Dolarización de la economía: cómo se aplicaría y qué efectos tendría
Los argumentos a favor y en contra que tienen los economistas sobre esta propuesta y el impacto que generaría cambiar la base monetaria para el país.

5 May, 2023

En medio de una inflación que no da tregua, una emisión más alta de lo deseable y un déficit fiscal elevado, la propuesta de dolarización que sugirió el precandidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei, es objeto de un debate caliente entre los economistas por estos días.

La decisión de depreciar el peso para refugiarse en el dólar surge, para algunos, como la solución a todos los problemas que atraviesa hoy la Argentina, mientras que, para otros, se trata de una medida que traería más consecuencias negativas que positivas. De ahí, la grieta entre las posturas a favor y en contra.

En medio de las opiniones tajantes, hay quienes matizan la discusión, haciendo hincapié en los tiempos que se requieren para dolarizar y las acciones que hace falta poner en marcha. Así también, aparece el interrogante de avanzar con un gradualismo o un shock a la hora de aplicar este nuevo esquema monetario y cambiario.

Voces a favor

Según la propuesta de los economistas Emilio Ocampo y Nicolás Cachanosky, que Milei elogió, dolarizar “no sólo no implica ningún endeudamiento, sino que permitiría repagar de inmediato la deuda que el Banco Central tiene con el sistema bancario y, una vez cancelada (en un período de no más de cinco años) se avanzaría en la reducción de deuda externa más grande de la historia argentina sin un default”.

Lo que proponen es un vehículo llamado fondo de estabilización monetaria (FEM), al que ingresaría la deuda del Estado Nacional con el Banco Central y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses (en formato de bonos bajo ley de Nueva York). También los pasivos financieros del Central.

“Si este cepo estalla, iremos a una hiperinflación, que no es otra cosa que una dolarización desordenada.” Aldo Abram.

Aldo Abram, titular de la Fundación Libertad y Progreso, fue uno de los pocos que apoyó la propuesta del economista libertario. “Si este cepo estalla, iremos a una hiperinflación, que no es otra cosa que una dolarización desordenada”, advirtió. Según su visión, la aceleración en las cotizaciones paralelas y el avance de la inflación responden a la creciente pérdida de poder adquisitivo. “La única salida lógica es abandonar el peso. Se va a una estabilidad que permite recuperar la economía”, manifestó.

Voces en contra

Marina Dal Poggetto, titular de la consultora EcoGo, consideró que “las soluciones mágicas no existen” y afirmó que “actualmente, la demanda de pesos se mantiene porque hay un esquema de represión financiera”. Y resaltó: “El camino a tomar no es un programa sin costos. Se necesita un plan de estabilización. El país no tiene reservas ni puede conseguir financiamiento en dólares para canjear la base monetaria, porque no tiene acceso a esa posibilidad de endeudamiento”.

En esa línea, el director de la consultora Quantum Finanzas, Daniel Marx, aseguró que la idea de dolarizar la economía “está lejos de ser la solución a todos los problemas del país”. Según Marx, estos son “planteos guiados más por lo personal que por el mediano plazo”

El economista explicó que la Argentina “posee un ciclo económico que difiere al de Estados Unidos, dueña de la moneda que se busca implementar”. Y luego explicó: “Hay que pensar muy bien este hipotético plan, porque muchas veces se presenta como la solución mágica de todos los problemas y está lejos de serlo. En lugar de dolarizar, conviene dar mayor credibilidad para que aumente la confianza en el peso. De ser así, la dolarización no hará falta”.

Un informe elaborado por el Centro de Economía Política de Argentina (CEPA) adelantó que implicaría una megadevaluación. “La dolarización no resuelve la raíz estructural de los desequilibrios macroeconómicos en la Argentina, sino que elimina la moneda propia, ajusta drásticamente el déficit fiscal (con lógico impacto en partidas sociales) y licúa salarios, abandonando la opción productiva. Es un cambio de ordenamiento profundo para virar hacia una economía para unos pocos”, destacó el estudio.

“La economía requiere una moneda propia, cuya fortaleza se sostenga en el tiempo. La dolarización aparece como recurso facilista para reunir consensos en torno al camino de licuación salarial que, hasta ahora, en Argentina no pudieron lograr de manera definitiva en cada avance neoliberal”, concluyó CEPA.

Por su parte, el documento “Argentina bimonetaria: cómo salvar al peso sin morir en el intento” —de Emiliano Libman, Juan Martin Ianni y Guido Zack de Fund.ar—  indicó que “estabilizar y fortalecer la moneda propia lleva tiempo: requiere que el arco político encuentre mínimos denominadores comunes para sostener las políticas en el tiempo, independientemente de quién gobierne, pero la experiencia regional demuestra que es posible y el análisis de las alternativas sostiene que es deseable”.

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