Este año se cumplieron las expectativas macroeconómicas para la industria. Como se preveía, la solvencia ocupó el eje central en la agenda de las aseguradoras, en sintonía con los lineamientos de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN). Se tuvo que priorizar construir compañías de seguros solventes, con foco en la rentabilidad y la contribución técnica por sobre el volumen de pólizas. Se dejó de lado la visión histórica que sostiene la industria del seguro, acostumbrada a la búsqueda de renta financiera. Una mayor calma de los mercados y baja de la inflación han favorecido que se pueda tomar ese camino correctivo del negocio.
Fue un año difícil, porque nuestra industria, como en cualquier parte del mundo, sigue la evolución económica del país. Si bien bajó fuertemente la inflación, la recesión no ayudó, y eso hizo que tanto clientes corporativos como personas físicas trataran de bajar los costos de sus seguros. En contraposición, nuestra industria necesita recuperar tarifa, algo que fue casi imposible en la pospandemia. Las tarifas actuales son insuficientes técnicamente, con una contribución financiera menor a la inflación. En la otra vía, el consumidor final no está absorbiendo los incrementos de los costos de los seguros, por lo que pide a su productor que consiga precios más bajos, lo que genera una importante rotación de pólizas. En algunos casos, optaron por productos menos costosos, lo que causó un detrimento en la cobertura del asegurado.
La distorsión en la fijación de precios se originó en la pandemia, cuando bajó la siniestralidad. Al reanudarse la circulación vehicular, los costos no pudieron ser absorbidos. Para sostener esta diferencia en las tarifas, las aseguradoras vendimos inversiones para subsidiar a nuestras compañías, con la consecuente pérdida de capital. Al perder patrimonio, la situación se tornó cada vez más compleja.
Los principales estudios económicos proyectan un crecimiento del 5,2% para el 2025. Nuevamente, habrá que seguir cuidando a fondo la solvencia. Quien no lo haga, no pasará del año próximo. Es clave crecer en Riesgos Varios, pero sabemos bien que el escenario ideal es una economía más estable.
Orbis, con una cartera de más de 300.000 vehículos asegurados, es uno de los jugadores más importantes de este segmento en particular. Además, tenemos disponible la mayor parte de las ramas desarrolladas para satisfacer todas las necesidades de nuestros clientes. Por otro lado, estamos entre las primeras compañías de seguros de vida del mercado. Lo mismo sucede en lo que respecta a sepelio colectivo, por lo que vamos a seguir incentivando estos negocios.
Nuestra estrategia continuará impulsando a nuestros organizadores y PAS, con una visión integral de 360° en el negocio. El concepto principal para poder tener éxito en esta tarea estará en el cross-selling: diversificar las carteras de los productores asesores de seguros (PAS), y que se apoyen en herramientas tecnológicas avanzadas. En la región, no se “croselean” las carteras; es una oferta muy baja la de los productos adicionales obligatorios más allá de la ley. Aunque haya una poca penetración de los seguros “No Autos” en nuestro mercado, veremos que, más allá de los pronósticos económicos, hay una enorme posibilidad de negocios en estas coberturas.
El principal desafío para el próximo año es entender que el negocio cambió, y las reglas son diferentes. Van a sobrevivir a la crisis los que hayan podido adaptarse. Hacer las cosas como se venían haciendo sólo agravará el problema.