Alejandro Simón, CEO de Sancor Seguros

Concebimos el prestigio como una resultante de las diferentes acciones que venimos realizando en el devenir de nuestros negocios cotidianos. Hoy tenemos el 10,01% de participación en un mercado que tiene 170 empresas. Hace 6 años que estamos en el primer lugar. No hay otra aseguradora que haya tenido una penetración tan alta.

Sancor es una cooperativa con una filosofía de origen. Ponemos al hombre en el centro de la escena y no vemos el negocio como una relación puramente mercantilista. Necesitamos que los negocios sean rentables, pero no es el fin en sí mismo. Todo lo que hacemos tiene que servir para que nuestros empleados y productores estén cada día mejor y nuestros asegurados reciban el mejor servicio a un buen precio.

El no tener un accionista queriendo cobrar dividendos pasado mañana nos permite pensar en el largo plazo e invertir el dinero en acciones cuyos resultados vamos a ver en 20 años
Promovemos un trato humano, sobre todo a la hora del siniestro que genere una huella social y una integración en las comunidades en las que operamos. Eso se traduce en una mayor participación en el mercado. Con el prestigio sucede lo mismo. Buscamos dar un producto honesto, que esté a la vanguardia en términos de desarrollo e innovación y que genere una cercanía especial con el asegurado. Que no vea el seguro como una herramienta financiera para cubrirse de una contingencia, sino como un instrumento para transformar su compañía.

La falta de conciencia aseguradora tiene que ver con el estadio de desarrollo que tiene un país. En los últimos 70 años hemos retrocedido. Tenemos una participación del 3,2% del PBI. En términos de seguros patrimoniales estamos en línea con la región a pesar de no ser un país catastrófico con relación a la naturaleza. El problema lo tenemos en los seguros de vida.

Los seguros obligatorios están entre un 70 y 75% de la cartera de primas. Los seguros de personas están en un 20%, cuando en la región llegan a un 35% y en los países desarrollados hasta un 55%. Ese 20% de seguros de personas la mayoría es de riesgo, no hay una componente fuerte de ahorro.

Para desarrollar esos productos se necesitan dos factores: estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica, que ahora son más necesarios que nunca porque el sistema previsional está quebrado y es insostenible: un 50% de la población es empleado público y el otro 50% no aporta porque no está registrada.

Desde la fundación buscamos incidir en la educación, que hace a la conciencia aseguradora y cívica. En lo que hace a un desarrollo económico y social de las economías regionales decidimos crear hace 4 años un centro de innovación y teconología empresarial y social (CITES) que busca formar nuevas generaciones de empresarios. Porque la situación de nuestro país tiene que ver con malos liderazgos políticos y sindicales pero también empresariales que crean desprestigio.

Como mercado, la imagen no es buena. Una aseguradora comercia promesas, cuya clave es un correcto asesoramiento. Es mejor perder una venta que vender algo que a la persona no le vaya a servir. Eso hace al prestigio y la sustentabilidad del negocio asegurador.

La actual Superintendecia de Seguros de la Nación tiene ideas muy claras como no veíamos hace mucho tiempo en el país. El pago electrónico se enmarca en acciones que tienen que ver con que la Argentina estuvo en la lista gris de los países que no combaten el lavado de dinero.

El año que viene seremos anfitriones del G20 y en el 2019, de la asociación de Ginebra (el foro de Davos de Ginebra), además se quiere formar parte de la OCDE en 4 años. Eso implica asumir normas internacionales en el uso del efectivo.