La salida de Seguros de Vida ajustables se atrasó por la devaluación
Se trata de los seguros atados a los índices UVA. La nueva Ley de Financiamiento Productivo, sancionada en mayo pasado, habilitó que las pólizas de seguros para casos de muerte y los seguros de retiro puedan actualizarse por el coeficiente de estabilización de referencia (CER) y por otros índices legales. La ley cumplió con la […]

22 Ago, 2018

Se trata de los seguros atados a los índices UVA.

La nueva Ley de Financiamiento Productivo, sancionada en mayo pasado, habilitó que las pólizas de seguros para casos de muerte y los seguros de retiro puedan actualizarse por el coeficiente de estabilización de referencia (CER) y por otros índices legales. La ley cumplió con la aspiración del Gobierno de Mauricio Macri de contar con un mecanismo de ajuste en pesos para desarrollar la creación de instrumentos de largo plazo que se negocien en el mercado local de capitales, al ser las aseguradoras uno de los principales inversores institucionales del país. Por ahora, la abrupta devaluación del peso paralizó todos los planes.

La corrida cambiaria también demoró la salida de las pólizas de seguros de vida atadas a los índices CER y UVA, que buscaba desarrollar el seguro de vida y retiro a largo plazo y el mercado de capitales en moneda local. Algunas empresas estarían dispuestas a emitir estas pólizas, pero se enfrentan con la falta de inversiones con las cuales calzar esas emisiones. En tanto, no encuentran la confianza en los asegurados para comprometerse a índices que podrían llevar a saltos abruptos en el pago de sus pólizas.

“Depende del producto que se está ofreciendo. Si es pura protección, se ajusta la suma asegurada, la prima y listo. En cambio, si se está apuntando a una garantía de rentabilidad, necesitás poder armar estructuras. El mercado está avanzando lentamente. Si el producto tiene un alto componente de inversión y se está dando garantía en variables de ajustes, se necesita calzar tu activo con tu pasivo. Y eso va de a poco, no está disponible”, dijo Fabian Hilsenrat, presidente de Binaria Seguros de Vida y Binaria Seguros de Retiro.

“Es una buena alternativa en la medida en que le puede dar al mercado más posibilidades en lo que se refiere a oferta de productos. Pero tratándose de un producto que tiene reserva matemática, posibilidades de inversión, lo que se necesita son instrumentos que te permitan invertir en ese patrón de ajuste”, agregó el ejecutivo.

Hilsenrat destacó que “la posibilidad de que existan estos tipos de pólizas que ajusten por CER o UVA va a hacer que el mercado sea más completo en materia de oferta. Creemos que de a poco vamos a empezar a ver en el mercado esta oferta”.

En la misma línea, Alfredo Turno, gerente comercial de SMG Life, indicó que, “dependiendo de la vigencia de la póliza, se puede requerir y es importante tener el activo para invertir. Desde el punto de vista del ahorro y tasa que le garantizo como rendimiento mínimo al asegurado, es difícil si las compañías no tienen una herramienta de inversión para tener rendimientos con el asegurado”.

“A veces se complica llegar a la garantía en dólares a las compañías. Es más lógico trabajar en pesos porque es como funciona la economía y los ingresos del 95% de los asegurados. El 4% es el mínimo garantizado, pero las compañías transmitimos más rentabilidad y es cercana a la inflación. La SSN debería revisar la garantía en pesos. En Retiro ya lo hizo hace unos años”, dijo Turno.

En Provincia Vida iniciaron el análisis comercial para actualizar las pólizas por el índice UVA pero, tras la corrida cambiaria, evaluaron que los asegurados no tomarían una póliza atada a valores que no encuentran estabilidad. Diego Echeveste, gerente de Banca Seguros y Productores de la compañía, señaló que “el período para tomar la decisión de avanzar fue corto y no llegamos a continuar analizándolo, nos frenamos con el resto del mercado cuando pasó lo que pasó en los últimos meses. Quizá con un mayor recorrido de tiempo, superado este movimiento financiero, van a volver a tomar auge. Había sido bien recibido por la gente. Es una posibilidad buena que sufrió el tropezón”.

Así es que el plan para adoptar el UVA quedó relegado este año: “A partir de mitad del año pasado explotaron los créditos UVA a nivel bancario y empezamos a verlo como posibilidad. Pero desde principios de este año se revirtió por la corrida. El índice UVA tiene un porcentaje grande de actualización por inflación y, al dispararse, el UVA va para arriba y los préstamos comenzaron a no ser tan convenientes. En la aseguradora tenemos que pensar el cálculo actuarial de todo el plazo del seguro y tenemos que ver que el índice sea sustentable para que en el desarrollo del tiempo pueda funcionar en el largo plazo”, dijo Echeveste.

“Hoy, en general, hacia donde van las aseguradoras es a pólizas en dólares o dollar-linked. Si se amplía a pólizas actualizadas por CER o UVA y la gente toma confianza en esos índices, no nos vamos a quedar de brazos cruzados”, resaltó.

