El riesgo de vulnerabilidad de la economía es muy alto
Por Mariano N. De Rosa, economista

16 Nov, 2023

Hay dos escenarios posibles en términos políticos. Pero uno solo en el económico; y es bajar el gasto público de manera rápida y lo menos traumatizante posible para la población.

Uno de los temas más importantes a analizar es el sinceramiento total o parcial de los precios de la economía, un tema tabú en medio de la campaña presidencial con mayor inflación anual desde 1989, cuando rozaba el 800%.

Lo más apremiante es cuidar los tres precios relativos de la economía: tasa de interés, tipo de cambio real e inflación. Ya que el desbarajuste existe en las tres variables.

Se deberá unificar la tasa de interés, simplemente porque hay una fragilidad del sistema bancario para sostener el nivel de depósitos con una tasa de interés tan poco atractiva. Esto hace subir todas las tasas de interés, entonces se debería lograr una paridad entre la tasa de interés con la tasa de inflación esperada y con el último dato de inflación mensual anualizado. Pero la tortura no termina ahí, esto debe continuar a una triple paridad, que debe seguir con la tasa de devaluación que viene corriendo, si se mira el dólar paralelo entre un 400% y 500%, como máximo.

Esto ayudaría a equilibrar las variables en el muy corto plazo, que es algo que ya está en un riesgo de vulnerabilidad muy alto. Si se vuelve a un mismo nivel de devaluación como en 2023, tendremos un tipo de cambio de 5.000 pesos en diciembre del 2024. Si no se toma a la economía por las astas y se alinean las variables, los desajustes continuarán licuando el ingreso de los argentinos.

La necesidad de controlar el precio del dólar es fundamental para que no se dispare la inflación. Si no se diferencia entre causa y efecto, es muy probable que sigan los problemas macroeconómicos que no permiten mejorar las finanzas y la liquidez en los próximos dos años.

Por esa razón, hay que dar un mensaje al mercado y no solamente al sistema financiero, sino también al consumidor final o, al menos, al depositante de plazo fijo. Para que esto ocurra, debe restaurarse la unificación en el corto plazo del tipo de cambio. Situación que, si no se flexibiliza, seguirá erosionando el ingreso. Al menos, con un primer paso a un eventual desdoblamiento (bajar a dos tipos de precio del dólar, por ejemplo, sólo contabilizar blue y oficial).

Pero con un tipo de cambio que no debe tener una brecha mayor al 50%, dado que venimos cómodamente desde hace años con brechas superiores al 100% y hoy está en un pico histórico máximo de casi 200%, niveles parecidos a una precrisis de muy alta inflación.

La idea debería ser fortalecer exportaciones para recuperar el nivel de reservas del Banco Central y ajustar las variables que están atrasadas al ritmo de lo que ha sido la inflación real los últimos tres meses. También habría que sumar una acción concreta masiva para el sector privado: bajar la presión impositiva.

La economía debe hacer un sinceramiento que, cuanto más tarde, más nos va a doler. Se necesita un ajuste fiscal sin precedentes en la historia argentina. Tal vez mucho peor que el Rodrigazo, y convenga llamarlo Massaso para no llamarlo Hiper del 24.

Es el momento de mejorar las bases de una economía que desde el 1º de agosto viene acumulando una pérdida del ingreso cercana al 40% y, de mantenerse a este nivel mensual o bajando al 10%, llegaríamos a marzo con una licuación del ingreso del 99,99% nominal.

Mariano N. De Rosa
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