La Argentina está sedienta de estabilidad – Gustavo Marangoni, director de MyR Asociaados
La expectativa con respecto al nuevo ciclo está dada porque tanto el sistema político como el régimen económico se puedan oxigenar y obtener el "reseteo" que están necesitando. El propio presidente electo está diciendo que las provincias se van a tener que arreglar con lo que tienen, porque no hay plata. Enviar proyectos de ley y a la vez restringir recursos a las provincias parece dejar pocas alternativas para la negociación.

28 Dic, 2023

La expectativa con respecto al nuevo ciclo está dada porque tanto el sistema político como el régimen económico se puedan oxigenar y obtener el «reseteo» que están necesitando. El país necesita encontrar el camino para superar la década de estancamiento e inflación. Así que la idea es ver que este artefacto que hemos diseñado los argentinos en el 2023 (dirigentes tradicionales para los niveles legislativos y provinciales, pero un outsider para la presidencia de la República) tiene que encontrar un punto de equilibrio.

La prioridad del próximo Gobierno debe estar orientada a la estabilidad. La Argentina está sedienta de estabilidad. Es muy difícil que en un mundo que no tiene inflación nosotros tengamos un nivel de tres dígitos anuales y en ascenso. Así que, sabiendo que no es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana, la idea es que en algún momento del 2024 se empiece a encaminar.

Un tema clave es ver qué herramientas tiene el nuevo Gobierno para asegurar la gobernabilidad en medio del ajuste que pretende instrumentar. Justamente es allí donde uno puede ver la parte más delgada de todo el armado. La Libertad Avanza tiene un bloque de diputados de sólo 38 sobre 257 y 7 senadores sobre 72. Es una estructura muy pequeña que va a tener que construir los números del quorum, que son 129 en la cámara baja y 37 en la cámara alta. De entrada lucen difíciles y más en un contexto de ajuste. A la vez, el propio presidente electo está diciendo que las provincias se van a tener que arreglar con lo que tienen, porque no hay plata. Entonces enviar proyectos de ley y, a la vez, restringir recursos a las provincias parece dejar pocas alternativas para la negociación.

Otro de los grandes desafíos que vienen está vinculado a la grieta. Lo que estoy viendo es que la grieta cambia. Creo que hasta aquí nosotros teníamos como sinónimo de grieta el kirchnerismo frente al antikirchnerismo. Parece que, de alguna manera, la existencia de la Libertad Avanza y el discurso de Milei han instalado, al menos en época de campaña, el antagonismo en otro lugar, digamos: dirigencia tradicional frente a la no tradicional. Pero creo que a partir del 10 de diciembre empezará otra. Hay que ver si, en última instancia, tendremos bajo otro formato, y bajo otros ropajes, el antagonismo más clásico de la historia argentina, que es entre la cultura del peronismo y la del no peronismo (aunque fueron adoptando distintas máscaras a lo largo del tiempo). Creo que lo que viene planteará una nueva modalidad que habrá que ver si es tan áspera como la anterior o tiene modales más suaves.

 

Gustavo Marangoni
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