Abandonar el paraguas de la UE está poniendo en aprietos a la economía británica. El Brexit repercute en el mercado de fianzas.
Salir de la Unión Europea (UE) no fue gratis para el Reino Unido. Y, según algunos de los analistas más críticos del Brexit, la economía británica es la que está pagando los costos.
En enero las exportaciones británicas a países de la UE cayeron un 42% y las importaciones un 30%. Es difícil cuantificar cuánto de esta caída corresponde al impacto de la COVID-19 y cuánto al Brexit. “Pero probablemente, dentro del paraguas de la UE, el costo de la pandemia podría haber sido menor”, advirtió una alta fuente ligada al mercado financiero británico.
En febrero la balanza comercial mostró una leve recuperación, “es probable que se deba a la acumulación de existencias por la caída del consumo en lugar de ser consecuencia de un aumento en los flujos comerciales”, aclaró la misma fuente.
Hay más índices negativos. Las barreras regulatorias que deberá afrontar el Reino Unido al salir de la alianza continental van a tener una disrupción sobre el comercio internacional, que se estima harán perder un 5% del PBI en los próximos 15 años.
También pudo verse que entre enero y marzo las empresas británicas registraron una merma del 41% en las ventas. Y, además, ya se observa una baja en la productividad, porque el Reino Unido resulta un destino menos atractivo a partir de las barreas regulatorias. El resultado es que el PBI ya es un 2% menor que antes del Brexit.
Junio será un mes clave para determinar los daños. En unos días comenzarán a finalizar todos los acuerdos con la UE. El Reino Unido tiene que negociar nuevos contratos de comercio y demostrar que es capaz de conseguir mejores tratos internacionales que en el marco de la alianza.
Efectos en el mercado asegurador
El nuevo escenario también genera un cambio de régimen para las compañías de seguro.
En primer lugar, las empresas europeas de servicios financieros ya no contarán con la libertad de establecerse en el Reino Unido sin una autorización local. Como respuesta a este nuevo obstáculo se instrumentaron permisos temporales para facilitar su asentamiento.
En segundo lugar, las firmas británicas se verán impedidas de emitir pólizas transfronterizas hacia la UE. La situación es compleja y las empresas del Reino Unido necesitarán instalar sucursales en el bloque continental.
En tercer lugar, para las empresas afianzadoras el efecto resultará limitado, pues se trata de un producto con mayor contenido local. Pero en los casos de fianzas internacionales será preciso obtener un respaldo de la parte del riesgo correspondiente a la UE.
Finalmente, el mercado que parece mejor cubierto es el de los seguros de crédito, ya que el sector viene planteando desde 2016 estrategias para atenuar eventuales consecuencias negativas vinculadas con el Brexit.
