“El año 2018 puede ser el del nacimiento de productos muy importantes para incentivar el ahorro local” Carlos Tanghe
Para el año próximo, las variables económicas se mantendrán con la misma tendencia que la evidenciada hasta ahora: un sendero hacia la disminución de la inflación, baja de las tasas de interés y moderada reactivación económica. En este contexto, continuarán siendo importantes los ramos de automotores y riesgos del trabajo y se abre una expectativa […]

5 Ene, 2018

Para el año próximo, las variables económicas se mantendrán con la misma tendencia que la evidenciada hasta ahora: un sendero hacia la disminución de la inflación, baja de las tasas de interés y moderada reactivación económica. En este contexto, continuarán siendo importantes los ramos de automotores y riesgos del trabajo y se abre una expectativa favorable para el desarrollo de los seguros de vida en todas sus vertientes. Esto va a depender mucho de dos factores: estabilidad monetaria e incentivos fiscales. El año 2018 puede ser el del nacimiento de productos muy importantes para incentivar el ahorro local y proveer cobertura a futuro mediante los seguros vinculados a las pensiones y retiros.

Por el lado del plan de obras públicas que encara el gobierno nacional, se motorizarán seguros vinculados a ellas, como caución, garantías, etc. También el crecimiento del sector de la construcción en lo que es obra pública y privada augura mayores posibilidades para el seguro en ese sector. En definitiva, hay un panorama positivo, con mucha exigencia en términos de competitividad y servicio a los asegurados.

En lo que refiere al trabajo de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), se tomaron decisiones definitivas en materia de reaseguros, brindando un adecuado marco regulatorio tanto para el reaseguro local como para el internacional, con una dirección apuntada a la apertura al mercado internacional, con debido resguardo de los intereses locales. En general, la orientación del regulador es la de propender a una mayor responsabilidad empresaria en todos los campos de la regulación, tratando de ir a prácticas internacionales en materia de solvencia. En este punto, no debe perderse de vista que los distintos países han adaptado los principios generales de la regulación en base a riesgos a sus reales necesidades y circunstancias. Argentina tiene avanzado mucho en esta materia, aunque tal vez de una forma un tanto desprolija, con regulaciones parciales sobre distintos aspectos de la actividad. Sería necesaria una puesta a punto de la normativa, tarea que de alguna manera se está comenzando a realizar.

La SSN ha encarado también una especie de desregulación en materia de aprobación de planes de seguros, posibilitando una mayor flexibilidad, acorde con los tiempos que vivimos y que, sin duda, traerá aparejada la mejora de los productos existentes y la incorporación de otros nuevos.

Un punto importante para favorecer el desarrollo del seguro es revisar la carga impositiva que tiene el contrato de seguro en materia de impuestos indirectos. Estamos cerca del 30%, lo cual es elevadísimo y nos deja mal parados frente a la percepción del riesgo que tiene nuestro consumidor y el costo que le representamos para transferirlo. Esto está en la base de que la estructura de nuestro mercado se nutre mayoritariamente de seguros obligatorios. Una buena medida sería volver a la gravabilidad original del contrato en materia de impuesto a las primas de seguros, con una tasa del orden del 6% y, al mismo tiempo, sacar a la actividad aseguradora del IVA, así como a las comisiones de producción. Esto estaría en línea con las prácticas internacionales en la materia, dado que es ampliamente reconocido que el IVA, con la mecánica de débitos y créditos fiscales, no es la herramienta idónea para gravar el verdadero valor agregado de nuestra actividad.

En lo que hace a ART, estamos esperando que se adhieran más provincias a la nueva ley, que ya esté operativa en la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, y vemos que hay un movimiento general de aceptar esta reforma, que esperamos que funcione. Hay que aclarar que acá no se trata de que no se quiera pagar sino de que las cosas se pongan en orden: que se puedan indemnizar adecuadamente los accidentes y no haya desvíos de fondos en gastos innecesarios cuando las cosas se pueden resolver rápidamente de entrada, sin utilizar vías judiciales que siempre demoran, agregan costos y que, en definitiva, no sé hasta qué punto benefician al obrero.

En este sentido, estamos bien encaminados y vemos un apoyo desde el Gobierno. Ahora, desde la industria lo que tenemos que hacer es dar un muy buen servicio y que la gente vea que las indemnizaciones bien tarifadas por las comisiones médicas se pagan rápidamente. Esa va a ser la cuestión que va a definir el futuro de esto.

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