La criptomoneda más conocida, el bitcoin, llegó este año a cotizar 57.000 dólares. Tiene una volatilidad muy alta, apenas once meses antes se pagaba a menos de 5.000 dólares.
Los analistas financieros lo ven como un vehículo para la especulación, pero cuyo valor puede estabilizarse y alcanzar límites a partir de la regulación.
Regulación
Uno de los límites del bitcoin es que no posee un marco regulatorio eficiente a la hora de prevenir el lavado de dinero. Y su regulación en términos tributarios y de lavado de activos podría bajar su cotización. Ahora está alto, en principio, porque no se le exigen los mismos estándares que se le exigirían a otro tipo de sujetos obligados con enfoques basados en riesgo. Y tampoco hay tantos controles con respecto a cuál es el origen de los fondos de los inversores en estos activos.
Sin embargo, Juan Diehl Moreno, socio del Estudio Marval, O’Farrell & Mairal, aseguró que la mayoría de los brokers que operan en criptomonedas hoy en la Argentina cumplen con la normativa para lavado de dinero porque las exigencias vigentes los designan como sujetos obligados, al igual que otros jugadores.
Raúl Saccani, socio líder de Forensic & Dispute Services de Deloitte Marketplace para el Cono Sur, explicó: “Hay una preocupación creciente en el mundo porque es una herramienta que utilizan los lavadores. Van comprando pequeñas cantidades de criptomonedas, y hay un nivel de opacidad muy grande que permite que las cuentas luego se canalicen a través de distintas jurisdicciones. Se necesita un mayor consenso en todas las jurisdicciones para resolver estos problemas de identificación del cliente y asegurarse de que el origen de los fondos sea lícito. No hay un marco regulatorio uniforme y, por lo tanto, estos flujos pasan por donde hay menos controles”.
El riesgo surge a partir del hecho de que el bitcoin funciona de manera similar al efectivo. Se puede obtener individualmente sin la necesidad de un exchange. Pero, a diferencia del dinero físico, es más sencillo para utilizar en transacciones transfronterizas.
Además, para Lisandro López, socio del Departamento de Tax & Legal de la consultora PwC, «también existe una falta de convencimiento de los gobiernos para resignar su política monetaria, y para habilitar una moneda que no sea controlable por parte de los bancos centrales de los distintos países”.
Sustentabilidad
El empresario Bill Gates siempre mostró una imagen de preocupación por el medio ambiente. Y con respecto al bitcoin señaló otro de sus límites: que el alto consumo energético que conlleva su producción y almacenamiento produce daño ecológico.
Saccani, mencionó que el impacto energético que tiene las criptomonedas no es un tema menor: “Si lo comparamos con lo que consumiría un país, el bitcoin está entre los 30 países del mundo que más energía consumen. La electricidad que se necesita para que las computadoras que minan esos activos alcancen la potencia de cálculo necesaria implica una huella de carbono fenomenal”.
Por su parte, Marcos Bazán, socio líder de Asesoría Financiera de Deloitte Marketplace para el Cono Sur, explicó: “Los defensores del bitcoin dicen que el oro como reserva de valor también necesita energía. El consumo es para producirlo en el proceso de minería que lleva mucho tiempo y también se necesita mucha energía eléctrica para almacenarlos en los servidores”.
