, hay que entender que, como es una tecnología muy nueva y riesgosa, podría llegar a valer cero si hubiera una falla masiva en el sistema o un trabajo coordinado de los gobiernos mundiales para prohibirlo. Por lo tanto, es muy importante que cuando la gente lo utilice como inversión no ponga nada que pueda comprometer su economía personal en juego”.

El sitio coinmonitor.info ofrece los precios en pesos del bitcoin en las casas de cambio locales. Mientras bitcoinity.org/markets muestra su cotización global en tiempo real.

Medio de pago y transferencias

La moneda digital también es utilizada como medio de pago y transferencias de dinero internacionales.

Como señaló Gutiérrez Zaldívar, “las criptomonedas permiten enviar dinero en pocos minutos a cualquier parte del mundo, sin intermediarios. Si comparamos eso con el sistema de transferencia bancaria internacional, que cuesta entre 25 y 40 dólares y puede llevar varios días, vemos que tiene un funcionamiento mucho mejor que lo que existe hoy en día”.

En la misma línea, Amati añadió que “las comisiones en los intercambios son bajas: en Estados Unidos cobran 0,25% por comprar bitcoins y algo similar sucede en Argentina. En las transferencias internacionales generalmente resulta más económico que utilizar bancos y es un procedimiento completamente legal”.

Serrano aportó un ejemplo: “Hay profesionales freelance que trabajan para otros países y usan los bitcoins para recibir pagos. Los venden a través de nuestra aplicación y así cobran por sus servicios”.

Las monedas digitales también pueden usarse como medio de pago, aunque esta funcionalidad no está muy extendida. En el sitio web coinmap.org existe un relevamiento geográfico de los comercios que aceptan monedas digitales alrededor del mundo. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con las transferencias, abonar la cuenta de un restaurante con dinero virtual no genera para el usuario ninguna ventaja por encima de otros medios de pago electrónicos, como la tarjeta de débito.

En cambio, es útil pagar con monedas virtuales en plataformas web. “Una de las primeras empresas que aceptó bitcoins en 2012 fue WordPress, una plataforma de gestión de contenidos. El motivo fue que tenían bastantes clientes de países bloqueados comercialmente por Estados Unidos, donde las tarjetas de créditos norteamericanas no podían operar. Entonces, ofreció bitcoins para que esa gente pudiera abonar sus servicios”, contó Amati.

“Hay personas que cargan su billetera bitcoin en un Pago Fácil o Rapipago y utilizan el crédito para comprar juegos online en las plataformas más grandes”, agregó Serrano.

Un universo creciente

Las criptomonedas vienen generado un creciente interés en nuestro país.

Como indicó Gutiérrez Zaldívar, aquí existe una de las comunidades bitcoin más grandes del mundo: “En términos de cantidad de startups y desarrollos de las tecnologías, Argentina está entre las 6 primeras comunidades del mundo, junto con Nueva York, San Francisco, Canadá, Londres e Israel”.

El especialista agregó que “nosotros estamos creando comunidades y medimos el nivel de adopción en términos de cuánta gente participa en las redes sociales y cuántas personas asisten a los encuentros que organizamos. En ese sentido, estimamos que hay unas 50 mil personas que están relacionándose con estos temas a través de las redes sociales y los encuentros presenciales. Últimamente vemos un fenómeno de federalización, ya que no todos los usuarios son de Buenos Aires sino que también crecemos en Córdoba, Mendoza, San Juan y Rosario. Empiezan a surgir otros grupos de difusión de estas tecnologías en todo el país”.

En Argentina todavía no existe una regulación específica sobre bitcoin pero en la mayoría de los países del mundo fue considerado como un bien intangible (como una marca) y regulado de forma neutral o positiva. En general, los entes recaudadores emitieron una guía para indicar cómo se declaran los bitcoin y cómo se tributan las ganancias derivadas de su venta.

En este contexto de creciente interés por las monedas digitales en nuestro país, recientemente se lanzó aquí el primer fondo de inversión privado de Latinoamérica que invierte en este tipo de activos. Se trata de Crypto Assets Fund (CAF), que destinará 50 millones de dólares a la compra de bitcoins y otras criptomonedas.

Un futuro prometedor

El bitcoin y las otras criptomonedas son tecnologías recientes y, como tales, pueden tener altibajos en su cotización o en su aceptación entre el público pero, más allá de eso, los expertos coinciden en que el mundo va a ir hacia una mayor utilización de las mismas.

“Yo estoy seguro de que esta tecnología va a persistir. Antes creía que iba a quedar sólo bitcoin pero este año hubo una explosión en distintas monedas con diferentes usos y focos. Vamos a ir a un mundo donde habrá varias criptomonedas”, auguró Serrano, quien añadió que “se estima que hay más de mil millones de usuarios en el mundo. En el último año más que se duplicó la red. Antes se hacía una transacción por segundo y ahora se hacen cuatro”.

Amati, en tanto, manifestó: “Yo creo que este tipo de activo alternativo va a seguir creciendo. Hace 6 años quien tenía bitcoins era un raro y no se veía en el diario una nota sobre el tema. Hoy en día hay usuarios que no saben ni cómo manejar una computadora pero lo vieron en el diario, les interesó y decidieron empezar a usarlos o invertir. Creo que es gradual y que va a seguir progresando, a medida que se haga más sencillo invertir”.

“Yo creo que la tendencia va a seguir subiendo a medida que las criptomonedas aporten un valor diferencial por encima de lo que ya existe. O sea, es una tecnología disruptiva y novedosa y va a crecer mientras le dé soluciones a la gente que los sistemas tradicionales no le están ofreciendo o mientras mejore lo que ya existe”, agregó Gutiérrez Zaldívar.

Otra cuestión que asoma en el futuro son las diversas aplicaciones que están basadas sobre la tecnología blockchain, que utiliza la base de datos de bitcoin. “Es una base de datos pública y distribuida que adiciona registros pero conservando para siempre los anteriores, dando como resultado una base de datos imborrable e inalterable. Entonces, se pueden almacenar otras cosas, más allá de transferencias de bitcoin. Y eso es atractivo porque en cualquier otra base de datos siempre existe un administrador con poder para modificar los datos”, explicó Amati, fundador de Signatura, una startup dedicada precisamente a realizar este tipo de trabajo.

Gutiérrez Zaldívar ejemplificó una de las posibles aplicaciones no monetarias de blockchain: “Algunos propusieron tomar la filosofía descentralizada de bitcoin, donde miles de servidores en todo el mundo validan que algo sucede y sólo lo registran si están de acuerdo con el resultado, para permitir que la gente escriba acuerdos entre las partes. A eso se llama contratos inteligentes. En ese caso, la red asegura que todo lo programado se ejecute tal cual se esperaba”.

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