El socio tech: virtudes de un aliado estratégico
En medio de los desafíos que plantea el siglo XXI, superar la barrera digital de la mano de un aliado estratégico se transforma en una ventaja competitiva.
Hombre de negocios sosteniendo un holograma sobre tecnología

5 Ago, 2022
Por Mirco Bombieri, founder & general director de Bombieri

Hacer frente a un mercado que abraza la inmediatez para las soluciones requiere una compleja labor que las organizaciones deben asumir para fidelizar, liderar y estar a la vanguardia. El rol que debe desempeñar el uso inteligente de la tecnología, sin dudas, es fundamental para llegar a buen puerto.

La pandemia potenció este entramado y aceleró significativamente la necesidad de contar con procesos de digitalización, tanto en las grandes empresas como en las mipyme y en los emprendedores. Todos debieron recurrir a soluciones eficientes para responder de mejor manera a la situación. Por momentos, los equipos de TI internos se han visto superados, por lo que ha resultado complejo hacer frente a las numerosas dificultades que se presentaron.

Un reciente estudio de Focus Market, que consultó a 1.264 pymes acerca de cómo abordar las barreras tecnológicas, señala que el 29% de las empresas se muestran resistentes al cambio, el 24% refiere limitaciones en cuanto a costos y sólo el 9% alega falta de técnica o competencia.

El problema cultural en las organizaciones es un desafío y ese casi 30% lo deja en evidencia. Sin embargo, sobre ese 9% podemos decir que, acorde a otros estudios abordados por grandes empresas, como Microsoft, ha aumentado la demanda de servicios tecnológicos, que llegaron casi a un 70% por solicitudes de conectividad.

El tren con las oportunidades no es benévolo y avanza. El modelo PHVA (probar, hacer, verificar, actuar) requiere un dinamismo que, muchas veces, no es correspondido, y el costo por no asumirlo es demasiado alto.

Una vieja frase de la cultura popular como es “El tiempo vale oro” permite reflejar que las organizaciones no pueden ser ajenas a este escenario y deben saber encontrar el camino correcto para encauzar su rumbo.

Es en este momento, donde se aprecia el valor de un socio estratégico de primer nivel en tecnología que brinde soporte, ayude al equipo de IT a superar estas barreras y que genere una sinergia en los diversos sectores de la organización.

Hombre trabajando en tecnología

El crecimiento, y más aún siendo acelerado, vuelve a los procesos más engorrosos o rebuscados, lo que, en consecuencia, da lugar a las gestiones informales. Mecanismos que permiten sortear un proceso complejo de forma más ágil, pero no formal ni estándar. Este modelo se transforma en algo habitual y desconecta las áreas de la compañía, deja ciclos de servicio (para internos y externos) totalmente desalineados. En síntesis, produce una pobre experiencia de clientes.

Esta desconexión entre sectores de una misma empresa produce roces y gastos de energía que, muchas veces, desvían los objetivos organizacionales. Tomar conocimiento de las problemáticas que van apareciendo no es sencillo y tomar decisiones para evitarlas o revertirlas se vuelve casi fundamental.

Ha quedado demostrado que seleccionar correctamente un socio tecnológico, que potencie las acciones digitales de la compañía puede verse como una mirada plus ultra y culturalmente superadora.

Un socio que permita lograr un mapeo simple y claro entre necesidades y tecnología, una mirada aplicada a la realidad, y que se complemente de forma exitosa con el staff tecnológico existente son los factores críticos para evitar caer en tal situación.

Como sucede en el deporte, cada actor cumple un rol y, un este sector, un enfoque que ha dado buenos resultados es cuando el área TI brinda soporte técnico especializado al negocio, y el aliado tecnológico se incorpora para dotar a la empresa con innovación.

El mensaje es claro, y traer a colación una vieja frase de la cultura popular como es “El tiempo vale oro” permite reflejar que las organizaciones no pueden ser ajenas a este escenario y deben saber encontrar el camino correcto para encauzar su rumbo.

Encontrar un aliado estratégico que sume herramientas facilitadoras, desarrollo y formalidad en la gestión es clave.

Share This