Un análisis del Fondo Monetario Internacional muestra que las mujeres podrían salir perdiendo durante la transición de empleos contaminantes a verdes. El motivo: el número excesivamente bajo de mujeres que estudian carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM), vitales para los empleos ecológicos del futuro.
Las mujeres están mucho más infrarrepresentadas en los empleos verdes, aquellos que mejoran la sostenibilidad ambiental o reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, que en los empleos contaminantes.
EL FMI destaca que, aunque la mayoría de los trabajadores tienen empleos neutros, la brecha es importante porque los empleos verdes, en los que ya trabaja una de cada diez personas ocupadas, van a registrar un crecimiento mucho más rápido a medida que el mundo avance hacia una economía más sostenible.
La brecha de género en la formación en disciplinas de CTIM es uno de los mayores obstáculos que impiden a las mujeres conseguir empleos verdes.
Por ejemplo, sólo el 6% de las mujeres que trabajan en las economías avanzadas tienen empleos verdes, en comparación con el 20% de los hombres ocupados. La proporción de mujeres en puestos de este tipo es aún más baja en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
En general, los empleos verdes pagan mejores salarios con respecto al resto de puestos de trabajo de la economía. En Colombia, por ejemplo, la prima salarial es del 9% en el caso de los hombres y del 16% en el de las mujeres.
Brecha de género
La brecha de género en la formación en disciplinas de CTIM es uno de los mayores obstáculos que impiden a las mujeres conseguir empleos verdes. Las competencias que proporciona esa formación son esenciales para los sectores de la ingeniería, la energía renovable y la tecnología que impulsan la innovación. Pero las mujeres siguen infrarrepresentadas en las carreras de CTIM a pesar de los importantes avances que han logrado en el ámbito de la educación superior, destaca el FMI.
Las mujeres representan menos de un tercio de los graduados en disciplinas de CTIM en muchos países. Sin iniciativas específicas para incrementar esa participación, la transición verde puede agravar la desigualdad de género en la población activa.
El informe también destaca que los países con una mayor proporción de trabajadores formados en CTIM y políticas de igualdad de género más eficaces suelen lograr reducciones más pronunciadas de las emisiones de gases de efecto invernadero. La intensidad de emisiones en estos países es entre dos y cuatro puntos porcentuales más baja.
Irlanda, por ejemplo, triplicó en el plazo de ocho años la proporción de mujeres jóvenes que se gradúan en CTIM integrando asignaturas de esta temática en todos los niveles educativos, con especial atención a la formación temprana de las chicas, además de adoptar planes de estudio centrados en cuestiones de género y proporcionar formación especializada a los educadores.
“El camino hacia una economía sostenible debe trazarse con inclusividad. Cuanto más puedan contribuir a la transición verde tanto las mujeres como los hombres, y cuanto más puedan beneficiarse ambos de ella, mejor nos irá a todos”, concluye el FMI.