Cada vez son más las empresas de alimentos que nacen con un modelo de negocio 100 % sustentable y buscan una manera de producir minimizando su impacto ambiental. Sólo en términos de desperdicios, la industria alimenticia genera 3.300 millones de toneladas métricas de emisiones anuales de dióxido de carbono, lo equivalente a casi el 30 % del área cubierta por tierras agrícolas en el mundo.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para alimentar a la creciente población mundial, que alcanzará los 9.000 millones de habitantes en 2050, será necesario producir más alimentos bajo un modelo sostenible, utilizando menos agua y reduciendo desperdicios.
Los consumidores también están tomando conciencia de esta problemática y exigen mayor información sobre el origen de los productos que consumen, y poder elegir a aquellas empresas y marcas que tengan un modelo de producción ético y sostenible.
Trazabilidad del campo a la mesa
El chef platense Mauro Colagreco y su hermana, la emprendedora Carolina Colagreco, son los fundadores de CARNE, una cadena de hamburgueserías que nació con una razón de ser: cuestionar el paradigma actual de la producción masiva de alimentos.
“Nuestro modelo productivo estuvo siempre diseñado en la industria, no en el restaurante, porque en la materia prima que usamos está lo más importante para nosotros”, explica Colagreco.
“Cuando empezamos a buscar quién podía producir con los estándares que nosotros pedíamos, encontramos que era muy difícil hacer la traza del animal del campo a la hamburguesa. Los proveedores estaban tan formateados por la industria que no creían que se pudiera trabajar de otra manera. Pero fue un camino evolutivo, que también fue impactando en cada uno de ellos”, señala Colagreco.
Otro caso habitual es que muchos proveedores que producen de manera orgánica no están certificados porque no tienen los recursos económicos ni administrativos para poder hacerlo.
“Si no tengo manera de certificar que ese alimento es orgánico, visito al productor y veo cómo trabaja, porque el objetivo es plantear una conversación, un debate, sobre el paradigma actual de la producción de alimentos, y esa búsqueda la expresamos en cada ingrediente. Por eso decimos que, cada vez que uno come, decide el mundo en el que quiere vivir, y en las acciones que tomamos como empresa está esta convicción.”
Cuidado del medio ambiente desde el cultivo
Agro Sustentable es una empresa argentina dedicada a la investigación, desarrollo, producción y comercialización de bioinsumos 100 % orgánicos, destinados a mejorar la calidad y el rendimiento agronómico de los cultivos, que ya alcanza mercados como España y Paraguay con sus productos.
Joaquín Basanta, presidente de Agro Sustentable, cuenta que la compañía busca generar un impacto económico, social y ambiental a través de un modelo de negocios que sea rentable y sustentable a la vez. Y agrega que existe demanda creciente de empresas con una mirada ambiental, de la que también participan clientes y consumidores finales. “Con nuestros bioinsumos, los clientes logran resultados finales incluso mejores que los alcanzados mediante sistemas convencionales, e impactan positivamente en todo el agroecosistema”, apunta Basanta.
Sobre la posibilidad de que el precio de los productos sustentables pueda ser un obstáculo para tener una llegada masiva a los consumidores, Basanta opina que hoy es posible obtener ganancias y ser responsable con el cuidado del medio ambiente. “Nuestros clientes no sólo mostraron un mejor margen final, sino que también el costo es menor con respecto a otros insumos”, asegura.
Y agrega que hace falta que nuevas empresas sumen esta visión, para lo que es clave la incorporación de recursos humanos capacitados y tecnologías adecuadas, que no siempre son accesibles para las firmas más pequeñas. “En el caso argentino, todo el tiempo se están creando nuevas startups innovadoras, que inician como una pyme con visión sustentable, pero que necesitan financiamiento crediticio para mejorar sus infraestructuras. En cualquier caso, creemos que es cuestión de tiempo solamente para que la incorporación total de prácticas sostenibles con el medio ambiente sea una realidad”, explica Basanta.
Del campo directo al consumidor
Pura Frutta es una compañía dedicada a la producción de jugos de fruta sin agregados, como azúcar, endulzantes o colorantes. Su ciclo de producción comienza en las chacras del Alto Valle con productos de Patagonians Fruits, principal productor y exportador de frutas, y socio de Patagonia Beverage SRL (empresa detrás de la marca), y termina directamente en el punto de venta.
Desde sus inicios decidieron generar un modelo de negocios respetuoso con el medio ambiente y con un impacto ético y social. “Ser una empresa de triple impacto implica que, además de buscar el éxito financiero, la empresa se compromete a beneficiar a la sociedad y cuidar el medio ambiente. Desde siempre ese fue el objetivo de Pura Frutta, que nos impulsa a seguir innovando, a buscar formas de mejorar continuamente, para dejar un legado positivo en nuestra comunidad y en el planeta”, enfatiza Martín Carro, socio gerente del área de Producción de la compañía.
Por su parte, Mara Mercado, analista de Sustentabilidad de Pura Frutta, añade que la conciencia ambiental está muy presente en la sociedad debido a la crisis climática que es cada vez más palpable. “Los consumidores están preocupados por el impacto ambiental de sus decisiones de compra. Buscan productos y marcas que reflejen sus valores y que demuestren un compromiso genuino con la sostenibilidad. Las consultas que nos llegan a través de redes sociales reflejan cada vez más una preocupación por el impacto ambiental del producto”, dice la ejecutiva.
“Fomentar la colaboración entre empresas, organizaciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil para ayudar a crear redes de apoyo que faciliten la adopción de estas prácticas es clave. Esto puede incluir la creación de asociaciones sectoriales para compartir mejores prácticas, la colaboración en proyectos de investigación y desarrollo, y la promoción de estándares de sostenibilidad en toda la cadena de suministro”.