Bonos verdes, a la pesca de nuevos inversores
Los bonos verdes se presentan como una propuesta atractiva para proyectos medioambientales. En 2021, el sector alcanzó un nuevo volumen récord y en Argentina ya se emitieron 21 activos por más de 12.000 millones de pesos y 660 millones de dólares.

16 May, 2022

En 2007, fondos de pensiones suecos querían invertir en proyectos relacionados al clima, pero no encontraban cómo financiarlos. La llamada telefónica a la Tesorería del Banco Mundial fue sorpresiva: el grupo de interesados se comunicó y le solicitó su ayuda.

Meses más tarde, la entidad emitió el primer bono verde, con lo que creó un nuevo instrumento de inversión en iniciativas medioambientales. El modelo lleva 15 años en funcionamiento y promete seguir creciendo.

Varios factores contribuyen al boom de este segmento, aunque aún resulta pequeño comparado al mercado financiero tradicional. Desde el lado de la oferta, influye la mayor participación de emisores corporativos. En cuanto a la demanda, aumenta el interés por parte de inversores institucionales.

A nivel local, varias compañías salieron al mercado para ampliar la oferta en pos de contribuir en la construcción de un futuro más sustentable. En 2021, el sector alcanzó un nuevo volumen récord. En total, ya se emitieron 21 activos, entre bonos verdes, sociales y sustentables, por más de 12.000 millones de pesos y 660 millones de dólares.

Cómo funcionan los bonos verdes

Los bonos verdes son títulos de crédito emitidos por instituciones públicas o privadas. La principal diferencia con respecto a otros valores negociables es que los fondos se destinan exclusivamente a financiar o refinanciar, en parte o en su totalidad, proyectos medioambientales, ya sean nuevos o existentes. Pueden tener también como objetivo el beneficio social. A estos últimos se los llama bonos sociales. Cuando conjugan causas medioambientales y sociales se denominan bonos sustentables.

Posibilitan una forma alternativa de financiamiento para interesados en colaborar con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), metas planteadas por el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, con el fin de mitigar los efectos del calentamiento global y fomentar una mayor responsabilidad social, como establece el Pacto Global de las Naciones Unidas.

Un bono recibe la certificación “verde” si se dirige a una o varias categorías relacionadas con la preservación del medioambiente, entre ellas la gestión sostenible de los recursos naturales, la reducción de las emisiones atmosféricas, el control de los gases de efecto invernadero, entre otras actividades.

Estos títulos se alinean con los estándares oficiales de los Principios de Bonos Verdes (Green Bond Principles, GBP) de la Asociación Internacional de Mercado de Capitales (International Capital Market Association, ICMA). Se actualizaron en la tercera Junta General Anual, celebrada en París en 2018, y promueven la integridad, a través del reporte de informes. Así, las emisiones deben proporcionar credenciales medioambientales transparentes.

Según GBP, un bono recibe la certificación “verde” si se dirige a una o varias categorías relacionadas con la preservación del medioambiente, entre ellas la gestión sostenible de los recursos naturales y el uso de la tierra, la reducción de las emisiones atmosféricas, el control de los gases de efecto invernadero, la actividad forestal sostenible, la restauración de paisajes naturales y la conservación de la biodiversidad.

Paneles de bonos en la Argentina

En la Argentina, la Comisión Nacional de Valores (CNV) presentó en 2019 los lineamientos para la emisión del panel de bonos verdes, sociales y sustentables (SVS), con el objetivo de atraer inversores y facilitar su desarrollo. Con asistencia de las Naciones Unidas y la Iniciativa de Bonos Climáticos (Climate Bonds Initiative, CBI), elaboró una guía de consulta pública donde detalla su instrumentación.

De esta manera, el país se sumó a promover las finanzas sustentables, por medio de Bolsas y Mercados Argentinos S. A. (BYMA). “Afianzamos el compromiso con la sostenibilidad y la contribución con el cumplimiento de los ODS. El 2021 fue un gran año y el 2022 comenzó con buenas noticias, que avizoran proyecciones positivas. Celebramos y acompañamos el interés de las emisoras por generar impacto positivo en el medioambiente y la sociedad”, explicó su presidente, Ernesto Allaria.

bonos verdes

Hasta la fecha, la Argentina cuenta con 21 valores negociables que contribuyen a mejorar el medioambiente y problemáticas sociales. Implican más de 12.000 millones de pesos y 660 millones de dólares. Del total vigente, 12 son bonos verdes (tres se emitieron este año), siete sociales y dos sustentables.

“El foco es promover un ecosistema cada vez más sustentable, desarrollar productos y generar actividades de concientización.” Julieta Artal, responsable de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de BYMA.

A su vez, en febrero, se incorporó el panel de bonos vinculados a la sostenibilidad (VS), el primero de este tipo en el mercado nacional, integrado por obligaciones negociables y títulos públicos. Los emisores se comprometen explícitamente a mejorar su desempeño en materia de sostenibilidad en un plazo delimitado.

En este caso, los beneficios de la emisión no están ligados a proyectos sociales o verdes, sino a propósitos generales del emisor, por lo que el uso específico de los fondos no es determinante para su categorización.

Julieta Artal, responsable de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de BYMA, comentó: “El foco es promover un ecosistema cada vez más sustentable, desarrollanr productos y generar actividades de concientización. Comprometidos con el desarrollo de nuestro país, continuaremos trabajando para contribuir a la generación de un impacto positivo, junto con inversores, emisores, reguladores y stakeholders”.

De acuerdo a Artal, la sustentabilidad es un pilar central de BYMA. “Como Bolsa de Valores y miembro de Bolsas de Valores Sostenibles de Naciones Unidas (SSE) tiene el rol de ampliar la oferta y crear las condiciones para la evolución de las finanzas sostenibles. Desarrolla herramientas que dan mayor visibilidad e incentivos para que el mercado crezca, conforme a las mejores prácticas en un entorno de transparencia, competencia e inversión responsable. Desde su nacimiento, se lanzaron productos orientados en esa dirección”, aseguró.

En ese sentido, sumó una nueva especialización en environmental, social and governance (ESG) a su programa de capacitaciones. El curso “El camino hacia una estrategia de sustentabilidad corporativa” se desarrollará este mes, con un enfoque práctico y gran variedad de temáticas.

Leer la nota completa en la edición impresa.

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