El socio tecnológico es un aliado estratégico fundamental
La pandemia aceleró la necesidad de contar con procesos de digitalización, tanto en las grandes empresas como en las mipymes y en emprendedores.

20 Oct, 2021
Por Mirco Bombieri, founder & general director de BOMBIERI.

En esta segunda década del siglo XXI las organizaciones enfrentan desafíos económicos, sociales, culturales. Pero en cuanto al desafío digital, superarlo junto a un aliado estratégico es una ventaja competitiva. Porque el uso inteligente de la tecnología es fundamental para llegar a buen puerto.

La pandemia tuvo un papel importante en la necesidad de incorporar procesos de digitalización, tanto en las grandes empresas como en las mipymes y en emprendedores.

Un reciente estudio de Focus Market, que consultó a 1.264 pymes acerca de cómo abordaron las barreras tecnológicas, señaló que el 29% de las empresas se muestran resistentes al cambio, el 24% refirió limitaciones en cuanto a costos y sólo el 9% alegó falta de técnica o competencia.

Es en este momento, en el que las compañías aumentaron la demanda de servicios tecnológicos, cuando se aprecia el valor de un socio estratégico de primer nivel en tecnología que brinde soporte y ayuda al equipo de TI para superar estas barreras.

Un aliado para ahorrar tiempo y problemas

El crecimiento, y más aún cuando se acelera, vuelve los procesos más engorrosos o rebuscados. Eso puede producir roces y gastos de energía entre los sectores de una organización. Por eso, seleccionar correctamente un socio tecnológico, que potencie las acciones digitales de la compañía, puede verse como una mirada culturalmente superadora.

Un socio que permita lograr un mapeo simple y claro entre necesidades y tecnología, y que se complemente de forma exitosa con el staff tecnológico existente, es un factor crítico para superar los desafíos que plantea el mercado actual.

Como sucede en el deporte, donde cada actor cumple un rol, el aliado tecnológico, en este caso, se incorpora para dotar a la empresa con innovación.

El mensaje es claro, y trae a colación una vieja frase de la cultura popular “El tiempo vale oro”, porque permite reflejar que las organizaciones no pueden ser ajenas a este escenario y deben saber encontrar el camino correcto para encauzar su rumbo.

Por esos motivos, encontrar un aliado estratégico que sume herramientas facilitadoras, desarrollo y formalidad en la gestión es clave.

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