Los desafíos que enfrentará la economía tras la baja de la inflación
Para el año que viene se espera que el Gobierno mantenga una alta presión tributaria para sostener el superávit fiscal. Cómo impactará en el dólar, los precios y la actividad.

13 Dic, 2024

El primer año de la presidencia de Javier Milei tuvo al superávit de las cuentas públicas, la reducción de la brecha cambiaria y la baja de la inflación como sus logros principales. Para conseguirlo se llevó adelante un fuerte ajuste del gasto que derivó en una caída de los ingresos, el consumo y la actividad que, recién sobre el final del año, está empezando a recomponerse. Uno de los datos más sorprendente es el nivel de apoyo que sigue exhibiendo Milei, aún cuando buena parte de la población admite que tiene dificultades para llegar a fin de mes.

El Gobierno logró en enero el equilibrio fiscal y lo sostuvo. La recesión achicó ingresos fiscales (- 6,6% real acumulada en términos interanuales), pero se obtuvo un resultado positivo por fuerte recorte del gasto (- 28,9% real). La consultora Equilibra apunta que la mitad del ajuste se explica por jubilaciones y gasto de capital.

La consultora señala que, tras superar el 25% en diciembre del año pasado, la inflación mensual mostró una tendencia bajista y perforó el 3% (alimentos y bebidas abajo de 2%), a la vez que se corrigieron precios regulados (44% real). Como contracara, el salario formal real cayó 6%.

La brecha cambiaria pasó del 150% en noviembre del 2023 al 6% doce meses más tarde. Junto con el optimismo del mercado, el riesgo país cayó 1.140 puntos básicos en el año y llegó a 700 puntos, pero aún está lejos de los registros de los países de Latinoamérica.

Equilibra también destaca que otro de los puntos clave de este año del Gobierno es que se blanqueó efectivo por más de 20.000 millones de dólares, lo que impulsó depósitos, encajes, crédito en dólares e inversiones financieras (ON, fondos locales).

Licuadora y motosierra

Desde GMA Capital sostienen: “En 2024 esta administración logró un hito que parecía imposible: regresar el resultado primario a terreno positivo por primera vez en 15 años. Y no sólo sorprendió el cambio de signo sino también la magnitud. Es que la diferencia entre ingresos y gastos antes de intereses sería del 1,5% del PIB”.

Con todo, en tan sólo doce meses de gestión, el equipo de Milei logró ejecutar una reducción del déficit fiscal con el mayor ajuste del gasto en la historia de los planes de estabilización, con una baja del gasto total en 4,3 puntos porcentuales frente al año previo. «Hubo licuadora, pero mucho más motosierra. Los gastos de capital fueron lo que más se redujeron, propio de la eliminación de la obra pública, sumado al gasto en prestaciones sociales. Ambas partidas aportaron un 70% a la reducción de las erogaciones”, agrega GMA Capital.

Desde el lado financiero, GMA marca que, sin dudas, el gran ganador fue el sector bancario, que concentra los cuatro ADR (acciones argentinas que cotizan en Wall Street) de mejor rendimiento, con ganancias de entre 250% y 275% en dólares. «Las entidades financieras, con mayor certidumbre sobre el marco monetario y con el descarte de la dolarización o reestructuración agresiva de Leliq y pases al comienzo del mandato, pudieron volver a actuar como bancos”. Así, lograron capitalizar el bajo stock de crédito al sector privado de principios del año, e incrementarlo en 1,6 puntos del producto bruto en los últimos seis meses”.

Qué pasará en 2025

Hacia adelante, para la Fundación Capital, “sin un presupuesto votado en el Congreso, pero con el férreo compromiso del equilibrio fiscal, las principales dudas pasan por cuándo se podrán bajar impuestos, cuestión clave en materia de competitividad». Sobre el futuro, consideran: «El próximo año las autoridades sostendrán el fuerte recorte del gasto de este año, sin nuevos ajustes, en un marco de ingresos tributarios que ya no estarán vigentes en 2025. En este sentido, no parece haber demasiado margen para una reducción de la presión tributaria en lo inmediato. Así, todo indica que hacia delante será necesario un esfuerzo fiscal adicional, que contemple un equilibrio fiscal financiero sólido y permita avanzar con una baja de la presión impositiva, que debería arrancar por los derechos de exportación”.

Por el lado de los ingresos, una de las novedades que traerá el 2025 será el final del impuesto PAÍS, cuya vigencia vence este mes y que había aportado 1,1% del PBI acumulado a noviembre. Tampoco estarán los recursos extraordinarios que hubo en 2024, como el blanqueo. Todo esto, según la Fundación Capital, supondrá una baja de 1,5% del PBI en los recursos, que las autoridades esperan que se compense (con cierto optimismo) con la suba en aportes y contribuciones de la seguridad social (0,4 puntos), producto de la mayor actividad económica; por impuesto a los combustibles (0,1 puntos).

“Más allá del delivery fiscal y de la acumulación de dólares comerciales, el centro de gravedad de la atención del mercado serán las elecciones de medio término. Las primeras novedades podrían aparecer en mayo, con la presentación de alianzas y precandidatos”, añaden desde GMA Capital.

Para GMA, la cuestión sobre los dólares financieros también será relevante: «En particular, todo lo relacionado con acuerdos con el FMI y otros organismos multilaterales que desbloqueen nuevos fondos y que ayuden a Argentina a evitar regresar a los mercados, Y, por supuesto, para dejar de pensar en el dólar como termómetro de la competitividad y empezar a mirar aspectos de largo plazo, los inversores estarán pendientes de los desarrollos en torno a la agenda de reformas y el marco institucional».

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