Nuevos cisnes negros acechan la economía global
La pandemia, la invasión rusa a Ucrania y la crisis desatada en Estados Unidos y en Europa por bancos inestables definieron un nuevo escenario que golpea a los mercados mundiales.

26 Abr, 2023

El economista libanés Nassim Taleb forjó en 2007 el concepto de cisne negro para referirse a eventos inesperados e imprevisibles con fuerte impacto socioeconómico que pueden modificar la coyuntura y la vida de las personas en forma global. Para el prestigioso pensador, dentro de esa categoría pueden incluirse, entre otros, la Primera Guerra Mundial o el atentado a las Torres Gemelas en 2001.

La metáfora hunde sus raíces en una frase del poeta Juvenal que daba por cierta la imposibilidad de la existencia de un ave de esas características. Aparece en este contexto con un nuevo sentido cuestionando lo que existe, lo que no existe y lo que somos incapaces de prever.

Una característica de los cisnes negros, para Taleb es que, una vez ocurridos, la sociedad tiende a racionalizarlos en forma retrospectiva para, de algún modo, transformarlos en algo predecible a futuro.

El mundo, en apenas tres años, ha sido sacudido por una sucesión de hechos que alteraron los pronósticos generales sobre la economía. Primero la pandemia, luego la invasión rusa en Ucrania, el impacto del cambio climático y, finalmente, la reciente crisis financiera que afectó a dos grandes bancos norteamericanos y al legendario Credit Suisse.

Diversos economistas consultados por NBS analizaron a la pertinencia de esa categoría para encuadrar esos fenómenos y, a la vez, la vulnerabilidad de la economía frente a nuevos hechos de esa naturaleza.

“El Silicon Valley Bank tenía una cartera de créditos muy mala y muy concentrada. Al tener créditos muy concentrados en determinadas actividades se complicaron con la suba de la tasa.” Luis Palma Cané.

Luis Palma Cané, presidentes de Fimades, en diálogo con NBS sostuvo soobre la reciente crisis financiera: “Es un semicisne negro porque, en realidad, hubo una falla muy fuerte de los reguladores. El Silicon Valley Bank tenía una cartera de créditos muy mala y muy concentrada. Al tener créditos muy concentrados en determinadas actividades se complicaron con la suba de la tasa. No era esperable que los tipos tuvieran esas carteras de tan alto riesgo. No se entiende cómo no lo advirtieron antes y tomaron las medidas correctivas”.

Para la economista de UCEMA Diana Mondino la crisis bancaria es resultado de políticas: «Si se hace una prospectiva, hubo personas que advirtieron que esas políticas podrían llevar a un problema. No es extraño. Lo interesante es analizar qué políticas se toman frente a un cisne negro, cuál es la reacción”. En ese punto, señaló: “Estamos desilusionados con la capacidad de moverse de los actores públicos y privados. No han sido capaces de anticiparse. Como hacen los malos jugadores de ajedrez, mueven una pieza sin pensar en la siguiente movida”.

Un mundo más complejo

María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, opinó: “Cuando uno empieza a ver los últimos años, lo que está marcando el mundo es que suceden eventos que no están en los cálculos ni en los pronósticos. Cuando se hace un balance global, es un mundo más complejo con menos crecimiento que antes de la crisis de Lehman Brothers”.

El consultor y miembro de la Academia Argentina de Mercado de Capitales, José Siaba Serrate, sostuvo: “En principio el cisne negro es algo totalmente imprevisto. En este caso, si bien algunos de los problemas eran inciertos y uno podía tener algunas dudas, no se trata de eventos totalmente imprevistos. Sí es cierto que hay una multiplicidad de crisis. Está en boga el término policrisis para mencionar este tipo de problemas”. Y continuó: “En esta emergencia bancaria, si bien todavía no está del todo solucionada, los efectos se han contenido”.

“En el sistema financiero hubo un aprendizaje rápido ya a fines de los 80, sobre todo con la caída de la bolsa en 1987 y la caída del BCCI, que fueron los disparadores de las normas de Basilea.”

