Las tarjetas ya superan al efectivo como medio de pago
En la actualidad, el 44% de todo el universo de pagos en América Latina se realiza a través de débito, crédito o prepago. El efectivo representa apenas el 36% de las operaciones en la economía formal en la región.

22 Ago, 2024

Según un relevamiento de Americas Payments and Commerce Market Intelligence, actualmente el 44% de todo el universo de pagos en América Latina se realiza a través de débito, crédito o prepago. Estos medios transaccionales son los más utilizados en la región, mayormente en las categorías del retail y el e-commerce.

Así, el efectivo representa apenas el 36% de las operaciones en la economía formal en la región. En este contexto, la adopción de medios de pago digitales —como tarjetas de crédito, débito y prepago contactless, aplicaciones de transferencia instantánea y billeteras virtuales— se mantuvo en alza.

“Estas soluciones ofrecen seguridad, transparencia, agilidad y facilidad de uso”, destaca el informe. Además, contribuyen, entre otras cosas, a la economía formal y a la inclusión financiera, dado que buscan reducir las barreras que impiden a las personas ser parte del sistema. En Latinoamérica, más del 70% de las personas ya tienen acceso a medios de pago digitales, y son Brasil, Argentina, Chile y Colombia los países que lideran su uso.

El impulso de la tecnología

Para hacer frente a esta demanda, las fintech, la banca e, incluso, empresas tradicionales por fuera del ecosistema bancario, han sumado capas financieras a sus propuestas de valor. “De esta manera, podremos avanzar, en Argentina y la región, hacia una economía digital, formal, basada en infraestructura moderna y segura”, destaca Santiago Witis, country manager de Pomelo en Argentina y Chile.

En este contexto de innovación, el crecimiento del uso de tarjetas ha ido reflejando un cambio significativo en la forma en que los consumidores realizan transacciones, impulsadas por la tecnología, la digitalización y un enfoque en la seguridad y la conveniencia.

“El uso de tarjetas de crédito y débito ha crecido exponencialmente en los últimos años, es una tendencia hacia un sistema de pago más eficiente y seguro, mientras que el efectivo parece estar perdiendo terreno en la economía digital. Con consumidores que optan por la conveniencia de las transacciones electrónicas, las tarjetas han pasado de ser una opción a convertirse en la norma, desafían así la supervivencia del efectivo”, asegura Witi.

Salto en Argentina

Global Processing, la compañía que desarrolla soluciones de pagos digitales en Latinoamérica, presentó la tercera edición de GP Insight, el informe semestral sobre el ecosistema fintech en Argentina, que analiza el uso del producto prepago en el país, las tendencias de la industria y el comportamiento de los usuarios.

Según el último informe, el primer semestre de este año aumentó en un 49% la cantidad de transacciones realizadas por los usuarios de tarjetas prepagas en el país. 

“Dentro del abanico de opciones vigentes en el ecosistema financiero, encontramos que el producto prepago sigue creciendo y diversificando sus usos. Además, los datos que presenta nuestro informe GP Insight refuerzan la tendencia hacia los pagos digitales, se resalta el uso de tarjetas virtuales y los pagos contactless como las principales opciones de los usuarios para gestionar pagos”, señaló Patricia Furlong, CEO y presidente de Global Processing.

En cuanto al método de captura de las transacciones, el 42% se procesa mediante dispositivos de pagos contactless, mientras que el 25% de las mismas representan compras a través de e-commerce. Le siguen los pagos a través de tarjetas con chip (terminales de pago en comercios físicos), y el débito automático con un 11% de las transacciones.

A nivel nacional, tanto la cantidad de tarjetas como la cantidad de transacciones se concentran en la zona del área metropolitana de Buenos Aires, seguida por la región pampeana —Córdoba, La Pampa y parte de Provincia de Buenos Aires—, y el noroeste argentino. Mientras que sólo el 5% del volumen operado corresponde a transacciones internacionales. De las transacciones nacionales un 96% se destina a consumos —compras en tiendas físicas y online— y sólo un 4% a extracción por cajeros automáticos y comercios.

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