SAP es una empresa de vanguardia en la gestión de recursos empresariales. Desde su fundación en 1972 en Alemania, y con 30 años en Argentina, la multinacional fue pionera en desarrollo de software corporativo (ERP), al ofrecer soluciones que abarcan desde la planificación y la logística hasta la gestión financiera.
Claudia Boeri cumplió doce años en SAP. Desde sus primeros pasos, tras ejercer como CEO de Gestión de Operaciones, en el último tiempo dio el salto a presidente de la región Sur, que incluye Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia y Perú. Formada en Ingeniería en Sistemas, la argentina logró liderar un campo dominado por hombres. En esta nota cuenta su visión sobre la tecnología para empresas.
—¿Cómo afrontas el ritmo vertiginoso de los cambios en la tecnología?
—Siempre digo que las herramientas tecnológicas son las que cambian más rápidamente. Hoy hay una app, y mañana ya no sé. Pero creo que sí hay tendencias tecnológicas históricas que marcan momentos significativos, como Internet, las redes sociales, los smartphones y la inteligencia artificial. SAP hace ocho años que aplica redes neuronales al desarrollo de aplicaciones, porque tiene claro que el objetivo no es sólo interactuar con datos, sino dotarlas de procesos automáticos. Ahora hablamos de IA generativa y que ya no está atrás, sino adelante, por ejemplo, con Copilot (IA de Microsoft). Son 50 años con muchos cambios tecnológicos en el medio.
—¿Este impacto con la inteligencia artificial se extiende también a las pymes? ¿O crees que están más rezagadas?
—Diría que la tecnología en general y la inteligencia artificial son democráticas. Hoy todo el mundo tiene acceso a ellas. No hay startup que no esté orientada hacia la tecnología, y todas las empresas están adaptándose en la medida de sus posibilidades. Algunas pueden tener más capacidad de decisión e inversión en ciertos momentos, pero las oportunidades son para todos. Nuestro software de gestión está diseñado para potenciar los negocios de manera ágil y sostenible, ya sean grandes corporaciones, pymes o microempresas. Hay procesos de inteligencia artificial en toda la cadena de valor en el área de ERP, desde la gestión integral del negocio hasta las finanzas, la cadena de suministro, recursos humanos, compras, procesamiento de gastos, entre otros. Y las pymes necesitan todo eso también.
—A veces el gap entre la necesidad y la posibilidad de inversión de las pymes es grande…
—En Argentina tenemos 1.800 clientes, incluyendo a grandes marcas y empresas medianas y pequeñas. La tecnología representa una ventaja competitiva, y se debe considerar que hacer crecer una empresa no sólo implica contratar más personal.
—Decías que la inteligencia artificial es democrática. Pero, ¿presenta riesgos?
—Es riesgosa si no se usa adecuadamente. Nosotros gestionamos procesos de negocio a través de aplicaciones en un marco de empresas y organizaciones. Su funcionamiento se basa en datos, los cuales permiten el aprendizaje necesario para su correcto funcionamiento. Por ende, la calidad de los procesos y de los datos es fundamental. Si están bien diseñados, el aprendizaje va a ser positivo, pero si son de baja calidad, van a ser malos. En SAP buscamos integrar la inteligencia artificial en el contexto de los procesos de negocio que gestionamos, utilizando datos curados y cumpliendo con las normas de seguridad y ética correspondientes. Contamos con un comité de ética que aprueba cada innovación o desarrollo incorporado en nuestras aplicaciones. Hay una estadística que dice que el 87 % del comercio del mundo pasa por un sistema SAP. Es una responsabilidad muy grande.
—¿Existe el riesgo de que la IA se desmadre y termine fagocitando a su creador?
—Hay muchas películas, todas muy interesantes, realmente te hacen un fin de semana fantástico (risas). No me atrevería a dar un veredicto. No tengo dudas de que la potencia tecnológica existe y cada vez avanza más. La humanidad tiene que ver cómo utilizará estos avances en su beneficio. Las máquinas se usaron como tractores en el campo y fueron aplicadas en lo productivo, que era generar alimentos. Los seres humanos se tienen que llamar a ese objetivo con la IA, y los comités de ética, como los de nuestra empresa, son sanos y necesarios.
—Respecto a la sostenibilidad, ¿cómo se integró este concepto en las prioridades de gestión empresarial y cómo está siendo recibido en el sector privado?
—La sustentabilidad, en su sentido más amplio, no es un tema nuevo en industrias con un alto impacto ambiental. Lo que cambió es el enfoque de la sostenibilidad, que es más abarcativo, y se ha vuelto relevante para todas las empresas. En el caso de SAP, la gestión de software en la nube implica emisiones de carbono y consumo de energía en nuestros data centers. SAP ha estado trabajando desde hace más de 50 años en lo que las empresas hacen; ahora les facilitamos medir su impacto ambiental a través de iniciativas como Green Ledger. Esto implica integrar funcionalidades en nuestros sistemas ERP, que permiten registrar cómo las empresas realizan sus actividades.
—¿Cómo está evolucionando la adopción de la sostenibilidad?
—La adopción lleva tiempo porque requiere la intención de las empresas. Habilitar estas funcionalidades implica habilitar campos de información en los sistemas (por ejemplo, si se decidiera usar vehículos eléctricos), lo que requiere que las empresas decidan registrar su impacto ambiental de manera activa. Sin embargo, ha avanzado mucho el monitoreo. Nosotros tenemos la aplicación Sustainability Control Tower, que ayuda a componer los reportes a entregar en las mediciones.
—¿Hay una demanda creciente por parte de los consumidores y de los Estados en este sentido?
—Totalmente. En Alemania, que es donde está nuestra casa matriz, las políticas de privacidad de GDPR son fuertísimas. Cualquier empresa que quiera comerciar con una par europea tiene que cumplir las normativas de protección de datos. Aunque estas legislaciones no son globales están teniendo un efecto contagio que nos lleva a todos a un camino más controlado en datos, inteligencia artificial y sostenibilidad.