«Hay muchos bancos compitiendo por un mercado muy chico»
Zarich es el presidente ejecutivo del BBVA. Lleva 36 años en la actividad bancaria. Destaca que para lograr que se incrementen los depósitos es clave mantener tasas de interés positivas.

14 Abr, 2023

Desde hace ocho años, Martín Zarich es presidente ejecutivo del BBVA Argentina. Formado como economista graduado en la UBA, tiene una maestría en el CEMA y un MBA en la University of Chicago Booth School of Business, ya lleva 36 años en la actividad bancaria. Vivió todas las grandes metamorfosis de la entidad que lidera en el país; desde su etapa como Banco Crédito Argentina al viejo Banco Francés. En este reportaje con NBS, Zarich descree de que se produzcan riesgos y fuertes cimbronazos para el sistema financiero este año y se muestra confiado en las capacidades de la entidad para atravesar la incierta coyuntura argentina.

—Deme un pantallazo de cómo está el sector bancario en la economía argentina.

—Hay buenas noticias y no tan buenas. La buena es que, a diferencia de las crisis mayores que tuvimos hace 20 años, hoy no ocurre que el sistema financiero aporte inestabilidad. Tenemos un sistema muy sólido y líquido en ambas monedas, capitalizado en casi todas las entidades relevantes y con niveles de riesgo muy bien controlados. En lo malo, me parece que el sistema es muy pequeño y con una capacidad muy acotada para cumplir su rol de intermediación financiera. Como las empresas tienen una fracción muy significativa de su riqueza fuera del país, operamos con un nivel de intermediación bajo y eso disminuye la financiación del desarrollo. En cualquier país comparable al nuestro como Perú, Chile, Colombia o Brasil, los tres primeros bancos explican una proporción enorme del sistema financiero. En nuestro caso no, todavía hay muchos bancos compitiendo por un mercado muy chico. Lo que hace falta es el gran insumo de la estabilidad macroeconómica que, obviamente, no está bajo nuestro control.

Lo que se necesita es expansión de depósitos. Estoy convencido de que, con un entorno razonablemente consistente de tasas de interés positivas, vamos a ver una acumulación de flujos que construyen stocks de depósitos mayores.

—¿Hay espacio para que la banca pueda crecer y no sea meramente transaccional como parece que es ahora?

—Hay dos dimensiones para separar. La bancarización es enorme desde el punto de vista de cómo ha penetrado tremendamente en la población por las jubilaciones y los planes sociales. Pero luego, lo que se necesita es expansión de depósitos. Estoy convencido de que, con un entorno razonablemente consistente de tasas de interés positivas, vamos a ver una acumulación de flujos que construyen stocks de depósitos mayores. Es mucho más probable eso en el corto plazo. Estamos viviendo en un sistema fuertemente distorsionado, donde la tasa promedio de los préstamos en pesos en nuestro banco es 50% anual (la mitad de la tasa de inflación) y opera un régimen de regulaciones, subsidios y cosas que habrá que desarmar ordenadamente. Es muy probable que tarde más la extensión de los plazos de los créditos. Se puede convencer a un argentino a realizar un plazo fijo a 30 días o invertir en un fondo que recrear un mercado hipotecario.

—Que el Estado sea el principal demandante de crédito y que los bancos, prácticamente, tengan que financiarlo por obligación, ¿juega en contra de los intereses del sector privado?

—Nunca me canso de enfatizar que no estamos forzados a invertir en el Estado. Nuestras decisiones, en estas épocas de canjes, son voluntarias. La pregunta presume que tenemos una ventaja en prestarle al Estado, mientras que hay una demanda no satisfecha de préstamos en el sector privado. Nuestra visión es que esto es al revés, desgraciadamente. Hay una muy baja demanda de crédito en el sector privado y la razón es que hay una economía que no crece, no tiene una buena perspectiva de inversión y funciona básicamente con capital de trabajo. Cuando no tenés esa demanda y no se puede controlar la dimensión del pasivo, lo más normal es que los depósitos crezcan (en una economía inflacionaria al 6% de inflación mensual) al 6%. Por otro lado, el activo no genera una demanda para más del 3 o 4%, lo que implica una liquidez excedente que se va acumulando. Para eso, el instrumento lógico son los pasivos remunerados de corto plazo, como las Leliq, que tienen una rentabilidad competitiva contra la del plazo fijo. Si tuviéramos mañana una demanda de crédito privada, no tengo dudas de que reduciríamos esa liquidez transitoria para ir hacia ese sector. La preparación del banco que hacemos todos los días no es para administrar una cartera de Leliq.

