Río Negro ganó la pulseada y se quedó con la planta de gas licuado, que se instalará en Punta Colorada, una pequeña localidad costera cercana a Sierra Grande. Toda el área vivirá una transformación exponencial en cuanto YPF y su socio, que en principio sería la malaya Petronas —aunque ahora esa participación está puesta en duda— empiecen a construir la planta, que demandará una inversión inicial de más 30.000 millones de dólares, pero que llegará a 50.000 millones y será la más grande en la historia de la petrolera estatal.
“Argentina GNL es el proyecto más grande de la industria argentina. Es un proyecto de alrededor de 50.000 millones de dólares, entre inversiones para desarrollar la infraestructura y el upstream”, aseguró el presidente de YPF, Horacio Marín.
El complejo energético contendrá una terminal de exportación, tanques de almacenamiento y un puerto con un sistema marítimo que permitirá el ingreso y operación de grandes buques de carga. Punta Colorada será el punto final del oleoducto Vaca Muerta Sur, que parte desde el yacimiento de Loma Campana, en Neuquén, hoy en ejecución. En esta primera etapa el ducto de 128 kilómetros llega hasta Allen, Río Negro. Desde allí continuará su traza hasta la futura planta de GNL.
Polo de exportación
“Este proyecto posiciona al Golfo San Matías en un nivel comparable con otros grandes polos de exportación de GNL, como Gladstone en Australia (25,3 MTPA) o Sabine Pass en Estados Unidos (30 MTPA). Su escala y complejidad lo colocan entre los desarrollos más importantes de la historia reciente del país”, destacó Fernando Bazán, líder de proyectos de la consultora ABECEB.
“El proyecto tendría un impacto económico y social significativo en la región”, coincidió Matías Cattaruzzi, equity research analist de Adcap. El analista aseguró que la locación es clave para entender el impacto que tendrá en la región. “La decisión de ubicarlo en Punta Colorado está fundamentada en la menor longitud de gasoductos, una mayor profundidad marítima (para exportar a Asia), la amplia disponibilidad de terrenos y las bajas interferencias con otras actividades. El proyecto total requiere una inversión de aproximadamente 55.000 millones de dólares. De estos, 20.000 millones de dólares son para pozos de gas, 10.000 millones para gasoductos y 25.000 millones en las plantas de LNG”, explicó.
El gobierno provincial ha estimado, de manera preliminar, que el proyecto creará alrededor de 10.000 empleos durante la fase de construcción.
La planta de GNL va a cambiarle drásticamente la cara a Punta Colorada. “El proyecto Argentina LNG se destaca como uno de los desarrollos más relevantes en términos de generación de empleo. Con una inversión que incluye 20.000 millones en upstream, 20.000 millones en la planta de licuefacción y 10.000 millones en infraestructura complementaria, el gobierno provincial ha estimado, de manera preliminar, que el proyecto creará alrededor de 10.000 empleos durante la fase de construcción, con un 60% de estos puestos requerirán alta calificación. En la etapa de operación, se prevén 2.500 empleos permanentes, principalmente en roles técnicos y especializados”, detalló Bazán.
Probablemente, el impacto no se agote en el gas. “Más allá de la licuefacción, el proyecto también podría catalizar el desarrollo de la industria petroquímica en la región. La disponibilidad de gas a bajo costo ofrece una oportunidad única para la instalación de plantas de producción de plásticos, fertilizantes y otros productos químicos. Con un déficit proyectado en el suministro de productos petroquímicos en América Latina, la región podría atraer inversiones significativas, generar más empleos y diversificar su base industrial”, agregó Bazán.
Alerta de los ecologistas
La cercanía con la Península Valdés puso en estado de alerta a grupos ecologistas y vecinales. Si bien la planta estará en Río Negro, el proyecto involucra también a Neuquén (donde se está construyendo la primera etapa del oleoducto) y a Chubut, ya que la Península Valdés está pegada al Golfo San Matías. Por otra parte, diferentes grupos y ONG, como el Bloque Acción Chubut, la Multisectorial Golfo San Matías y la Asociación de Abogados Ambientalistas (AAdAA) denuncian que los informes ambientales no se hicieron públicos.
“Para poder comenzar con la obra, las autoridades ambientales de Neuquén debían aprobar el estudio de impacto ambiental (EIA) del primer tramo, una decisión que aún no fue comunicada oficialmente y cuyos fundamentos a favor de la obra permanecen en las sombras”, declararon desde la AAdAA.
También denuncian que a las audiencias públicas de los tramos II y III sólo se convocó a los vecinos de Río Negro, pero no se habilitó a manifestarse a las comunidades de Chubut, cuando se prevé que la planta de Punta Colorada tendrá la playa de tanques más grande de Argentina y dos monoboyas flotantes que se ubicarán a seis kilómetros de la costa en el Golfo San Matías, pegado a Península Valdés, una zona protegida por la Unesco por su diversidad de flora y fauna marítima. De hecho, el transporte de petróleo y gas estuvo prohibido en la costa atlántica rionegrina por ley hasta septiembre de 2022.
Para Bazán la cuestión ambiental, junto con la explosión infraestructural que supondrá la planta son los principales desafíos. “Más allá de la presión adicional sobre los servicios públicos locales, como la salud, la educación y la vivienda, la magnitud de las obras plantea riesgos ambientales que requerirán una gestión rigurosa”, apuntó.
“Lo más importante sobre este punto es que el gas natural jugará un papel crucial en las próximas décadas como combustible de transición debido a su menor impacto ambiental en comparación con el carbón y el petróleo, especialmente si es complementado con tecnologías de captura de carbono. Puede complementar las energías renovables, como la solar y la eólica, las cuales son intermitentes y dependen de factores naturales que no siempre están disponibles. El gas natural puede proporcionar energía de respaldo rápidamente, mantener la estabilidad de la red eléctrica y satisfacer la demanda global”, opinó Cattaruzzi.