La herencia para el 2024
Aunque hubo un rebote en la actividad luego de 2020, la mirada de la economía a mediano plazo no es positiva. El artículo compara este año electoral con el fin de 2015 y 2019.

17 Mar, 2023

Por Gustavo Reyes para el Informe de coyuntura de IERAL.

No es novedad que la economía de nuestro país registra severas complicaciones desde hace varios años. Si bien hubo un rebote de nivel de actividad después de la caída del 2020 por la pandemia, la mirada de mediano plazo dista de ser positiva. En términos per cápita, el ingreso promedio de los argentinos (poder adquisitivo) se ha contraído casi 10 puntos en los últimos diez años, comparado con el avance de cerca de 20 puntos registrado por el promedio mundial en igual período.

En este muy complejo 2023, el Gobierno enfrenta severas limitaciones, tanto por la falta de tiempo hasta las elecciones, como por el persistente deterioro de los indicadores de confianza, ingredientes clave para diseñar y ejecutar un plan que pueda encauzar la economía y permita volver a un crecimiento sostenido. El actual programa con el FMI y el rediseño de las metas apenas podrían, sin plenas garantías, evitar que se espiralicen los desequilibrios macroeconómicos para llegar a las elecciones de fin de año.

En este marco analizamos a grandes rasgos la situación económica que heredará la próxima administración, comparando activos y pasivos con los existentes a fin de 2015 y 2019 (últimas dos elecciones generales). Para ello se consideran siete bloques claves: el contexto externo; el interno; la confianza de los mercados; la distorsión de los precios relativos; los factores potenciales de emisión monetaria; los desequilibrios de las cuentas externas y del sector privado; y la fortaleza del Banco Central ante eventuales shocks negativos.

1. Contexto Externo

El escenario internacional incluye una amplia cantidad de indicadores: crecimiento del PBI per cápita en el mundo, términos de intercambio (precios relativos de exportaciones de Argentina respecto de las importaciones, tasa de interés de largo plazo de Estados Unidos, fortaleza internacional del dólar y riesgo país de los países emergentes.
El nivel de cada una de estos factores, se estandariza en 100 para el año 2015 de forma de facilitar la comparación en los distintos momentos electorales y entre las magnitudes de las distintas variables.

  • Expansión del PBI per cápita en el mundo: PEOR. El crecimiento del ingreso promedio del mundo en 2022 fue bastante menor que en 2015 y 2019. Para 2023, los actuales (Rusia-Ucrania) y posibles (China-Taiwán) conflictos bélicos, así como la elevada inflación mantienen altos los niveles de incertidumbre y las tasas de interés. En este contexto, se espera que el mundo durante 2023 se expanda a un menor ritmo que el año anterior.
  • Términos de intercambio (TI): MEJOR. Si bien en 2023 los precios internacionales relevantes para Argentina serían menores que en 2022, aún se encontrarían en niveles bastante más altos que los registrados en los años 2015 y 2019.
  • Tasa de interés en Estados Unidos: PEOR. La elevada inflación en este país ha llevado a que la FED suba fuertemente la tasa de interés de corto plazo y eso ocasiona efectos sobre toda la estructura de tasas a lo largo del tiempo. Para 2023 no se esperan reducciones importantes en las tasas de interés en Estados Unidos y se mantendrían en niveles superiores a los registrados durante 2015 y 2019.
  • Fortaleza internacional del dólar: PEOR. Los altos niveles de incertidumbre junto con la suba de tasas en Estados Unidos han llevado al precio del dólar en el mundo (en términos reales) a niveles superiores a los de 2015 y 2019. Para 2023 no se espera una importante reversión de esta tendencia.
  • Riesgo país de mercados emergentes: PEOR que 2019 y MEJOR que 2015. Dada la incertidumbre comentada a nivel internacional y los niveles de las tasas en Estados Unidos, no se esperan cambios significativos en la Prima de Riesgo de los Mercados Emergentes para 2023.
  • Resumen: INDETERMINADO. Si bien para 2023 la mayoría de los indicadores del contexto externo resultan PEORES que en 2015 y 2019, la importancia relativa que tienen en Argentina los mayores TI y la falta de acceso a los mercados internacionales de crédito, hacen que este contexto no necesariamente resulte peor que el de los últimos dos años de elecciones generales.

2. Contexto interno

El escenario doméstico incluye una amplia cantidad de indicadores: PBI per cápita, nivel de empleo formal privado en términos de la población económicamente activa (PEA), poder adquisitivo del salario promedio, el grado de pobreza (personas) y tasa de inflación mensual doméstica.

