El futuro de Europa tras el Brexit
Un importante cambio en el escenario internacional El resultado del histórico referéndum pone fin al sueño de la unión continental y provocaría una caída en los niveles de crecimiento económico de los próximos años. También impactará en las negociaciones comerciales que el bloque venía llevando adelante con otras regiones y países. A partir del resultado […]

22 Ago, 2016

Un importante cambio en el escenario internacional

El resultado del histórico referéndum pone fin al sueño de la unión continental y provocaría una caída en los niveles de crecimiento económico de los próximos años. También impactará en las negociaciones comerciales que el bloque venía llevando adelante con otras regiones y países.

A partir del resultado del referéndum por el cual el Reino Unido decidió separarse de la Unión Europea (UE), las proyecciones de los organismos internacionales en torno al crecimiento de la región se redujeron. El Fondo Monetario Internacional espera ahora un incremento del PIB del 1,6% para este año y del 1,4% para el 2017, una corrección a la baja respecto al 1,7% que pronosticaba antes de la votación tanto para este año como el que viene. La decisión del pueblo británico también afectará las negociaciones comerciales que el bloque estaba llevando adelante con otras regiones, entre ellas el Mercosur.

Jorge Remes Lenicov, ex embajador argentino ante la Unión Europea, destacó que “este referéndum acelera la compleja crisis por la que atraviesa Europa. Por un lado, se debilita porque el Reino Unido representa el 15% del PBI de la región. Y esto también hace que el proyecto de tener a toda Europa unida se empiece a terminar, porque queda afuera un país poderoso. De esta manera, se consolida como capital europea Berlín. Pero hay una gran incertidumbre, porque nadie sabe ni puede aseverar cuál es el resultado final desde el punto de vista económico, que depende de que se pueda negociar la salida de la unión manteniendo los contactos comerciales”.

Respecto de las reubicaciones de importantes empresas y bancos, el especialista señaló que “se trata de una posibilidad que dependerá de cómo termine la negociación. Londres es el centro financiero más importante del mundo y los grandes bancos están allí ubicados, por lo que es muy incierto saber qué pasará. De todos modos, ni a Europa ni al Reino Unido les conviene una ruptura y un conflicto mayúsculo. Yo no esperaría una hecatombe, partiendo de la base de que van a hacer una negociación civilizada. Las discusiones entre grandes, que afectan al mundo y a sí mismos, siempre son más prudentes”.

En cuanto a las ramificaciones políticas que el evento puede llegar a tener, Remes Lenicov sostuvo que, “al principio, cuando ganó el Brexit, muchos pensaron que ahora los movimientos políticos autonomistas, como los que se encuentran en Grecia, Austria, Francia, norte de Italia, Barcelona o Escocia, podrían en algún caso forzar más su ida de Europa o de los países hegemónicos. Pero a los pocos días del referéndum, cuando muchos de los que habían votado por dejar la UE pidieron uno nuevo, se fueron calmando estos sectores porque se dan cuenta de que pueden perder haciéndolo. Están ahora a la expectativa”.

“Por otra parte, –agregó– recién a fin de año van a mandar la nota de separación, cumpliendo con los pasos formales establecidos en el artículo 50 de la Constitución, a partir de lo cual hay dos años más de negociaciones sobre las condiciones de separación. Hasta que esto suceda siguen siendo parte de la UE. Es una cuestión complicada para el Reino Unido y para los europeos, por la cantidad de tratados de comercio que tienen con todo el mundo. Muchos querrán revisarlos en tanto que se retira un actor importante. Europa no valdrá entonces lo mismo que antes. Son más chicos. La UE firmó tratados con México, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica, Caribe, Sudáfrica, Turquía, Corea, Mediterráneo Sur y África Subsahariana y está negociando con los Estados Unidos el Tratado Transatlántico.”

El economista Roberto Bouzas planteó, por su parte, que “las repercusiones se darán tanto en el plano político como económico. Desde un punto de vista político, el Brexit constituye un episodio inédito en el proceso de integración europeo y puede generar efectos en cadena en la opinión pública de otros miembros de la UE. Simbólicamente, representa el fin de la ilusión del ever increasing union (unión cada vez más profunda). Desde un punto de vista económico, no hay duda de que afectará especialmente a Gran Bretaña. Los detalles dependerán del acuerdo final, pero es altamente improbable que el Reino Unido mantenga su acceso pleno al mercado comunitario si no está dispuesto a aceptar la libre movilidad de mano de obra y la aplicación interna de la legislación aprobada por los órganos comunitarios. Los países que son miembros del Área Económica Europea, como Noruega, que tienen acceso al mercado común, han debido aceptar la libre movilidad de trabajadores, la adopción de la legislación comunitaria relevante para el mercado único y hacer aportes no despreciables al presupuesto comunitario. Todo esto sin participar, obviamente, en el proceso decisorio”.

Lo que sí cree el analista es que “Londres es un centro financiero clave desde hace dos siglos y es difícil que esta posición se vea afectada decisivamente por el Brexit. La posición de Londres como centro financiero es el resultado de economías acumuladas a lo largo del tiempo que no se borrarán por la pertenencia o no a la UE”.

