EL BCRA redujo los encajes
La entidad anunció el 2 de marzo una baja del 2% en los encajes bancarios, revirtiendo parcialmente el aumento del 4% que impuso el año pasado. Con la nueva resolución, se liberan alrededor de 30 mil millones de pesos que ahora podrán ser prestados. El directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) tomó […]

20 Mar, 2017

La entidad anunció el 2 de marzo una baja del 2% en los encajes bancarios, revirtiendo parcialmente el aumento del 4% que impuso el año pasado. Con la nueva resolución, se liberan alrededor de 30 mil millones de pesos que ahora podrán ser prestados.

El directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) tomó la decisión el pasado 2 de marzo de reducir en dos puntos los encajes que rigen sobre las entidades bancarias. En el caso de los depósitos a la vista fueron llevados del 22% hasta el 20% y, para los plazos fijos de corto plazo, los fondos que los bancos están obligados a inmovilizar se redujeron del 16% hasta el 14% del total.

La entidad, que los había subido 4 puntos entre junio y julio de 2016 como parte de su política antiinflacionaria, ahora busca compensar los inconvenientes generados a los bancos desde que decidiera no recibir más billetes ociosos en sus arcas. Es que entre diciembre y febrero los bancos habían incrementado un 26% sus tenencias en billetes, cuando la masa monetaria lo había hecho apenas un 5%.

Con la nueva resolución, se liberan alrededor de 30 mil millones de pesos que ahora podrán ser prestados, reduciendo, a su vez, el spread entre las tasas de interés de los préstamos y las de los depósitos, necesario para obtener un mismo nivel de rentabilidad. De esta forma, se espera que mejoren las remuneraciones de los plazos fijos.

Así lo reconoció la propia entidad en un comunicado en el que señaló que, “al no poder descargar automáticamente en el Banco Central sus tenencias excedentes de billetes, el sistema bancario en su conjunto debe mantener, en promedio, un mayor nivel de efectivo en sus tesoros. En la práctica, ello implica un aumento en la proporción de dinero inmovilizado. La reducción de encajes viene a contrarrestar este efecto”. Además, continúa el comunicado, “la reducción de encajes puede mejorar las tasas que las instituciones pagan por los depósitos a plazo. El encaje actúa, en la práctica, como un impuesto a los depósitos bancarios; al reducirse, el atractivo para los bancos de tomar depósitos es mayor”.

Según explicó a NBS Bancos y Seguros el economista y ex gerente del BCRA Julio Piekarz, la medida “viene a resolver un problema de tipo técnico-logístico” que atribuyó a “la administración anterior, que no quería emitir nominaciones altas para no reconocer la inflación. A partir de esa situación, el Banco Central decidió dejar de recibir billetes de las entidades financieras que los bancos usan por necesidades técnicas. Aquella medida se decidió porque el BCRA no quería hacerse cargo del costo logístico. Por eso, las entidades acumularon muchos billetes en efectivo, por encima de sus necesidades técnicas”.

El analista agregó que “hoy existe una gran distorsión por el peso del billete de 100 pesos. En otras condiciones, cuando la denominada línea monetaria se normalice, con la expansión de los nuevos billetes de 200, 500 y hasta los de 1.000 pesos, el número de billetes va a ser menor y las exigencias logísticas también. Ese exceso es un costo para los bancos, porque no pueden integrar encajes con billetes, sino sólo con depósitos en el BCRA. Acumularon el equivalente al 1,5% de los depósitos por encima de lo que necesitan. Esa situación equivalía a un aumento del encaje de hecho”.

Ramiro Castiñeira, economista jefe de la consultora Econométrica, coincidió en que “la medida surge de una cuestión meramente técnica. No es un intento de aumentar la liquidez ni la capacidad crediticia, estamos desbordados de liquidez. Se trata de un manejo distinto de la liquidez cuando el BCRA no acepta billetes viejos. Es mucha la plata de la que se está hablando. Cambiaron las reglas de juego del mercado. Están creando el mercado de efectivo. Si no fuera por este motivo, no se entendería”.

Para Piekarz, “es una compensación por una decisión del BCRA que implica mayores costos para las entidades. El encaje es dinero que no pueden prestar y eso los obliga a cobrar más por los créditos, pagar menos por los depósitos o directamente bajar su rentabilidad. Es una medida normalizadora”.

La medida retrotrae parcialmente la suba de 4 puntos que había realizado la entidad entre junio y julio de 2016 con el propósito de poner un límite a las posturas de los bancos en Lebacs y “compartir esfuerzos” en la política antiinflacionaria.

Sobre este cambio, Piekarz explicó que “los aumentos de 4 puntos de los encajes del año pasado fueron parte de la política monetaria. Los encajes son un bono obligatorio a tasa cero. El BCRA tuvo que subirlos, porque tuvo que comprar muchos dólares durante el año. Cuando el BCRA compra muchos dólares al Tesoro, entonces aumenta mucho la base monetaria. Como el modelo de política monetaria es endógeno, ese dinero es absorbido por el BCRA colocando Lebacs. Lo hicieron para tener que absorber menos vía Lebacs, bajando el costo de las operaciones de compra de dólares al Tesoro por esa vía. En aquel entonces se propusieron bajar los costos de lo que se llama esterilización”.

Por su parte, el economista Guillermo Nielsen opinó que “siempre una reducción de los encajes implica una expansión monetaria que conlleva una baja de las tasas de interés. La política del Banco Central es muy inquietante. En un reportaje reciente, Javier González Fraga, presidente del Banco Nación, dijo que se va a usar la plata de las Lebacs para prestarle a los sectores productivos. Además, anunciaron que se pasa todo el manejo de vivienda al ministro del interior, Rogelio Frigerio, y que esto se financiará con plata del Banco Nación. El Gobierno, en línea con lo que está haciendo hace 15 meses, se está olvidando de la crisis presupuestaria. Esto puede llevar a una expansión monetaria no acorde con los objetivos antiinflacionarios del BCRA. Hay un tema muy complejo de ruptura de equilibrios macroeconómicos”.

Para Castiñeira, “si bien el objetivo es técnico, toda baja de encajes implica un aumento de la capacidad crediticia. Ese efecto va a existir aunque, en la medida en la que el mercado ya tiene mucha liquidez, es difícil que tenga un impacto”.

“Por otra parte, si te baja el encaje pero te aumenta la oferta de Lebacs, es lo mismo. Sale por el lado de los encajes pero entra de nuevo por las Lebacs. De hecho le termina saliendo más caro al BCRA porque se paga menos por encajes que por Lebacs”, puntualizó el economista.

“Para los bancos, los encajes casi no tienen remuneración. Entonces, no tienen interés en captar depósitos. Ahora, si los pueden colocar en Lebacs, que rinden el 24%, saldrán a tomar a mayor tasa, haciendo un pasamano. Claro que esto implicará un aumento del costo cuasifiscal del BCRA”, advirtió.

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