El Banco Común Europeo (BCE) aceleró las compras de deuda de su programa extraordinario antipandemia, según decidió en la reunión celebrada a principios de marzo, y se volvió a comprometer a garantizar condiciones favorables de financiación en la zona euro.
La subida de rentabilidades en los bonos más a largo plazo, desatada en Estados Unidos con la aprobación de un estímulo fiscal impulsó las expectativas de crecimiento e inflación, y se contagió a la deuda soberana europea, amenazando con encarecer los costos de financiación.
La presidente del BCE, Christine Lagarde, declaró que las condiciones de financiación en la zona euro continúan en mínimos, pero aclaró que no guiará sus decisiones por movimientos en el corto plazo. Y volvió a insistir en que el banco central dispone de las herramientas de política monetaria necesarias para hacer frente a la crisis económica y también al alza de rentabilidades de la deuda. “Pueden ponernos a prueba todo lo que quieran”, aseguró Lagarde en declaraciones a Bloomberg TV.