Reservas externas y desembolsos del FMI
El Gobierno y el Banco Central apuntan a acelerar la liquidación de granos por parte de los productores. Está presente el riesgo de que las reservas del Central no crezcan al ritmo esperado por las autoridades para llegar al próximo desembolso del FMI.
Bandera de argentina y logo del FMI

3 Ago, 2022
Jorge Vasconcelos (para el Informe de coyuntura de IERAL).

Desde principios de año hasta los últimos datos, las Reservas netas del Banco Central se han incrementado en 1.100 millones de dólares, un período en el que las transferencias del FMI (DEG) contabilizadas se incrementaron en 3.700 millones. Es decir, sin ese recurso, las reservas habrían caído en 2.600 millones en el período. Esto subraya la importancia que tiene para la Argentina no cortar los puentes con el organismo con sede en Washington.

Reservas BCRA

De acuerdo a la evaluación que realice el staff del grado de cumplimiento de las metas que cerraron a fin de junio, se espera para el 10 de septiembre un desembolso de 4.100 millones de dólares, pero el tema es lo que ocurra con el chequeo de fin del tercer trimestre. La preocupación es simétrica, tanto para el Gobierno como para la conducción del FMI, ya que para 2023, frente a vencimientos por 19.700 millones de la deuda con el Fondo, los desembolsos acordados (condicionados a las metas) alcanzan sólo a 16.500 millones, una diferencia de 3.100 millones. Sin acumulación de reservas, no hay forma de que la Argentina pueda mantenerse al día con esos compromisos.

FMI: Vencimiento de deuda y desembolsos acordados

La experiencia en lo que va del año ha sido frustrante en términos de acumulación de reservas. Obsérvese que, hasta la última semana de julio, las compras netas de dólares por parte del Banco Central en el mercado oficial de cambios acumularon 897,4 millones desde principios de años, cifra que se compara con los casi 7.500 millones de dólares atesorados en igual período de 2021.

Compras netas de dólares del BCRA

Recientes anuncios del Gobierno y el Banco Central apuntan a acelerar la liquidación de granos por parte de los productores, y abren la posibilidad de acceder a “dólar ahorro” sin las restricciones del cupo de 200 por mes, por hasta el 30% de la operación. El mecanismo, prevé que el 70% de la venta de granos pueda ser depositado en una especie de caja de ahorro en pesos ajustable por el tipo de cambio oficial, una suerte de seguro “antidevaluación” que ya no puede ser ofrecido por el BCRA a través de operaciones de “dólar futuro” (Rofex), ya que los compromisos asumidos en este plano se acercan a los limites acordados con el FMI. En principio, los pesos aplicados a esta cuenta quedarán esterilizados para mejorar el control monetario, y no habría restricciones para que los productores puedan vender en el mercado los dólares-billete adquiridos por el 30% de la operación, como un modo de alimentar la oferta en el segmento libre de divisas. De acuerdo a fuentes del sector agroindustrial, es posible que haya algún volumen adicional de operaciones en el mercado de granos a propósito de estas medidas, pero con un efecto muy acotado en el tiempo.

Está presente, por ende, el riesgo de que las reservas del Central no crezcan al ritmo esperado por las autoridades, al tiempo que ya se ha activado el efecto dominó derivado de este tipo de medidas, con creciente presión de sectores que aspiran a “premios” similares. A lo que se suma el obvio apoyo de los gobernadores que se corresponden con las distintas economías regionales, lo cual, a su vez, habrá de alimentar las grietas del propio oficialismo.

Los desbordes fiscales y monetarios se expresan en inflación (que atrasa el tipo de cambio real) y demanda agregada que no puede ser satisfecha por la oferta local.

Lo cierto es que el deterioro del sector externo no se explica por el eventual atraso en la liquidación de granos, o por el peso puntual de las facturas de gas importado, ya que el verdadero telón de fondo es la acumulación de desbordes fiscales y monetarios (que se expresan en inflación que atrasa el tipo de cambio real) y demanda agregada que no puede ser satisfecha por la oferta local.

Obsérvese al respecto lo que ocurre con exportaciones e importaciones de productos industriales, una forma de separar las cuentas externas del factor agro y/o energético.

Balanza comercial externa; productos industriales

Si se comparan los datos seleccionados de la balanza comercial, se tiene que, desde junio de 2019 a igual mes de 2022, las exportaciones de manufacturas de origen industrial pasaron de 1.589 a 2.183 millones de dólares (incremento de 37,0%), y las importaciones de productos industriales lo hicieron de 3.648 a 6.537 millones de dólares, una variación de 79,2%. Si se acepta la regla de importaciones subiendo a un ritmo que multiplica por tres las variaciones del PIB, las cifras desconciertan: el PIB en el presente se ubica sólo 3,8% por encima del registro de junio de 2019, por lo que, a lo sumo, habría explicación para un incremento de 25% de las importaciones (considerando inflación internacional). Hay un plus, que puede ser adjudicado a la mejora de los términos de intercambio (de 19,2% en el período), pero de ningún modo es suficiente para explicar los 54 puntos porcentuales acumulados en tres años. Anualizando el dato de junio, se tienen compras al exterior de productos industriales por 78.500 millones de dólares en 2022, frente a 43.800 millones en 2019, aplicando igual metodología. La diferencia de 35.000 millones, en parte explicada por un atraso cambiario del orden del 20% en el período, está lejos de ser sustentable, salvo una mejora inesperada de los términos de intercambio, o de un flujo inédito de crédito comercial externo para financiar las importaciones.

Como se ve, los anuncios de las últimas horas apenas si rozan el corazón de la dinámica del sector externo. De allí que reine el escepticismo y se alimenten expectativas de medidas complementarias, o intentos en otra dirección. Aun sin garantía de éxito, al menos el Gobierno debería trabajar en el frente fiscal de un modo más explícito y mucho más profundo. Y aquí habrán de aparecer los obstáculos desde la dimensión política.

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