  • PBI per cápita: PEOR. El nivel de PBI per cápita con el cual terminó la economía nacional en 2022 resultó similar al de 2019, pero fue 7 puntos más bajo que el registrado en 2015. Teniendo en cuenta que la encuesta del REM del BCRA espera una contracción del PBI total para 2023, el ingreso per cápita durante 2023 probablemente terminará por debajo del registrado en las últimas dos elecciones generales.
  • Empleo formal privado: PEOR. Dado que el nivel promedio de esta variable en 2022 estuvo por debajo de 2015 y 2019 y que para 2023 se espera una contracción de la economía, probablemente los niveles de empleo formal privado durante este año seguirán estando por debajo de los registrados en las últimas dos elecciones generales.
  • Inflación mensual promedio: PEOR. Dado que la encuesta del REM del BCRA espera que la evolución de los precios durante 2023 resulte similar al 2022, probablemente esta variable en el presente año continúe situándose muy por encima de lo registrado 2015 y 2019.
  • Poder adquisitivo del salario promedio: PEOR. Teniendo en cuenta lo proyectado para el nivel de actividad, el empleo y la tasa de inflación, es esperable que los salarios durante 2023 continúen bastante por debajo de los registrados durante 2015 y 2019.
  • Pobreza: PEOR. Dado el escenario esperado para el nivel de actividad, el empleo y los salarios, es muy probable que los niveles de pobreza durante 2023 continúen más elevados que en 2015 y 2019.
  • RESUMEN: PEOR. Las perspectivas para 2023 de los 5 indicadores utilizados para evaluar el contexto interno muestran niveles peores a los registrados durante 2015 y 2019.

3. Confianza

Los indicadores que se utilizan para captar el nivel de confianza en la economía de Argentina son cuatro: los precios de las acciones evaluadas al dólar libre, la prima de riesgo país neta (del nivel de promedio de los países emergentes), el tipo de cambio real del dólar libre y el coeficiente de monetización de la economía (base monetaria en términos del PBI).

  • Precio de acciones valuadas al dólar libre: PEOR que 2015 y MEJOR que 2019. Dado el contexto externo e interno, se espera que durante 2023 los precios de las acciones continúen en niveles mejores a 2019 pero probablemente por debajo de los registrados al momento de las elecciones de 2015.
  • Prima de riesgo país neta: PEOR que 2015 y MEJOR que 2019. Teniendo en cuenta el escenario externo e interno de la economía, se espera que durante 2023 la prima de riesgo neta de Argentina probablemente continúe en niveles muy elevados.
  • Tipo de cambio real del dólar libre: PEOR. Dado los niveles actuales y las condiciones macroeconómicas del 2023, se espera que esta variable, altamente dependiente de la incertidumbre, continúe situándose durante 2023 por encima de los valores registrados durante 2015 y 2019.
  • Coeficiente de monetización: PEOR. Esta variable intenta captar un concepto restringido (base monetaria) de la demanda de dinero (en pesos) que tiene la economía. Mientras menor sea, el Banco Central necesita generar una mayor tasa de inflación para obtener la misma recaudación de impuesto inflacionario necesario para financiar el desequilibrio del sector público. Teniendo en cuenta el contexto macroeconómico esperado para el 2023, esta variable probablemente continúe muy por debajo de los niveles registrados en 2015 y 2019.
  • RESUMEN
    Respecto 2015: PEOR. Todos los indicadores analizados muestran niveles esperados para 2023 que resultan peores a los del 2015.
    Respecto 2019: IGUAL o PEOR. Si bien el precio de las acciones y la prima de riesgo neta podrían resultar un poco mejor que en 2019, tanto el valor del dólar libre como la monetización de la economía probablemente resulten bastante peores en 2023.

4. Atraso en Precios Relativos

Los indicadores que se utilizan para captar el atraso de precios relativos (inflación reprimida) son dos: el precio relativo de los servicios regulados respecto del promedio del índice de precios al consumidor (IPC) y el tipo de cambio real del dólar oficial.

  • Precio relativo de los servicios regulados: SIMILAR a 2015 y PEOR que 2019. El nivel actual del cociente entre los precios de los servicios regulados respecto del promedio de precios del IPC se encuentra en niveles similares a los de octubre de 2015, pero bastante más atrasados que en el mismo mes de 2019. Si bien el programa con el FMI incluye compromisos para actualizar las tarifas públicas durante 2023, dada la alta inflación esperada, se esperan aumentos promedio para el conjunto de los servicios regulados (más amplio que las tarifas públicas) levemente por encima o similar a la tasa de inflación.
  • Tipo de cambio real del dólar oficial: MEJOR que 2015 y PEOR que 2019. Teniendo los niveles actuales y las condiciones macroeconómicas del 2023, se espera que esta variable continúe situándose con valores superiores a los registrados en octubre de 2015, pero bastante por debajo del registrado en el mismo mes en 2019.
  • RESUMEN
    Respecto 2015: MEJOR. Si bien los precios de los servicios regulados resulta similar a los de octubre del 2015, el tipo de cambio real oficial presenta un menor nivel de atraso cambiario.
    Respecto 2019: PEOR. Tanto los precios de los servicios regulados como el tipo de cambio real oficial se encontrarían en octubre de 2023 con niveles de atraso superiores a los registrados en octubre de 2019.

