El Banco Central busca profundizar la bancarización
Dispuso que las cajas de ahorro y las transferencias bancarias sean gratuitas. Para los especialistas, estas medidas contribuyen a que la gente use más los servicios financieros, pero persisten importantes obstáculos para lograr avances en este ámbito, como la magnitud de la economía informal y las barreras culturales que hay entre los bancos y ciertos […]

1 Abr, 2016

Dispuso que las cajas de ahorro y las transferencias bancarias sean gratuitas. Para los especialistas, estas medidas contribuyen a que la gente use más los servicios financieros, pero persisten importantes obstáculos para lograr avances en este ámbito, como la magnitud de la economía informal y las barreras culturales que hay entre los bancos y ciertos sectores de la población.

En línea con los objetivos planteados por el actual presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, en su discurso inaugural, la autoridad monetaria dispuso, a través de las comunicaciones “A” 5927 y “A” 5928, que todas las cajas de ahorro existentes, así como el uso de las tarjetas de débito vinculadas y las transferencias bancarias, pasen a ser gratuitas a partir de abril. Con esta medida, la entidad amplió el alcance de un plan de bancarización inclusiva ya existente.

“El Banco Central redobló su apuesta a favor de la bancarización. Esta medida implica que hay un nivel de bancarización básico que será universal y gratuitamente accesible a todos los ciudadanos. De esta manera, se logra potenciar el acceso a servicios financieros a toda la población”, señaló la institución en un comunicado.

Para Javier Martínez Larrea, director de la consultora Javier Martínez Larrea & Asociados, “todo lo que tiene que ver con la bancarización y la inclusión tiene que ver con el costo. En la medida que se hace algo gratuito, se favorece, y en la medida que haya que pagar gastos e impuestos asociados, como el de los débitos y créditos, va en contra”.

De todos modos, el analista consideró que estas medidas van en la dirección de cazar en el zoológico: “probablemente, los que abran una cuenta sean los mismos que ya están bancarizados, porque ya había cuentas gratuitas. No habrá una hiperbancarización. Va en la dirección correcta, pero la bancarización es una cosa más amplia”.

El BCRA dispuso que las cajas de ahorro no tengan costo de apertura, mantenimiento o renovación, ni restricciones de montos, por lo cual los bancos deberán ofrecerlas como un servicio separado del resto de los productos o paquetes que sí tengan cargos. También, que las cuentas básicas y cuentas gratuitas universales existentes se convertirán en cajas de ahorro. Y que las entidades deberán exhibir públicamente la información sobre las nuevas condiciones de gratuidad de estas cuentas.

Asimismo, estableció que las transferencias electrónicas inmediatas podrán efectuarse todos los días y a toda hora. Y elevó el monto máximo a 250 mil pesos diarios para personas jurídicas, límite a partir del cual los bancos pueden cobrar comisiones.

Según Nelson Pereira, gerente de Banca Personal del Banco Credicoop, se trata de una medida parcial: “sin duda, el objetivo del BCRA con las cajas de ahorro gratuitas apunta a generar que más cantidad de personas hagan uso de los servicios financieros. Entendemos que todo lo que tiene que ver con mayor bancarización y bajar el costo a las personas es positivo, pero habría que complementarlo con otras medidas desde el órgano rector”.

“Las personas, en general, hacían uso de las cajas de ahorro que estaban incluidas en los paquetes de productos, con una o más tarjetas de crédito, cuenta corriente, etc. El BCRA dice ahora que la caja de ahorro es gratis pero el resto del paquete pasa a tener un mayor costo”, explicó el ejecutivo, en relación a la decisión del Banco Central de autorizar a aumentar las comisiones para el resto de los productos y liberarlas completamente desde septiembre para las personas.

Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados, coincidió en que la medida del BCRA ayuda a la bancarización, pero entiende que todavía los bancos locales viven de cobrar comisiones en vez de intermediar tasas de interés, debido a la alta inflación: “como con inflación el largo plazo no existe, los plazos se reducen drásticamente. El banco puede tomar dinero a 30 días y prestarlo a 18 meses. Entonces, la intermediación no funciona bien y los bancos cobran comisiones, cargos y otros servicios. Es un negocio que surge por la aparición de la inflación”, dijo.

“En el mediano plazo, cuando se baje la inflación a valores razonables, los bancos van a volver a prestar. Hoy el BCRA está preparando la estructura para ese momento. Desde hace doce años los usuarios tienen que pagar al banco para que tenga la plata. El BCRA quiere que los bancos dejen de vivir de esto y empiecen a vivir del préstamo”, agregó.