Lo que se ofrece hoy

Todo desajuste por inflación o tipo de cambio conspira contra el desarrollo del seguro de vida, que es una herramienta de largo plazo. En la actualidad, para que el capital asegurado no sufra en forma excesiva frente a la inflación, las compañías ofrecen pólizas que se actualizan por índices que se pactan con los asegurados.

Hilsenrat puntualizó que “ofrecemos productos en dólares en un 95% y en pesos en un 5%, con una mecánica de ajuste automática implícita del 15 o 20%, previamente determinado e independiente de la inflación. En alguna medida, hay una adecuación automática de variación”.

El directivo reconoció que la utilización de pólizas ajustables por inflación corregiría algunos de los problemas que este mecanismo presenta. “Si la inflación es mayor a la esperada se pierde cobertura, por lo que no es 100% eficiente. Y cuando el poder adquisitivo se mantiene constante, este criterio de ajuste podría llegar a sobreasegurar. Por eso lo bueno es que aparezca un índice que permita mantener adecuadamente el poder adquisitivo de la cobertura”, opinó.

Por ejemplo, tras la devaluación, si una persona aseguraba un capital de 300.000 dólares, la cobertura pudo haberse reducido a 250.000 o 200.000 dólares.

“A partir de la devaluación, le transmitimos a nuestros clientes que la realidad es que las necesidades de cobertura y protección van cambiando con el tiempo. Antes de bajar la póliza, ofrecemos continuar con el diálogo que se da al inicio del vínculo y tratar de acomodarnos. Lo maravilloso de los productos de vida es que no son cerrados, uno puede acomodarlos a las necesidades de cada familia si existe alguien que tiene una realidad distinta porque sus necesidades en materia de asegurabilidad han cambiado”, sostuvo Hilsenrat.

Por su parte, Echeveste indicó que tienen un producto que ajusta entre 20 y 30% el capital asegurado en forma fija, una cláusula que se pacta al inicio del contrato según caso por caso. En cambio, la compañía no vende pólizas dolarizadas desde la devaluación de 2014, por el segmento de clase media o media baja que no puede afrontar la suba de la cuota ante una devaluación. “Seguimos en pesos y viendo cómo podemos modificar los capitales sin modificar las cuotas”, puntualizó.

La aseguradora bonaerense también ajustó los plazos. “Hemos ido a productos de menos plazo para cubrir ciertas cuestiones puntuales. En los seguros de vida se puede elegir el plazo o segmentarlo. De esa manera, es una prima más accesible”, señaló el directivo. Sin embargo, mantener el capital asegurado en cinco años y renegociar la póliza es costoso para los asegurados, porque cuanta más edad tienen más cara les sale la póliza.

Turno, a su vez, detalló que hoy venden 70% de pólizas en pesos y 30% en dólares, lo que incluye dollar-linked, es decir, pólizas atadas al dólar pero pagaderas en pesos, para que no se desvalorice la suma asegurada. Para el primer caso, tienen un plan que se actualiza anualmente por el IPC y queda a opción del asegurado contratar ese tipo de actualización o no.

“Al momento de contratar la póliza, el asegurado puede elegir si quiere que se actualice su suma asegurada por IPC para no perder valor de cobertura y durante el transcurso del contrato puede cambiar de decisión”, indicó el gerente comercial.

“Hoy entendemos que, con lo que tenemos, le podemos brindar a los asegurados una cierta actualización de la cobertura para no perder valor”, agregó. Aunque reconoció que el UVA sería algo más acorde a la economía real del asegurado, porque el IPC va desfasado de sus posibilidades.

Un mercado con otras prioridades

Más allá de la utilidad que, llegado el momento, pueda tener la incorporación de pólizas ajustables por UVA o CER, los entrevistados coincidieron en que este no es hoy el factor que puede darle impulso al mercado.

Turno sostuvo que “la realidad es que el mercado nuestro tiene otras prioridades. Un nuevo índice no necesariamente desarrollaría el mercado. Hoy por hoy la gente tiene más miedo a que le cambien los precios que a otra cosa. El gran tema en nuestro mercado es cuándo va a llegar la deducibilidad impositiva. Modificar índices de inflación no va a hacer que el mercado crezca”.

Sin embargo, reconoció que una actualización automática reduciría los costos porque no requiere enviar notificaciones a los asegurados para que se comuniquen con el productor para actualizar la suma asegurada.

Echeveste también señaló que “estamos a la espera de los incentivos fiscales para la deducción de primas de seguros, que le dará un potencial mayor al mercado”.

En cuanto a la incorporación de las pólizas ajustables, el directivo indicó que “todo va de la mano de la situación macroeconómica. La mayor confianza de la gente en el índice de actualización va a ayudar a potenciar el mercado porque quita la incertidumbre sobre cuánto va a pagar y el capital asegurado. Si se consigue vía índices a los que la gente les tome confianza y puedan funcionar, seguramente van a ayudar muchísimo al mercado.

Por lo pronto, se espera un segundo semestre difícil, en el que no abundará la demanda. Podría mejorar en la primera parte del año que viene, cuando se estabilicen la macroeconomía, la inflación y la ocupación. Y persiste la falta de conciencia aseguradora como el mayor desafío para el mercado de los seguros de vida y retiro, que hoy representa apenas un 0,6% del PBI.

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