En términos generales, las perspectivas de los bancos globales para 2024 son negativas. La principal razón es que el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales se tradujo en un menor crecimiento del producto interno. La baja liquidez y capacidad de pago reducirían la calidad de la cartera y generarían un mayor riesgo de activos. En tanto, la rentabilidad podría disminuir debido a los mayores costos de financiamiento, el menor crecimiento de los créditos y la acumulación de reservas.
Así lo pronosticó la calificadora de riesgo Moody’s. El lento crecimiento global y la mayor probabilidad de que los prestatarios incumplan con sus préstamos serán los principales retos para los grandes bancos este año, anticipó. Y añadió que las exposiciones de la industria inmobiliaria en los Estados Unidos, Europa, Asia y el Pacífico plantean un desafío creciente.
“El crecimiento de China también se desacelerará en medio de un gasto moderado por parte de consumidores y empresas, junto con exportaciones débiles”, auguró Moody’s sobre la principal economía del mundo; aunque aclaró que se espera que los niveles de capital —que sustentan la solidez financiera de los bancos— se mantengan estables, en general.
«Nuestra expectativa es que el crecimiento trimestral se debilitará a comienzos de 2024, pero de manera breve.” Felipe Carvallo, Moody’s Investors Service.
Felipe Carvallo, vicepresidente y senior credit officer de Moody’s Investors Service, afirmó que “será más difícil obtener financiamiento y liquidez, aunque la capitalización se mantendrá estable y se beneficiará tanto de la generación orgánica de capital como del crecimiento moderado de los préstamos, a medida que algunos de los principales bancos de los Estados Unidos acumulen capital”.
Por su parte, Daniel Morris, estratega jefe de mercado de BNP Paribas, fue más moderado: “El ahorro excedente de los consumidores se está evaporando y los mayores tipos de interés están afectando inevitablemente a la demanda tanto de bienes como de servicios. Dicho esto, no creemos que el bajón acabe desembocando en una recesión. Nuestra expectativa es que el crecimiento trimestral se debilitará a comienzos de 2024, pero de manera breve”.
En línea con este panorama, de acuerdo a la última encuesta mundial 2023 Banking CEO Outlook que llevó adelante la firma de consultoría y auditoría KPMG entre 142 CEO del sector, la expectativa de crecimiento de la industria bancaria cayó del 84 al 76% y la confianza de los banqueros de que su empresa crecerá pasó del 82 al 76%.
La situación en América Latina
En América Latina, según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), “el segmento donde las políticas regionales se muestran más subordinadas al centro es en las tasas de interés”. En rigor, apuntó: “La banca central de la región acompañó la deriva de tasas de interés en ascenso, con la que la banca central anglosajona y europea está dirimiendo la inflación. Esta es una de las principales razones por las que el desempeño macroeconómico de la región en 2023 no despegó, a pesar de contar con un favorable escenario de precios internacionales”.
En este contexto, Moody’s anticipó una perspectiva estable para 2024 para los bancos de América Latina, basada en la rentabilidad, la baja morosidad y la elevada liquidez, lo que les permitiría absorber contingencias globales. Los mayores volúmenes de negocios, las menores necesidades de provisión y la elevada capitalización son factores que contrarrestan la reducción de tasas de interés que ya iniciaron algunos bancos centrales de la región.
“Los márgenes seguirán siendo amplios y el crecimiento de los préstamos compensará los ajustes de las tasas de interés de las carteras y los mayores costos de financiamiento. Las inversiones en innovación y fuentes más estables de ingresos, como tasas y comisiones, seguirán respaldando las ganancias”, diagnosticó la calificadora.
El contexto de los bancos locales
En cuanto al escenario nacional, Moody’s adelantó que si el plan de estabilización con la reducción de la tasa de política monetaria tiene éxito, entonces “será positivo desde el punto de vista crediticio en el mediano plazo porque mejoraría el entorno operativo de los bancos”. No obstante, en el corto plazo, advirtió que “las utilidades podrían verse afectadas”.
Si bien la agencia respaldó al nuevo Gobierno, mantuvo la calificación crediticia actual. Jaime Reusche, vicepresidente de la Oficina de Crédito de Moody’s Investors Service y analista responsable de las calificaciones crediticias de la Argentina, expresó que “las medidas recientemente anunciadas por Javier Milei se alejan del gradualismo aplicado en el pasado” y destacó que “podría generar una contracción que lleve a que las condiciones económicas se deterioren notablemente antes de que empiecen a mejorar”.
Fitch Ratings, otra consultora de riesgos, coincidió con el diagnóstico y resaltó que las medidas “podrían aumentar la presión sobre la liquidez, los márgenes y la estabilidad de las ganancias del sistema bancario”.