La actual gestión al frente del la entidad monetaria eliminó los límites para abrir las cuentas. Desde 2010 regían las cuentas universales gratuitas para quienes no eran titulares de ninguna cuenta bancaria, que comenzaron con un límite mensual de 10 mil pesos y se actualizaron a cuatro salarios mínimos. Estas cuentas eran parte del Plan Nacional de Bancarización Inclusiva, que la gestión anterior tenía pensado para el período 2015-2019. Incluía transferencias inmediatas y gratuitas hasta 50 mil pesos, la autorización de sucursales en zonas del país con menor infraestructura, la Línea de Crédito para la Inversión Productiva y la supresión de costos para las extracciones de jubilaciones, haberes y planes sociales, entre otras medidas. Este plan era complementado con un tope que se había impuesto al aumento de comisiones bancarias y con máximos que se podían cobrar en las tasas de interés en los créditos a personas y pymes.

Un objetivo que enfrenta importantes obstáculos

Los entrevistados coincidieron en que, si bien éste es un paso en la dirección correcta, en nuestro país existen obstáculos importantes para la bancarización y superarlos no depende exclusivamente de medidas que pueda tomar el Banco Central.

Por ejemplo, más de un tercio de la economía argentina está en negro. Normalmente, las personas y empresas con una economía mixta, parte en negro y parte en blanco, están bancarizadas por la porción de su actividad que está registrada. A su vez, muchas personas trabajan totalmente afuera de la economía formal y son el principal desafío a la hora de incluirlas. Se entiende que si se reduce la economía en negro podría elevarse la porción bancarizada de la sociedad.

Para Spotorno, una economía en negro tan grande es difícil de bancarizar: “la economía en negro tiene otras causas. Por más que venga la AFIP y te encañone, la economía en negro funciona porque los estímulos son grandes: es rentable estar en negro. Es un problema de diseño tributario que es más complejo que la eficiencia de la AFIP. Y si hubiera más economía en blanco, debería ser bancarizada. Pero si pudieras hoy poner a todo el mundo en blanco, quebraría mucha gente. Economías enteras no se sostienen. Tiene que ser gradual”.

“El Gobierno puede bajar un poco la evasión cuando la economía empiece a crecer. Es difícil luchar contra la economía en negro porque tenés que bajar impuestos y rediseñar el esquema tributario. Está atrapado en un dilema: tiene que bajar impuestos y después blanquear la economía”, enfatizó.

Para Pereira, contra la economía en negro se avanzó bastante con las cuentas gratuitas universales implementadas por el gobierno anterior: “estas cajas de ahorro sin costo son similares a las gratuitas universales y básicas que ya estaban regidas por el BCRA. Era una buena iniciativa y apuntaba en el mismo sentido. En la medida que tengas una cuenta, dejás de estar en la informalidad financiera, que se facilita con el manejo del efectivo. En la medida en que se ponen fondos en el sistema financiero, tenés fondos en blanco”.

Otro obstáculo para la bancarización está dado por la barrera cultural que se ha establecido entre los bancos y ciertos sectores de la población.

Como indicó Martínez Larrea, “muchos ven a los bancos como algo lejano, sobre todo cuando se baja en el nivel socioeconómico, donde las personas no se encuentran a gusto en las entidades. Es un tema psicológico”.

Y tampoco ayuda la mala imagen que les ha quedado a los bancos como resultado de las crisis económicas y las experiencias traumáticas como el “corralito” o el Plan Bonex.

“Argentina tiene un sistema financiero chico en comparación con el resto de la región. Y la gente no le tiene confianza al sistema bancario argentino. No le tienen confianza tampoco a los activos argentinos. Y no pondrían sus activos en un banco. Es decir, hay un tema de confianza, además de falta de bancarización. Lo primero a lo que se apunta es a bancarizar las transacciones antes que el ahorro. Y, para bancarizar las transacciones, que sean gratis es un paso”, destacó Spotorno.

A pesar de estas dificultades, los especialistas señalan que hay medidas adicionales que podría tomar la autoridad monetaria para contribuir a un mayor uso de los servicios financieros por parte de los sectores de la población que hoy se encuentran excluidos de los mismos.

Para Martínez Larrea, por ejemplo, el BCRA tendría que avanzar con la idea de autorizar los corresponsales bancarios: “si en un supermercado del interior o casa de electrodomésticos se pueden recibir depósitos o dar préstamos, se puede incluir a gente que hoy no está en el sistema”.

Sin embargo, advirtió que se trata de una medida que debe estudiarse en profundidad porque consiste en una delegación de funciones que puede derivar en fraudes.

Por su parte, Spotorno puntualizó que el BCRA tiene que impulsar el pago electrónico a través del uso de teléfonos celulares: “si no le doy un beneficio a la gente para que se bancarice no se va a bancarizar. Estas medidas son suficientes para que el banco no te cobre, pero no para que se bancarice. Tiene que ser un activo no ir con plata en el bolsillo. Y también para los comerciantes, cuando se les paga con tarjeta de crédito o débito. Si quiero bancarizar a la gente tengo que darle estímulos”.

Hay consenso en que el BCRA está enfrascado en solucionar los problemas más acuciantes a nivel macroeconómico, como la inflación, y que en el futuro se empezarán a ver las medidas más de orden microeconómico que ayuden al desarrollo de la actividad bancaria.

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