El biocombustible da pelea ante los autos eléctricos
Las empresas del sector presionan para conseguir una nueva ley que promueva las inversiones y les permita seguir siendo competitivas ante la electromovilidad.

10 Jun, 2024

En los últimos meses las inversiones vinculadas al litio y la movilidad eléctrica fueron copando los portales de noticias en Argentina. En 2024 suman 7.000 millones de dólares, con la esperanza de aumentar la producción de oro blanco de 34.000 toneladas a casi 260.000 toneladas. Pero desde el sector de biocombustibles también buscan posicionarse como un actor decisivo en las inversiones por una movilidad sustentable.

En nuestro país, los biocombustibles se utilizan en una gran proporción en mezclas: gasoil con biodiésel y nafta con bioetanol. El biodiésel surge de la transformación de aceite crudo de soja, casi en su totalidad, aunque pueden utilizarse otros triglicéridos. El bioetanol utiliza derivados de la caña de azúcar y de almidón de maíz.

“Los biocombustibles hay que valorarlos por su aporte al desarrollo sostenible del ambiente —por su importante reducción relativa de la huella de carbono—, y a la mejora de la salud pública —por su aporte en la reducción de material particulado y otras sustancias dañinas asociadas a la emisión de combustibles minerales—. Además, son importantes para sustituir importaciones de combustibles, porque Argentina tiene un déficit estructural en su oferta para atender la demanda de éstos en el mercado interno. La producción de biocombustibles genera un importante aporte a las economías regionales, ayuda al sostenimiento de empleos locales”, señala Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno y asesor de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO).

“La industria local tiene una importante capacidad instalada para atender la demanda derivada de las mezclas legales obligatorias y de las exportaciones. Hay proyectos de expansión.” Claudio Molina, Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.

Ahora la principal lucha del sector es poner en marcha un marco legislativo más favorable para el sector. “Desde hace unos meses se ha trabajado arduamente con las seis provincias productoras de biocombustibles (Tucumán, Salta, Jujuy, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) y el sector privado para elaborar un nuevo marco normativo, ordenado a los objetivos trazados por el Gobierno”, explica Jorge Feijoo, presidente del Centro Azucarero Argentino.

Nueva ley

“Es un proyecto superador que libera, amplía y desregula la actividad —reemplaza la fijación de cupo y precio oficial por licitaciones competitivas y transparentes—, proyecta un crecimiento de producción abierto a la participación de las empresas petroleras, y preserva la participación equilibrada de bioetanol de caña de azúcar y de maíz en la mezcla obligatoria del 12 % con naftas. También contempla un crecimiento pautado: 1 % anual de mezcla con naftas hasta el 15 % y la habilitación de motores FlexFuel”, detalla Feijoo.

Desde la Liga Bioenergética de Provincias proponen aumentar rápidamente el corte de gasoil con biodiésel al 10 %, para ir creciendo de manera de llegar a un 15 % en los próximos años. En el caso de bioetanol, la propuesta consiste en aumentar el contenido en las mezclas, desde el 12 % actual, a un 15 % en dos años y luego facilitar el uso de mayores porcentajes de bioetanol, a través de la homologación de los vehículos con motores FlexFuel, similares a los que se usan en Brasil.

“La industria local tiene una importante capacidad instalada para atender la demanda derivada de las mezclas legales obligatorias y de las exportaciones. Hay proyectos de expansión, pero en todos los casos se requiere que el marco regulatorio acompañe”, apunta Molina.

Luis Zubizarreta, presidente de CARBIO, cuenta: “La producción de biodiésel viene desde hace tiempo mal, achicándose. Argentina tiene plantas eficientes y modernas que podrían atender al mercado interno, pero no pueden hacerlo porque hay una ley que tiene que cambiar para que podamos participar del mercado doméstico y haya mejores precios. Nosotros abogamos por un cambio de la ley y en eso estamos trabajando, para que el esquema sea más transparente que el actual y que permita la competencia».

Para Zubizarreta, “la industria tiene una capacidad ociosa muy alta y ha padecido cierres de mercados externos con medidas proteccionistas”. Además, aclara: «Tenemos plantas supereficientes y materia prima en abundancia, pero lamentablemente la ley no ha ayudado en este proceso de desarrollo para que tengamos combustibles ambientalmente correctos que nos ayuden a cumplir los compromisos que asume la Argentina con respecto al cambio climático y que también mejoren la calidad del aire en las ciudades. El objetivo en el mediano plazo debería ser cambiar esa ley y generar algún esquema que sea perdurable”.

El azúcar pide pista

La industria del azúcar es decisiva para la producción de bioetanol. “Después de tres años de sequía, este año el sector azucarero espera una cosecha con bastante caña, resultado de condiciones climáticas favorables en las provincias azucareras, Tucumán, Jujuy y Salta”, menciona Jorge Feijoo.

“La principal dificultad que enfrenta el sector es la incertidumbre con respecto al precio, que lo fija la Secretaría de Energía, para lo cual hay un procedimiento que lo calcula contemplando los costos, pero en los últimos dos meses aún no fue publicado. Un precio razonable es indispensable para desarrollar una zafra con previsibilidad, producir y abastecer adecuadamente para su mezcla con las naftas”, señala Feijoo.

«La ley del etanol nunca se cumplió ni en el gobierno de Macri ni en el de Cristina«, dice Catalina Lonac, una las dueñas de Los Balcanes, el principal ingenio azucarero de Tucumán. Una de las demandas del sector es que la nueva ley de biocombustibles se incluya dentro de la Ley Bases. «Por ahora la ley no dice nada del precio del etanol y eso nos pone en una situación de mucha debilidades frente al lobby petrolero, que es muy fuerte», señala la empresaria.

«Nosotros tenemos la mirada puesta en el horizonte. Vamos a seguir haciendo alcohol, porque estamos convencidos de que el cambio de matriz energética de la Argentina no va a ser la electromovilidad, va a ser el alcohol», asegura Lonac.

En la misma dirección apunta Patrick Adam, director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz. “Confiamos en que este año va a ser un año espectacular para el etanol, básicamente porque pensamos que se va a sancionar una nueva ley de biocombustibles, que va a permitir una desregulación del mercado y abrir la competencia. Estamos muy confiados en que eso va a ser un nuevo despegue para el sector”.

Adam señala: «Este año hay una caída en la demanda de naftas y gasoil que impacta también en forma directa en la demanda de biocombustibles. Entendemos que va a ser un año con menor demanda, pero en la medida en que esta nueva ley proponga mezclas crecientes con los combustibles fósiles, vamos a seguir creciendo. Tenemos planes de inversión de 2.500 millones de dólares en los próximos tres años y esta ley permitiría ahorrar unos 2.000 millones de dólares al año por sustitución de importación de naftas contaminadas».

Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno. Jorge Feijoo, presidente del Centro Azucarero Argentino. Luis Zubizarreta, presidente de CARBIO. Catalina Lonac, empresaria de la compañía Los Balcanes. Patrick Adam, director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz.
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