Se retrasó la contratación de seguros para la campaña agrícola
La alta siniestralidad que se generó en la campaña previa por las heladas llevó a que los contratos se cerraran más tardíamente.

16 Mar, 2024

La campaña 2023-2024 agrícola empezó con muy buenas expectativas bajo un pronóstico climático favorable marcado por el Niño. «Las lluvias son claves para el inicio de las siembras, así como para el comienzo de la campaña de seguros. A nivel de seguros, en la campaña 2023-2024 hubo varios factores que determinaron que la contratación se retrasara —tanto la campaña fina como la gruesa— y se concentrara en un periodo más corto que el promedio de las campañas», señala Juana Capdepont, gerente de Agro-DDN.

Entre las causas del retraso de la contratación de seguros, Capdepont sostiene que “las aseguradoras venían de una campaña 2022-2023 de alta siniestralidad, marcada principalmente por las heladas, que las llevó a cerrar más tardíamente sus contratos con los reaseguros, y generaron oferta de seguros más tarde con limitantes en adicionales de helada (cobertura muy buscada en esta campaña)”.

En ese contexto algunas compañías dejaron de tener la opción de heladas por área; otras, menores cupos para el adicional de heladas general de lote; y otras, con limitantes de montos asegurados por hectárea.

Además, la incertidumbre de las elecciones, sumado a la falta de agua, retrasó las cotizaciones y la decisión de toma de seguro.

“A esto se sumó que las lluvias no acompañaron a los cultivos de la cosecha fina como se esperaba, y llevaron a que se sembraran menos hectáreas en algunas zonas; después de la experiencia 2022-2023 el productor no se animó a sembrar sin humedad en el suelo”, explica. El retraso de las lluvias hizo que se sembraran menos hectáreas de trigo, girasol, maíz temprano, por falta de agua en el perfil, y se pasó a maíz tardíos y soja.

Según los resultados de siniestralidad de la campaña 2022-2023, “hubo compañías que pudieron cerrar contratos de reaseguro con condiciones más favorables y ser más competitivas en tasas que otras, debido a que tenían su mayor producción en zonas que no suelen tomar cobertura de helada y, por ende, tuvieron mejor performance en la campaña”, dijo la especialista.

«Estos tiempos más cortos fueron un desafío, tanto para las compañías de seguros como para los brókers. La gestión de seguros se concentró en dos meses para contactar al cliente, cotizar, negociar, confirmar, pedir la georreferenciación de lotes, la emisión. Se volvieron de suma importancia los mecanismos de controles y eficiencias para evitar futuros errores o diferencias que pudiesen afectar los siniestros».

El contexto político-económico sumó una condición comercial particular a esta campaña que, junto con la concentración de la gestión de seguros, sumó operaciones que se cerraron en dólares y de contado al tipo de cambio oficial previo a la devaluación. Así, el cultivo quedó asegurado en dólares y, en caso de un siniestro, se indemnizará al tipo de cambio del día anterior al pago del siniestro.

“Con una parte de la campaña 23-24 de seguros ya transitada y otra que aún resta por definir, podemos decir que empezó más tarde y más concentrada que lo habitual, con bastante siniestralidad de granizo durante fines de diciembre y principios de enero, un “cuello de botella” en las inspecciones, una siniestralidad de las compañías muy mala en fina y en gruesa aún por evaluar”.

De este modo, “es probable que esta situación lleve nuevamente a prolongar los plazos para que las compañías cierren sus contratos de reaseguros y aumenten las tasas en la próxima campaña”. 

Juana Capdepont
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