Para un banco promedio, la abrumadora mayoría de los depósitos en dólares son minoristas. Están totalmente atomizados, son menos flexibles y “corren menos” que si tuvieramos un fondeo mayorista.

—En el corto/mediano plazo, ¿hay riesgos en este año electoral? ¿Puede llegar un momento en que los ahorristas prefieran pasarse al dólar por la incertidumbre?

—De los últimos diez años (y esto excluye al 2001), las “corridas” han sido en el balance de dólares. Los balances de dólares y pesos tienen dinámicas totalmente diferentes. Para un banco promedio, la abrumadora mayoría de los depósitos en dólares son minoristas. Están totalmente atomizados, son menos flexibles y “corren menos” que si tuvieramos un fondeo mayorista. De cada 100 dólares de nuestro banco, más del 50% está en efectivo, otro 30% en cuentas corrientes del BCRA y debe haber otro 20% prestado al comercio exterior. Tenés un margen para enfrentar cualquier fenómeno de salida de depósitos; es más un desafío logístico que de liquidez. El sistema ha dado una prueba muy clara que, cuando la gente viene, se lleva los dólares. En lo que refiere a los pesos, operamos con niveles de liquidez tremendos. Una salida de 100 pesos de plazo fijo es una baja de 100 pesos en las Leliq. No tiene mucho misterio y, la verdad, no hemos tenido ningún fenómeno de corrida sobre pesos en los últimos años.

—Hay un foco de tensión por el exceso de liquidez y la bola de vencimiento de Leliq. En cada renovación se tienen que pagar tasas más altas y tampoco se consigue tanta adhesión… 

—Diría que son las consecuencias de nuestro exceso de liquidez. No me parece que sea un tema complicado estas tasas que, nominalmente, asustan, pero que en términos reales son marginalmente positivas y comparables a cualquier plazo fijo equivalente. Recuerdo la experiencia 2017-2018 que también tuvimos un pico y lo vimos bajar fuertemente. Creo que este problema se ordena en forma espontánea con un proceso de crecimiento de la demanda. Lo del Tesoro es harina de otro costal. En esta primera etapa del año estamos viendo un probable agotamiento de la capacidad de endeudamiento adicional marginal. Evidentemente, el sector privado no tiene vocación de incrementar ese nivel de exposición. Creo que esto va a seguir hasta que haya una visión del fisco diferente y un cambio de entorno político. Hoy no queda más remedio que hacer rollover, que es lo lógico en estas circunstancias.

—Parece optimista de que pueda darse ese cambio y crezca la demanda de crédito. 

—Sería optimista si se hacen las cosas correctas, que no son menores. Pasamos de un proceso de consumir stocks, empezando por las AFJP, luego agotamos el financiamiento en dólares, reestructuramos y todo lo que ya sabemos, y ahora agotamos la capacidad de financiación en pesos. Lo único que queda es alguna maniobra de corto plazo y emitir, y eso es un camino que sabemos. Argentina llegó a un punto en que ya no tiene capacidad de postergar este tema.

—¿Cuál es la estrategia del banco en este escenario? 

—Nosotros somos un banco universal. Atendemos a 3 millones de personas y a 200.000 empresas de todo tamaño. Nuestro razonamiento es enfocarnos en nuestras prioridades y proyectos con la ambición de ser el mejor banco de Argentina. Somos un banco que, cada año, nos eligen más de 200.000 argentinos como clientes nuevos y venimos a un ritmo de entre 40.000 y 50.000 empresas. Pagamos el 13% de las nóminas de los salarios del sector privado. En el mundo de las tarjetas de crédito, tenemos cuota de mercado del orden del 15% y una cuota de depósitos del 8%. Nosotros vamos a estar para cualquier cliente que busque crecimiento y un servicio de intermediación y transaccionalidad de primer nivel.

 

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Martín Zarich
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