El economista Luis Palma Cané coincidió en que “el primer y más grave impacto económico del Brexit será en el propio Reino Unido, que en el segundo semestre tendrá sin duda una recesión y se irá recuperando recién en 2017. Eso va a pegar también en la Comunidad Europea, al existir mucho comercio entre ellos. Además, en el Reino Unido y en Europa el mayor problema es la incertidumbre, el principal enemigo de la economía real, por la cual caen las inversiones, el consumo, los precios. Hay que ver cómo es el final de la película. Hoy no están relocalizando nada, todos están esperando las características del convenio final. Angela Merkel y François Hollande encabezaron la posición de la Unión Europea de que se apuren para empezar las negociaciones de su desvinculación. Lo mejor que le puede pasar al Reino Unido, siendo que fue un error histórico haber sometido a referéndum un tema tan importante, es que pueda aspirar a repetir el modelo noruego, que permite el libre comercio y el movimiento de capitales, pero a su vez exige el de personas. Creo que va a terminar en algo de este estilo y así el impacto se irá aliviando”.

En cuanto al impacto político, Palma Cané advirtió que “habrá que manejarlo bien porque se exacerban los partidos euroescépticos, nacionalistas, populistas y xenófobos, que existen en muchos lugares de Europa y que en el Reino Unido son muy fuertes. Por ejemplo, Escocia e Irlanda votaron a favor de quedarse en la UE y ya la primer ministra escocesa, Nicola Sturgeon, dijo que lo más probable es que tengan que hacer allí un nuevo referéndum”.

Un tropiezo para la globalización

El inédito resultado del referéndum en el Reino Unido se suma a las chances de Donald Trump de transformarse en el próximo presidente de la principal potencia mundial, poniendo por primera vez en duda el futuro de la globalización.

Para Bouzas, “la globalización y la creciente integración internacional han tendido a ser vistas como procesos irreversibles, pero esta mirada es completamente errónea. El empuje de la tecnología hacia una mayor integración de los mercados está mediado y debe ser procesado por la política. A más integración más tensión y a más tensión mayores demandas de gestión política. Que dicha gestión resulte en más integración o fragmentación no es algo que pueda anticiparse a priori. La historia no ha terminado”.

Remes Lenicov puntualizó que “existe una visión de repudio a la globalización en Europa, por los grandes problemas que trajo, sobre todo para los sectores medios, que ven que sus ingresos no mejoran, mientras que la riqueza se concentra en favor de los bancos y las multinacionales. Creo que Europa es el lugar más perjudicado por la globalización. El estado de bienestar se está desmantelando, la distribución del ingreso empeora, el crecimiento de la economía se ralentiza y no aumenta la población. De alguna manera, se rompió aquel pacto económico y social de los inicios. El problema que tienen los movimientos antiglobalización es que no logran presentar una alternativa”.

Palma Cané destacó que “la globalización es buena. Está probado que el comercio libre eleva la calidad de vida. Pero si los movimientos nacionalistas y populistas quieren frenar la inmigración, contribuyendo a su carácter proteccionista, racista y xenófobo, se dificultará una mayor globalización. Creo que son expresiones, más que contra la globalización, contra el establishment, cansados de que no atiendan sus necesidades. Pero la solución no es menos unión sino más y perfeccionarla”.

Argentina y el nuevo escenario mundial

El Brexit llega en un momento en el que el país está intentando volver a integrarse en el mundo, no sólo en materia financiera, con el acuerdo con los holdouts, sino también comercial. Por lo pronto, tendrá un impacto inevitable en las negociaciones que se estaban llevando adelante entre el Mercosur y la Unión Europea.

Remes Lenicov indicó que “más de uno ahora evaluará el menor valor de la región europea sin el Reino Unido. Además, Europa estará concentrada en la cuestión británica. Toda turbulencia o incertidumbre internacional es perjudicial para nuestros intereses. En lo inmediato, podría haber, aunque transitoriamente, algún efecto sobre los precios de las materias primas y un relativo encarecimiento del financiamiento, debido a que en momentos inciertos los capitales van hacia las plazas más seguras. Pero esto se irá diluyendo”.

Palma Cané no cree que la salida británica de la UE tenga “mucho impacto a nivel local. Si esto hubiera pasado en los años 30, cuando Inglaterra era el principal mercado de Argentina, hubiera sido más problemático, pero no es ahora el caso. Por supuesto que habría sido mejor que no hubiera pasado, pero el impacto es marginal”.

Según Bouzas, “la Argentina debe buscar integrarse al mundo y aprovechar los beneficios de esa integración. Pero no debemos tener una visión ingenua sobre los beneficios de la apertura y la integración internacional. Estos son contingentes a las políticas internas. Desde hace bastante tiempo el principal problema de la Argentina no pasa tanto por los obstáculos para insertarse globalmente, sino por la volatilidad y el conflicto internos. Aun cuando el contexto internacional sea relativamente conflictivo y confuso, la Argentina tiene mucho para ganar si estabiliza sus políticas internas. Este es el gran desafío de hoy”.

Reino Unido y UE: economías comparadas

Cuadro_Brexit

Fuente: NBS Bancos y Seguros, en base a The World Bank.
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