Sobre la quiebra del Silicon Valley Bank, Palma Cané señaló: “En cuanto circuló el informe que mostraba que tenían mala cartera y habían perdido depósitos por 1.800 millones de dólares en dos meses, empezó una corrida muy fuerte. Por suerte no se planteó un riesgo sistémico, porque en la crisis de Lehman Brothers aprendieron que no se podía dejar caer un banco tan grande”.

Para Palma Cané, el golpe al Credit Suisse tampoco fue un cisne negro: «Porque todo el mundo sabía que estaba mal por estructura de créditos y depósitos. Cuando empezó el problema el Banco Central le pide al USB que se haga cargo y le da una línea de redescuento de 100.000 millones de dólares y casi 10.000 millones de dólares de garantía. Hoy está todo tranquilo”.

El economista Héctor Rubini, indicó: “Efectivamente, en el sistema financiero hubo un aprendizaje rápido ya a fines de los 80, sobre todo con la caída de la bolsa en 1987 que inspiró la primera película Wall Street y la caída del BCCI, que fueron los disparadores de las normas de Basilea. Luego con la liberalización financiera rápida de los 90 se viene observando un aumento de las frecuencias y los daños de las crisis financieras, y de los contagios entre mercados que llevaron a Basilea II. La crisis de 2008 mostró que Basilea II, y lo que estaba en curso (llamado Basilea 2.5), de hacer más rigurosas las exigencias de capitales mínimos y de aprovisionamiento de créditos eran insuficientes y llevó a Basilea III, que entendió que puede haber contagios que no estaban previstos en las normativas anteriores. En los episodios recientes el sistema ha respondido bien. En Estados Unidos no ha habido una catástrofe con la caída de los tres bancos, el Silicon Valley y de los principales financiadores del mundo cripto no han generado un efecto dominó”.

Y explica: “La Reserva Federal reaccionó bien e instó a cinco bancos a crear un fondo de ayuda con aportes por 5.000 millones cada uno que pusieron de inmediato. No hubo pánico ni contagio a terceros países. La industria financiera y los gobiernos fueron aprendiendo. Las regulaciones, si bien molestan a las entidades, están funcionando. Tanto las tradicionales microprudenciales y las actuales Basilea III mientras se consolida Basilea IV”.

Castiglioni reconoció: “Hay una discusión sobre si las regulaciones están atrasadas. Por ejemplo, no se evaluó el riesgo de tasas en lo que tiene que ver con la exposición de los bancos a bonos de largo plazo contra depósitos a corto. Igualmente hay aprendizajes de crisis anteriores. Por eso, si comparás Lehman Brothers con la crisis de 1930 hubo un aprendizaje y una reacción más rápida y ahora más aún, con una acción coordinada entre bancos centrales que intentaron anticiparse para evitar que sea una crisis sistémica. No está claro que el riesgo se haya superado, pero apuntan a esto”.

Turbulencias en los países emergentes

Palma Cané, de cualquier forma, destacó: “Las economías más vulnerables son las emergentes. Cuando hay inflación los bancos centrales suben las tasas y retiran la liquidez. Cuando suben la tasa de interés muchos capitales especulativos que estaban en los emergentes retiran el dinero y lo colocan en bonos del Tesoro”.

Para Diana Mondino siempre el emergente está más expuesto: «Porque depende de los países más desarrollados para su comercio exterior y porque no han podido, no han sabido o querido desarrollar comercio entre ellos. La envergadura de estos eventos entonces es mucho más grande”.

María Castiglioni coincidió: «Porque son los que tienen un costo de crédito más alto y cuando hay eventos de riesgo se produce un doble fenómeno, una suba de tasas y un flight to quality donde los inversores van a activos menos riesgosos. Igual hubo un avance enorme en la región porque, pese a los eventos, muchos países han podido sostener políticas, mejorar la calificación y tener un riesgo país más bajo. No es el caso de la Argentina, por ahora, y no va a cambiar en el corto plazo”.

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Luis Palma Cané, Diana Mondino, María Castiglioni, Héctor Rubini,
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