La “revolución verde” se expande en el mundo cripto
Luego de años de ser señaladas como uno de los negocios más contaminantes del mundo, las criptomonedas buscan reconvertirse con los token verdes que promueven las inversiones en proyectos sustentables.

24 May, 2023

En septiembre de 2022 tuvo lugar un hito que marcó un antes y un después en el mundo cripto: se concretó The Merge, una fusión sustentable que le permitió a Ethereum (la blockchain más popular detrás de Bitcoin) reducir drásticamente su consumo de electricidad y eliminar el 99,99% de su huella de carbono.

Al mismo tiempo, un informe liderado por el Crypto Carbon Ratings Institute confirmó que las emisiones de carbono de la red bajarán un 99,99%, y pasarán de más de 11 millones de toneladas de consumo anuales a solo 870.

A nivel regional, varios países ya dieron sus primeros pasos en esta dirección. Green Coin fue el primer token verde en compensar emisiones de carbono a partir de la protección de una reserva natural situada en Panamá.

Green Coin es un criptoactivo ambiental enfocado en que el ciudadano responsable pueda medir, mitigar y reducir su huella de carbono.

Desarrollado por la empresa Greencoin Sarl de Luxemburgo este proyecto utiliza tecnología blockchain y, por ende, se presenta como “el instrumento financiero y de inversión más sencillo, transparente y descentralizado del mercado”. Al ser un criptoactivo ambiental está enfocado en que el ciudadano responsable pueda medir, mitigar y reducir su huella de carbono.

De carácter inalterable, este token digital equivale a 100 kilos de dióxido de carbono que no es emitido a la atmósfera, lo que evita el desecho de 751,87 botellas de plástico de medio litro. “Cada una de las 30.000 hectáreas que conforman la reserva forestal están monitoreadas vía satélite y su captura de carbono es evaluada constantemente”, afirmó Pedro Ceja, CEO de Horeb Energy, compañía de tecnología ambiental y transición energética.

Iniciativas con impronta local

Siguiendo el caso del país centroamericano, a nivel local, Corrientes puso en marcha el programa Reforesta 3.0, que permite adoptar un árbol a través de la compra de un token no fungible. Detrás de la campaña se encuentra la organización no gubernamental (ONG) Manos Libres, que tiene como eslogan “plantar un árbol y sembrar conciencia”.

“En 2022, la provincia sufrió uno de los incendios más grandes de su historia. Se perdieron más de un millón de hectáreas, que acabaron con la vida de miles de animales y plantas silvestres, y afectaron en gran medida la biodiversidad del lugar”, describió Manos Verdes. Y agregó: “Lanzamos esta campaña con el objetivo de plantar un millón de árboles nativos en espacios públicos de todo Corrientes”.

A nivel nacional también se destaca Green Bond Meter (GBM), que lanzó a la venta GBM Coin, una moneda digital que, con una pata argentina en su gestación, es considerada una alternativa eco-friendly. Al estar diseñada sobre la blockchain de Ethereum, implica un consumo energético un 75% menor al de Bitcoin.

La adquisición de cada uno de los tokens de GBM colabora con la preservación de un metro cuadrado de bosque o selva. El proyecto se inició con el cuidado del ecosistema misionero y, de cara al futuro, la compañía se puso como objetivo proteger a un total de un millón de hectáreas en diez países en los próximos diez años.

El beneficio para los clientes es que tienen trazabilidad y pueden hacer un ecobranding, es decir configurar en la aplicación móvil su perfil personal o de marca y así demostrar que están colaborando a mitigar la crisis climática.

“Todos los años, por preservar estos espacios se generan créditos de carbono. Entonces, quienes tienen token por esas parcelas pueden comprarlos con un 50% de descuento antes de que salgan al mercado. O sea, no solo ayudan al medioambiente, sino que también ganan dinero”, explicó Juan Núñez, cofundador y CEO del desarrollo.

Criptomoneda sin emisiones 

Recientemente, la organización Universal Protocol Alliance (UPA), un conglomerado de empresas líderes en blockchain, lanzó Bitcoin Zero, una nueva versión Bitcoin pero con emisiones cero de carbono y respaldada por una unidad de carbono verificada (UCV).

Y bajo la misma lógica, esto se logra a través de un sistema similar, en el que se combina un bitcoin con la supresión de diez toneladas de dióxido de carbono. 

La herramienta está certificada por varias agencias internacionales que validan el compromiso de la empresa cada vez que se acuña un bitcoin zero (BTC0), moneda disponible en la plataforma Uphold para todos sus usuarios en América Latina.

“Imagínense que si, además de todos los beneficios que ya conocemos, se pudiera utilizar cripto para salvar selvas tropicales”, apuntó Juan Pablo Thieriot, CEO de Uphol. Y agregó que si bien el bitcoin revolucionó los instrumentos financieros, “es una moneda poco sustentable”. En números, y según sus cálculos internos, un bitcoin representa 2,5 toneladas de carbono por año.

A su vez, el ejecutivo destacó que los créditos voluntarios de carbono son perpetuos, a diferencia de los tradicionales de cumplimiento regulado, que duran un año. “Hoy existen certificadores muy buenos, rigurosos y confiables que garantizan que el respaldo sea real. En 10 o 20 años, será la moneda de reserva más lógica”, adelantó el experto.

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