En un entorno digital cada vez más potente y avanzado, los malware se erigen como uno de los ciberataques más recurrentes y sofisticados, capaces de afectar no sólo a grandes empresas sino a cualquier individuo.

Se trata de programas maliciosos diseñados con el propósito de infiltrarse en sistemas informáticos con el objetivo de comprometer datos valiosos, robar información confidencial y desencadenar otro tipos de ciberdelitos, como extorsión y chantaje.

Los ciberataques, en especial aquellos ejecutados a través de malware, generan desde pérdidas financieras y la sustracción de información confidencial hasta interrupciones en servicios esenciales.

“Actualmente, existen diversos tipos de malware, cada uno con sus propias tácticas y objetivos, entre ellos destacan: el malware bancario, ransomware, spyware y adware. Estas amenazas van más allá de la esfera financiera, porque impactan en la privacidad, la productividad y la seguridad de todos los usuarios”, explicó Pablo Gagliardo, director general de Noventiq Argentina.

“Tanto ha sido el alcance de los malware en los últimos tiempos que diversas organizaciones gubernamentales de países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, entre otros, han tenido que trabajar en conjunto para evitar la propagación de estos ciberataques”, reforzó Gagliardo.

Los malware más comunes

En una lista de los tipos de ataque más frecuentes se encuentran los distintos tipos de malware (de la contracción del inglés malicious software) se encuentran:

• Malware bancario: dirigido a comprometer transacciones financieras, accede a datos bancarios críticos. Uno de los más recientes que se pudo presenciar en Latinoamérica es el Mekotio. Desde su aparición en el 2015 este programa malicioso se ha centrado en la obtención de credenciales de acceso a cuentas bancarias y la sustracción de datos de tarjetas de crédito.
• Malware ransomware: es uno de los ciberataques más comunes, es capaz de bloquear el acceso a archivos o sistemas hasta que se pague un rescate mediante, mientras paraliza las operaciones esenciales de sus víctimas. Su tipo de propagación más tradicional es a través del phishing, es decir el envío de un correo electrónico engañoso con enlaces que, al abrirse, se descargan en un dispositivo.
• Malware spyware: se trata de una infiltración silenciosa para espiar y recopilar información personal sin consentimiento. Hasta ahora uno de los ataques de este tipo más complejos ha sido el TriangleDB el spyware más potente que ha existido contra el iPhone de Apple.
• Malware adware: es un programa que despliega anuncios no deseados, afecta la experiencia del usuario y lo expone a posibles amenazas. Recientemente se descubrió una campaña de adware oculta que afecta a 60.000 aplicaciones para Android. Normalmente, para lograr efectuar este ciberataque se imitan aplicaciones reales publicadas en Play Store, como juegos o programas de seguridad falsos, entre otros.

“La protección contra estas amenazas exige una combinación de medidas técnicas y prácticas seguras. Actualizar regularmente software, emplear firewalls robustos y educar a los usuarios sobre prácticas seguras en línea son pasos cruciales. Además, la concienciación sobre la importancia de contraseñas seguras y la identificación de posibles ataques son herramientas fundamentales en la defensa contra el malware”, agregaron desde Noventiq.