El principal desafío radica en estabilizar una economía atada con alambre
Mariano Nimo, gerente general de Afianzadora

30 Ene, 2024

El próximo Gobierno tendrá prioridades diversas, aunque entendemos que su principal objetivo radicará en generar condiciones de gobernabilidad para ejecutar sus planes urgentes de estabilización en una economía distorsionada que coquetea permanentemente con la hiperinflación.

Una vez logrado ese objetivo, en base a acuerdos transversales con “la casta”, su fáctica debilidad legislativa será compensada con consensos, negociaciones, concesiones y acuerdos que parecen haber comenzado ya, con un novedoso perfil pragmático del nuevo presidente.

Construido este indispensable requisito de una democracia ya consolidada, pero con ciertos atisbos de debilidad en la gobernabilidad, el desafío será enfrentar una grave herencia, que tendrá ocupada a la nueva administración gran parte de 2024. No se espera un buen pronóstico para el bolsillo del argentino promedio, lo cual pondrá a prueba la paciencia de una sociedad que pasará largos meses sin buenas noticias.

En cuanto a los problemas domésticos, el principal desafío radica en estabilizar una economía atada con alambre, con números sociales y económicos que no se veían desde la megacrisis de 2001.

Sólo algunas de las cuestiones que deberá enfrentar la nueva administración son: déficit fiscal del 5%, precios relativos atrasados, inflación reprimida en un escenario actual del 140% anual, deuda externa en valores récord, riesgo país flotando en 2.000 puntos y limitaciones al financiamiento externo. Además, un mercado interno saturado con deuda indexada, pasivos remunerados (Leliq) que superan el 10% del PBI argentino, reservas brutas negativas —en su récord histórico— y más de 50.000 millones de dólares de deuda de importaciones.

Se trata, sin dudas, de una labor titánica que deberá ser atacada de manera integral y con una coordinación quirúrgica.

En cuanto al sector, somos muy cautelosos en vistas de un 2024 que estará teñido de ajustes necesarios, en búsqueda de bases sólidas para un crecimiento económico sostenible en el tiempo.

El fuerte enfriamiento de la economía, vinculado a un Estado que buscará superávit fiscal con políticas de shock, impactará de lleno en la actividad de Afianzadora como consecuencia de la reducción en la obra pública, principal demanda del sector del seguro de caución en Argentina.

Estas medidas iniciales quitarán flujo a un nicho que depende mucho del Estado y buscará suplir esta falta de demanda con una inversión privada poco afecta a tomar roles protagónicos en momentos de vacas flacas.

Esperamos un 2024 de transición, con la firme intención de detectar las nuevas formas de negocios que traerá la nueva administración. Ajustaremos de la mejor manera nuestros productos para garantizar los contratos que vienen, seguramente vinculados al financiamiento privado.

En Afianzadora continuaremos el plan estratégico quinquenal 2022-2025, con fuerte énfasis en seguir fortaleciendo la solvencia de la compañía a través de resultados técnico superavitarios y políticas de inversiones conservadoras de alta liquidez.

La docencia y capacitación seguirán siendo parte de nuestro ADN, con la Escuela de Caución, que ya cumple 15 años con más de 20.000 asistentes, tanto del ámbito local como internacional, apuntalando la educación financiera.

La consolidación como compañía de triple impacto ya es prácticamente un hecho en Afianzadora, donde el fin económico convive con políticas de impacto social positivo y medidas de cuidado del ambiente.

Se aproxima un año de transición, donde intentaremos seguir de cerca la inflación sin resignar nuestras pautas de suscripción que protegen nuestro capital, y priorizaremos solvencia frente a posicionamiento de mercado.00

Mariano Nimo
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