Durante el año 2020 crecieron los préstamos al sector privado, impulsados por los estímulos bancarios a causa de la pandemia.
Los fuertes desajustes que le tocó vivir a la economía de nuestro país en el 2020, impulsó muchas de las líneas de crédito para poder sostener las actividades. Un informe elaborado por la consultora First Capital Group indicó que el año pasado el total de préstamos en pesos al sector privado mostró un crecimiento real, es decir logró aumentar sus valores por sobre los índices de precios. Luego de un 2019 castigado por las altas tasas y una contracción de los saldos en términos ajustados por inflación, se observa una recuperación del endeudamiento.
Los préstamos comerciales representaron al sector más dinámico, con los mayores valores de incremento, que prácticamente duplican los valores de la inflación del período. El incremento para el primer semestre fue de 18% y se alcanzó un aumento anual de 83,18%, hasta 424.099 millones de pesos.
Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, explicó la situación: “Comenzaron el año con un tímido repunte, pero la llegada de la pandemia obligó a las autoridades a reforzar los estímulos a los bancos para que reemplacen la baja de ingresos de sus clientes con mayores financiaciones en condiciones subsidiadas. En marzo, abril y mayo hubo una expansión del 50% de los saldos, justo en el momento que el ASPO paralizaba la actividad privada. Los últimos meses del año transcurrieron con un alza moderada de acuerdo a una actividad que se recupera de a poco”.
Tarjetas de crédito
Por su parte las tarjetas de crédito tuvieron también un año positivo, pero en valores mucho más cercanos al incremento de precios. El primer semestre, lograron un 36,3% de incremento y cerraron el año con un aumento del 47,28%.
“En este rubro pesó mucho la casi nula actividad de operaciones que impulsan el uso del plástico como el turismo, el esparcimiento y las actividades culturales. No obstante, las facilidades para refinanciar los consumos en hasta doce meses, con tres de gracia, que en más de una oportunidad estableció el BCRA, dio origen al incremento de los saldos. Terminan el año recuperando sus valores”, agregó el especialista.
Por último, los préstamos personales sufrieron un fuerte retroceso en términos reales durante este año.
“El aumento de la desocupación trajo aparejado un doble efecto sobre el rubro. Por un lado, los bancos extremaron la cautela a la hora de otorgar nuevas financiaciones a una población con mayor riesgo crediticio. Por el otro, la falta de un horizonte económico despejado retrajo las nuevas solicitudes de endeudamiento por parte de las familias. Aquí también vemos un final de año con mayores expectativas de crecimiento y recuperación”, concluyó Barbero. Esta línea de créditos tuvo un incremento anual apenas del 11,78%, es decir 48.902 millones de pesos.
