Aumento de recaudación y búsqueda del equilibrio fiscal
Aunque la recaudación de los primeros meses creció sobre la inflación, el gobierno nacional no disminuye el gasto. En los primeros tres meses del año la recaudación tributaria se incrementó un 56,2% en términos nominales con relación al mismo período del año anterior. En marzo se vieron indicadores que llevan a pensar en un equilibrio […]

9 Abr, 2021

Aunque la recaudación de los primeros meses creció sobre la inflación, el gobierno nacional no disminuye el gasto.

En los primeros tres meses del año la recaudación tributaria se incrementó un 56,2% en términos nominales con relación al mismo período del año anterior.

En marzo se vieron indicadores que llevan a pensar en un equilibrio fiscal, porque, por un lado, crecieron los ingresos del fisco de la mano de la suba de los precios de los commodities. Por otro lado, también lo hicieron gracias a aquellos vinculados con la actividad económica interna, como el IVA y ganancias.

Según datos oficiales, en febrero se registró el déficit financiero más bajo de los últimos seis años a partir de una combinación entre mayores ingresos tributarios y una reducción del gasto.

Sin embargo, para alcanzar el objetivo de 29% de inflación para este año, debería verse una mayor desaceleración inflacionaria, dado que en los tres primeros meses del 2021 fue de alrededor de un 12%.

Perspectivas

Uno de los economistas consultados que opinan que no habrá equilibrio fiscal es el director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), Jorge Colina, quien sostuvo: “Vamos a una situación de desequilibrio fiscal y, por ende, a una inflación cada vez mayor. En enero y febrero lo que se vio en las cuentas públicas es un pequeño equilibrio, pero es muy transitorio. A medida que pase el año, vamos a ir viendo que el déficit fiscal vuelve».

Con una postura precavida y condicionada por el contexto político aparece el economista jefe de FIEL, Daniel Artana. Sobre el equilibrio fiscal opinó: “Lo fiscal viene mejorando más de lo que esperaba el propio Gobierno, en parte por la fortuna que ha tenido con el precio de la soja. Si se mantiene esa tendencia, no parece tan difícil que vayan logrando una baja de la tasa de inflación. Pero si prima la política y se impone el año electoral, entonces vamos a volver a tener problemas en la brecha cambiaria y luego en la tasa de inflación”.

A eso sumó que el gasto sigue creciendo por arriba de la inflación. No es que haya bajado, es que crece menos: “Dentro del gasto total hay grandes diferencias. Por ejemplo han subido muchos subsidios y bajó el salario del sector público porque perdieron con la inflación. Se despedazó la inversión pública aunque se recuperó en los últimos meses. Hay distintos comportamientos en el gasto, pero, en el conjunto, todavía están creciendo por encima de la inflación”.

Salarios e inflación

Otra incógnita cuyo impacto es incierto es lo que ocurrirá con salarios y precios. No sólo para apuntalar el crecimiento, sino también porque los haberes del sector público influyen en el gasto.

Sobre esa posibilidad, el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy señaló: “La tasa de inflación va a estar más alta de lo que dice el Gobierno, en eso hay consenso. A eso hay que añadir que tenemos un problema muy serio de reservas y hay un racionamiento en el acceso de insumos importados que afectan el proceso productivo. Eso, en general, genera una muy baja productividad”.

Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional sobre la Argentina aseguró que la inflación es multicausal. El equipo económico del Gobierno celebró el documento e interpretó la afirmación como un aval a lo que consideran su visión heterodoxa de la economía y un distanciamiento del monetarismo.

Sin embargo, Ricardo López Murphy, se preguntó: “¿Cuál es la variable nominal que uno tiene que seguir en un régimen de controles de cambios múltiples, como el que hay en la Argentina? La variable es la tasa de cambio nominal que, para mí, es una variable monetaria. Si usted tiene un tipo de cambio que devalúa entre un 40% y 50%, en general, esa es la variable nominal que le va a marcar la inflación. Después, si es viable o no, depende de la política que desenvuelve en materia de crédito doméstico. Si el crédito doméstico crece mucho más rápido, entonces hay un riesgo de ruptura del régimen”.

Por último, Daniel Artana concluyó: “Lo de que el FMI aceptó la multicausalidad del problema es una afirmación para la tribuna”.

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