5. Factores potenciales de emisión monetaria

Los indicadores que se utilizan para captar este problema son tres: el déficit primario del Gobierno nacional, los intereses de los pasivos monetarios del Banco Central y el stock de la deuda bruta del gobierno nacional. Todas las variables son expresadas en términos del PBI.

  • Déficit primario: MEJOR que 2015 y PEOR que 2019. El desequilibrio de las cuentas fiscales (sin contar los intereses) durante 2022 se encontró en niveles inferiores a los registrados durante 2015, pero resultó más elevado que el de 2019. De acuerdo a lo esperado para 2023, este déficit debería reducirse levemente para cumplir con la meta establecida en el acuerdo con el FMI pero igual se mantendría por encima del registrado en 2019.
  • Intereses de los pasivos monetarios del BCRA: PEOR. El nivel más alto de deuda junto con las mayores tasas de interés determinaron que en 2022 el flujo de estos intereses resulte superior a los del 2015 y 2019. Para 2023, dado que se espera que continúe la actual política de esterilización del BCRA como así también las relativamente altas tasas de interés, dicho flujo se mantendría por encima de los registrados en los últimos dos períodos electorales.
  • Deuda bruta pública: PEOR que 2015 y MEJOR que 2019. Dadas las necesidades de financiamiento del sector público en 2023, se espera que se mantengan cualitativamente las diferencias evidenciadas en 2022 respecto los últimos dos períodos electorales.
  • RESUMEN: PEOR. Asumiendo que el stock de deuda del Tesoro pueda refinanciarse (no se utiliza la emisión monetaria para cancelar deuda del Gobierno nacional), los factores potenciales de emisión monetaria estarían dados por la suma de los flujos de déficit primario del Gobierno y de los intereses de los pasivos monetarios del BCRA. Durante 2023, esta suma resultaría muy superior a la registrada en 2015 y 2019.

6. Cuentas externas y del sector privado

Los indicadores que se utilizan en ítem son dos: el nivel de la cuenta corriente del país y el de la diferencia entre el ahorro y la inversión del sector privado (superávit).

  • Cuenta corriente: MEJOR. Durante 2022, el superávit de la cuenta corriente como porcentaje del PBI resultó mayor que en 2015 y 2019. Si bien, este hecho refleja en 2022 un menor flujo de financiamiento neto al país, también muestra un virtual equilibrio entre los niveles de ahorro e inversión total. A pesar de los problemas actuales de la cosecha de la pampa húmeda y su efecto negativo sobre las importaciones, dadas las restricciones de financiamiento externo a las que está sujeta la economía de Argentina durante 2023, es esperable que el resultado de la cuenta corriente durante este año se sitúe nuevamente en niveles superiores a los registrados en 2015 y 2019.
  • Superávit privado: SIMILAR. El mayor nivel de ahorro privado en relación a la inversión registrado durante 2022 resultó bastante similar a los del 2015 y 2019. Teniendo en cuenta las condiciones macroeconómicas del 2023, no se esperan cambios sustanciales en esta dinámica durante dicho año.
  • RESUMEN: MEJOR. Se espera un mejor resultado de la cuenta corriente que el de 2015 y 2019 y un resultado
    privado similar al de dichos años.

7. Fortaleza del Banco Central ante shock negativos

El indicador utilizado en este ítem es el de las reservas netas de BCRA como porcentaje de la base monetaria.

Reservas netas BCRA/base monetaria: MEJOR o SIMILAR que en 2015 y PEOR que en 2019. Teniendo en cuenta los niveles actuales de las reservas netas del Banco Central y la posible dinámica de las mismas durante el 2023, es esperable que el nivel del cociente resulte un poco mejor o similar al del 2015, pero probablemente bastante por debajo del registrado en octubre de 2019.

Conclusiones

Teniendo en cuenta los diferentes aspectos que afectan la herencia que deja la economía para fines de 2023, la misma resulta levemente peor a la del 2015 y bastante más complicada que la del 2019. En el primer caso, de los siete bloques considerados, tres resultarían peores en 2023 respecto de 2015, dos mejores, uno mejor o igual y otro indeterminado. Con respecto al 2019, la herencia para 2023 resultaría bastante más complicada, ya que habría cuatro bloques peores, solamente uno mejor, otro igual o peor y uno indeterminado.

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