¿Habrá recuperación en V de la economía?
La recesión se profundizó en el comienzo del año y se pronostica una caída en torno al 4% para todo el 2024. Para algunos analistas se viene un rebote fuerte tras la caída, aunque no todos son tan optimistas.

2 Abr, 2024

A cien días de haber arrancado su mandato, el presidente Javier Milei confía en que, pese a la licuadora y la motosierra, la recuperación de la economía llegará pronto. En concreto, el mandatario apuesta a una recuperación en forma de V: una caída muy pronunciada seguida de un rebote marcado que, aún así, llevaría a que el año cierre con números rojos para la evolución del PBI.

«Nosotros tenemos la esperanza de que sea una V muy acentuada, creemos que, en cuanto podamos tener equilibrado el balance del BCRA, automáticamente abriremos el cepo», dijo Milei en una entrevista.

Tras un verano marcado por la alta inflación, el derrumbe del poder adquisitivo y un comportamiento del dólar mejor a lo esperado, con una reducción de la brecha cambiaria y una fuerte acumulación de reservas de parte del Banco Central, la actividad económica se viene hundiendo.

Los datos de Relevamiento de expectativas de mercado (REM) pronostican para todo el año una caída de la actividad económica del 3,5%, y será peor con respecto a las proyecciones del mes de enero, en donde la caída de actividad era del 3%.

En cuanto a la inflación para marzo y abril, el mercado proyecta una variación mensual de precios de 14,3% y 12%, respectivamente. En los meses siguientes, continuaría la desaceleración: 10% en mayo y 8,5% en junio. Para julio y agosto, el REM espera que continúe con esta trayectoria descendente, con 7,8% y 7%, respectivamente.

Frente a esto, las chances de una recuperación en V parecen demasiado optimistas. La última vez que ocurrió esto en Argentina fue durante la pandemia. Del desplome de la actividad 9,9% en el 2020 se pasó a una recuperación del 10% en el año siguiente.

¿Habrá rebote?

Pese a lo áridos que son los números actuales, algunos economistas comparten la visión de que habrá una recuperación en V.

Uno de ellos es Daniel Artana, director de FIEL, quien lo ratificó días atrás en una entrevista radial: “Vamos a tener un primer trimestre con una caída muy fuerte interanual, el segundo trimestre va a dar un poco menos esa caída porque está la recuperación del PBI agropecuario, pero vamos a tener un semestre bravo”.

“Nosotros creemos que la economía va a empezar a recuperarse a partir del tercer trimestre por varias razones. La cosecha va a ayudar. Ha habido una gran caída en los ingresos de las familias, las jubilaciones y los salarios formales han perdido contra la inflación, y también los informales. Eso ya venía desde mucho tiempo antes de que asumiera Javier Milei, la aceleración de la inflación había complicado a los perceptores de ingresos. Eso se ha superajustado con esta aceleración de la inflación, por lo que en algún momento se debería volver a la normalidad”, señaló Artana.

«Mientras hay cepo, hay desconfianza y las inversiones se siguen posponiendo, y esto tiene costos en el nivel de actividad. Por eso, si se lograra sacar el cepo a mediados de año no estaría tan mal.” Miguel Kiguel.

“Yo creo que vamos a tener un semestre bravo, pero después va a haber una recuperación en estilo V, producto de que la economía, a mi juicio, hoy está sobreajustada en materia de ingresos”, remarcó Artana.

Un análisis similar realiza Miguel Kiguel, director de Econviews. En una entrevista radial puso el foco en el vínculo que hay entre la salida del cepo cambiario y la recuperación de la economía, algo que ya había señalado el presidente Milei.

“En la medida en que haya cepo, la economía sufre. El riesgo de sacar el cepo es que se escape el dólar o que el Banco Central pierda reservas. La contracara es que mientras hay cepo, hay desconfianza y las inversiones se siguen posponiendo, y esto tiene costos en el nivel de actividad. Por eso, si se lograra sacar el cepo a mediados de año no estaría tan mal”.

En Econviews esperan que la actividad encuentre piso entre mayo y junio, y luego tome fuerza para cerrar el año con una caída acumulada de 2,6%. “Esto se basa en que los salarios que cayeron muy fuerte en diciembre de 2023, y probablemente volvieron a perder en enero, deberían recuperar algo de lo perdido cuando la inflación baje —algo que creemos que ocurrirá—. A todo esto viene una cosecha decente, de manera que algo va a derramar en términos de transporte, actividades conexas y, en menor medida, consumo”.

También la consultora FMyA prevé que la salida de la recesión empezará “en el segundo trimestre, cuando las paritarias ya le ganen a la menor inflación, y traccione la cosecha”.

Otras consultoras son más cautas. Para Invecq, “en promedio, el PBI caería 4% durante 2024, aunque con heterogeneidades a nivel sectorial (crecerían aquellos rubros vinculados al mercado externo)”. Y sobre qué tan grande podría llegar a ser, opinó: «Cabe destacar que la caída general podría ser aún mayor, en caso de que un eventual plan de estabilización no tenga éxito, y la actividad no logré repuntar hacia el segundo semestre».

Desde Epyca Consultores apuntaron: «La discusión hoy en los medios de comunicación sobre si la economía rebotará en V o evolucionará en forma de L probablemente se salde a mitad de camino, según nuestras proyecciones: con un rebote lento que no llegará durante 2024 a los niveles de actividad previos a esta recesión».

Cómo juega la inflación

Los números de la gestión actual marcaron una inflación de 25,5% en diciembre, 20,4% en enero y 13,2% en marzo. Si bien la tendencia es descendente, los analistas advierten que esta tendencia podría frenarse parcialmente en marzo, lo que, a su vez, conspira contra una recuperación en V. 

Las correcciones de las tarifas energéticas —fundamentales para lograr el equilibrio fiscal— y de otros precios regulados, como la educación, implicarán unos trece puntos adicionales sobre la inflación general como impacto de primera ronda y, al menos, otros cuatro cuatro puntos de efecto de segunda ronda.

Para Consultatio, “la velocidad de corrección de estos desequilibrios determinará, a su vez, la velocidad de descenso de la inflación, y el Gobierno tiene incentivos económicos y políticos para que el ajuste se realice lo más temprano posible. En este sentido, compartimos la visión del mercado de que difícilmente se retorne a un solo dígito antes de julio”.

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