“La madre de todas las batallas es el tema fiscal” Daniel Artana
El conjunto de las reformas que presentó el Gobierno surge de una lectura correcta de la realidad económica. La madre de todas las batallas es el tema fiscal, no sólo el déficit sino también el alto peso del Estado en la economía. Creo que la reforma impositiva es ambiciosa en este sentido. Requiere un control […]

5 Ene, 2018

El conjunto de las reformas que presentó el Gobierno surge de una lectura correcta de la realidad económica. La madre de todas las batallas es el tema fiscal, no sólo el déficit sino también el alto peso del Estado en la economía. Creo que la reforma impositiva es ambiciosa en este sentido. Requiere un control del gasto tanto a nivel provincial como nacional. Y esto es ambicioso si uno tiene en cuenta que ese control del gasto se va a dar con la reducción de impuestos propuesta: las provincias bajarán 2 puntos sobre el PBI la recaudación y la Nación, 1,5. El consolidado es 3,5% de PBI y con una baja adicional del gasto respecto a lo que se había planteado inicialmente. En la medida en que esto se vaya cumpliendo, se ganará credibilidad porque hay escepticismo en Argentina.

Lo que plantea la reforma es avanzar un poco más rápido a nivel nacional y comprometer a las provincias en el esquema de la Nación. El argumento del Gobierno es que las provincias van a poder financiar la baja de impuestos y que la Nación, con más crecimiento y el cambio de la fórmula previsional, tendría el espacio para perder el 1,5% de recaudación.

En lo que refiere a la reforma laboral, la versión original era más ambiciosa de lo que se esperaba pero se está licuando. El Gobierno eligió ir más despacio en lo que consideraba que pisaba los cayos a los sindicalistas. Todo junto al mismo tiempo es difícil de armar.
Por lo tanto, no se mete en los esquemas de contratación, donde Argentina tiene una alta rigidez en los contratos temporarios y permanentes. En las contribuciones patronales, que tienen que ver con la reforma tributaria, tiene lógica que si el Estado no tiene muchos recursos se haya decidido poner los cañones en la baja calificación.

En el área de accidentes de trabajo, las reformas van por administrar mejor el sistema y tratar de trabar los abusos con las comisiones médicas. En las indemnizaciones por despido había una mejora, ya que las grandes empresas sufrían la responsabilidad solidaria, que se ha licuado un poco en la interacción con los sindicatos. Y, para las pymes, se podría haber graduado la multa en caso de informalidad.

Respecto a la reforma previsional, cambiar la fórmula de actualización era necesario porque tenía un error. No es común que los ajustes de las jubilaciones vayan en función de los ingresos del sistema. Había lógica en cambiarla en función de la inflación. Argentina tiene un sistema previsional quebrado, que puede aspirar a mantener el valor real de las jubilaciones, pero no ser generoso.

El presidente Mauricio Macri habló de reforma permanente. Eso viene con la microrreforma, que es mejorar la eficiencia del Estado, que requiere mucho de micromanagement del Estado en lo que hace a la Nación, provincias y municipios.

La inflación va por otro carril. Hay bastante evidencia empírica de que el esquema de metas de inflación es más efectivo que otros para bajar la inflación, sin que ello haya significado que haya una pérdida de PBI mayor. En algunos países se bajó más la inflación y el PBI creció más. Pero el punto de partida en Argentina es complicado: la inflación es alta con baja credibilidad de la política monetaria. Este directorio del BCRA es creíble pero venimos de una historia de baja credibilidad. Más allá de que la meta es ambiciosa, el problema no es errar la meta sino encauzarla en el tiempo. Ahora empiezan las negociaciones salariales. Es importante ver cómo se desenvuelven, para ver si reconocen una inflación más baja.

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