Ricardo Delgado: «La mejor política salarial es bajar la inflación», Dir. de Analytica
El principal problema que tiene la Argentina es la escasez de divisas pero las tasas de interés elevadas y la inflación en todo el mundo complican el panorama para la economía local.
Ricardo Delgado, director de Analytica

3 Ene, 2023

A la hora de hacer un balance, el año 2022 debe partirse en dos mitades.

La primera mitad estuvo signada por la gestión de Martín Guzmán y se caracterizó por una expansión fiscal muy importante, un salto inflacionario y una acumulación de tensiones que desembocaron, en junio y julio, en una crisis cambiaria.

La asunción de Sergio Massa implicó un cambio de 180º en el plan económico sobre todo en materia fiscal y monetaria. Hay signos muy claros de  ortodoxia hacia la lógica de cumplir con las metas del acuerdo con el FMI. Eso es lo que viene haciendo Massa. Se trató del giro más interesante del Gobierno en una política económica que sigue sin encontrar el camino para derrotar la inflación, que es el principal problema que tiene la macro hoy.

El 2023 es un año complejo de proyectar, básicamente porque van a confluir dos tensiones muy marcadas. La primera es la necesidad de seguir cumpliendo con el acuerdo con el FMI, que implica un mayor ajuste fiscal y la acumulación de reservas que genera costos en términos de actividad. Por el otro lado, la necesidad electoral del Gobierno, que resulta contraria a los lineamientos del acuerdo con el FMI.

La deuda en pesos es un daño colateral y un pasivo contingente que puede convertirse en un pasivo real si la confianza no vuelve sobre la economía real de la Argentina.

Aunque difícilmente se llegue al 3% que plantea Massa para abril, hay una chance de que la inflación pueda desacelerar un poco en estos meses.

El Gobierno cuenta con dos caminos potenciales para resolver la escasez de divisas, que es el principal problema que tiene la Argentina.

Uno es una devaluación clásica que ordene los precios y genere una recesión con un encarecimiento de las importaciones; el otro es asignar los dólares escasos a algunos sectores y dejar a otros sin esa disponibilidad, que obviamente también resulta recesivo. El Gobierno va a intentar evitar la devaluación por los impactos inflacionarios y el costo social que implica, pero va a tener que mantener esta lógica de asignar dólares a algunos sectores y no a otros.

A la hora de observar la brecha surge que existe un atraso cambiario: si bien se recompuso cierta apreciación del peso respecto al dólar oficial, todavía estamos por debajo de los niveles de un año atrás. Esos dos indicadores muestran que existe un nivel de retraso cambiario y que es uno de los problemas que hay que resolver.

Ricardo Delgado, director de AnalyticaLa deuda en pesos es un daño colateral de esta situación y un pasivo contingente que puede convertirse en un pasivo real si la confianza no vuelve sobre la economía real de la Argentina. Los pasivos remunerados del BCRA han crecido a tasas muy significativas y la emisión que implica recuperar esos pasivos, también. Son parte de los problemas que genera la escasez de divisas y la desconfianza sobre el peso que tiene la economía argentina hace ya muchos años.

Por otra parte, con niveles de inflación de tres dígitos es muy difícil recuperar el salario real. La mejor política salarial es bajar la inflación. El mercado de trabajo no va a encontrar respuestas en una economía que se está enfriando aunque a una velocidad menor a la que se hubiera supuesto. No hay una recuperación, sobre todo en el empleo de calidad. Es un tema para resolver en el mediano plazo.

Obviamente existe un riesgo de desaceleración global a partir de las tasas de interés elevadas y la inflación en todo el mundo que le restan dinamismo a los mercados. No es un buen panorama para la economía mundial y ni para la de Argentina, que depende de colocar exportaciones para resolver la escasez de divisas.

Entrevistado: Ricardo Delgado, director de Analytica
Share This