La crisis económica golpea las carteras de los bancos
Cuatro especialistas analizan cómo se han preparado las distintas entidades para afrontar el contexto actual y sus expectativas de cara al futuro. De acuerdo al último informe del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la morosidad total en el sistema financiero alcanzó a diciembre de 2018 el 2,9%, y marcó el máximo registro desde […]

26 Abr, 2019

Cuatro especialistas analizan cómo se han preparado las distintas entidades para afrontar el contexto actual y sus expectativas de cara al futuro.

De acuerdo al último informe del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la morosidad total en el sistema financiero alcanzó a diciembre de 2018 el 2,9%, y marcó el máximo registro desde febrero de 2010. En lo que hace la financiación al sector privado no financiero, el índice de mora fue de 3,1% frente al 1,8% de diciembre de 2017, lo que evidencia un crecimiento interanual del 72%.

Sin embargo, a pesar de la tendencia creciente en la evolución de la cartera irregular existe un consenso generalizado en el mercado de que estos índices no revisten gravedad ni resultan preocupantes para un sistema financiero que ha aprendido de experiencias anteriores y se muestra sólido y preparado frente a la coyuntura actual.

De acuerdo a Miguel Ángel Arrigoni, presidente de First Capital Group: “Teniendo en cuenta la política que viene llevando adelante el Banco Central en su juego electoralista de intentar tener al dólar controlado, la morosidad en este contexto de tasas altas es insólitamente baja. El 3% de morosidad no existe. Los índices son increíblemente bajos, lo cual demuestra que los bancos no están asistiendo a los grupos de mayor riesgo y también que se han anticipado, han reestructurado, se han movido y han evitado una crisis que debería ser mucho mayor. La lluvia de golpes existe pero el boxeador esquiva muy bien”.

Para el especialista, los bancos han sido muy cautos a la hora de manejar la colocación de fondos y han acumulado un buen volumen de ganancias en los últimos años, que los mantiene solventes y les proporciona cierta tranquilidad. “La banca argentina después de 2002 creo que está mucho más anticipativa con los problemas de las empresas y tiene muy buena cintura para anticiparse a los casos. Hoy en día están en una ecuación óptima para enfrentar una situación que ya debería haber dejado un número de morosidad de un dígito más, por lo menos, y que es asombrosamente bajo para lo que es la realidad económica del país”.

En la misma línea, Hernán del Villar, titular del Estudio Alpha, afirmó: “No había otro camino que el empeoramiento de la mora en un escenario marcado por la recesión, la caída de los márgenes de las empresas y la restricción crediticia, si nos referimos al crédito a empresas. En el crédito a individuos se siente el impacto de la muy fuerte caída del salario real y del empleo. Es más, frente a estos indicadores, al aumento de la mora se lo puede calificar como moderado”.

El especialista destacó que se viene registrando una mayor morosidad en consumo, fundamentalmente en las líneas de mercado abierto, y bajos índices en lo que hace a préstamos hipotecarios. De acuerdo a datos del BCRA, la mora en personas la encabezan los préstamos personales (5,1%) y las refinanciaciones de tarjetas de crédito (3,7%). En el segmento de empresas, Del Villar resaltó un nivel de morosidad más moderado que en consumo, con niveles dispares de acuerdo a la instrumentación del crédito (con o sin garantías) y al sector económico.

Respecto a esto último, Arrigoni añadió: “Hoy por hoy, excepto energía y producción agropecuaria en la zona núcleo, casi todo lo demás está bajo la lupa. Retail, textil, industrial, todo lo que requiere capital de trabajo, que es prácticamente todo, está en la mira dado que una persona que sale a pagar el 70% de tasa de interés es porque no le queda otro remedio”.

La morosidad se viene comportando en forma similar entre los bancos públicos y privados. Gabriela Saavedra, Socia Líder de Servicios Financieros de KPMG Argentina, puntualizó: “En años anteriores los públicos siempre estaban un nivel arriba en cuanto a morosidad. Hoy no es una diferencia significativa. Esto en parte obedece a que los bancos públicos han ido incorporando herramientas de monitoreo para prever mejor la irregularidad de la cartera. También el Banco Central está muy atento con estas entidades”.

De acuerdo a datos del Central, los bancos privados muestran una mayor tasa de morosidad, siendo los de capitales extranjeros los que muestran una mayor tasa de crecimiento. Sin embargo, los mayores índices dentro del sector los evidencian las entidades financieras no bancarias.

Al respecto, Ariel Chirom, analista research de Quantum, destacó: “Las entidades no bancarias, como el caso de las tarjetas de crédito regionales, son las que se están viendo bastante afectadas y ven crecer bastante la mora. Hoy están en un 6% y se encuentran mayormente vinculadas al consumo. Pero no son niveles que comprometan el sistema. Son niveles que por ahora parecen manejables”.

Solvencia aunque con menor rentabilidad

Frente a un panorama de incertidumbre en lo político y de preocupación en lo económico, se aprecia un sistema financiero que ha tomado las medidas necesarias para asegurar cierta tranquilidad en materia de solvencia, aunque los incrementos esperados en la morosidad se verán reflejados en los balances de las distintas entidades.

“La verdad es que los bancos tienen mucha liquidez. Incluyendo las Leliq, poseen prácticamente el 50% invertido en activos líquidos, tanto en pesos como en dólares, con lo cual no se observan problemas de solvencia. Sí es un tema para la rentabilidad porque va a deteriorar los márgenes y, además, es probable que esto recién sea el comienzo. Si no se empieza a observar una mejora en la masa salarial y en el empleo, es probable que siga aumentando la mora. Pero lo que es importante entender es que el sistema bancario está capitalizado”, aseguró Chirom.

Según Del Villar, los bancos vienen trabajando activamente para garantizar adecuados niveles de solvencia, porque tomaron varias medidas, como restricción crediticia, disminución nominal de las carteras de crédito a partir de octubre pasado, cambios en los scoring crediticios y procesos de reestructuración en marcha, de acuerdo a cada caso particular.

“Los cargos por incobrabilidad deberían seguir aumentando, lo que implicaría un factor negativo en términos de rentabilidad, pero sin una gran significación. Los cambios en el margen financiero seguirán siendo los que determinen la evolución de la rentabilidad de la banca. En materia de solvencia, con un nivel de previsiones sobre cartera irregular que supera el 100%, el impacto sobre la solvencia de las entidades tampoco debería ser significativo. Posiciones de capital que superan el 80% marcan una buena situación actual de la banca en términos de solvencia”, explicó el especialista.  

El economista agregó que la situación actual del sistema difiere ampliamente del escenario de finales de los 90, donde el previsionamiento de la cartera irregular era de la mitad, la rentabilidad era menor y el descalce de monedas era claramente superior.

“Hoy la realidad es distinta. Los bancos están más sólidos, menos expuestos y tienen más pierna pero, como refiere el dicho, ‘no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista’. Si se sigue insistiendo con la política financiera que tenés hoy, van a seguir cayendo empresas y, a la larga, van a caer los bancos. En el corto plazo no veo problemas pero en el mediano y largo lo veo complicado si esto se prolonga”, agregó Arrigoni.

Saavedra coincidió en que las entidades mantienen una posición holgada, muy distinta a la de épocas anteriores, y se encuentran atentas a la evolución de la irregularidad en sus carteras. “El Banco Central hace cada semestre un análisis de sensibilidad. En el último análisis lo que se ve es que el impacto de este aumento de riesgo de crédito no sería significativo. Claramente, los bancos están atentos a esta situación de mayor nivel de mora y mantienen una posición holgada en cuanto a previsiones, y hay una trabajo también del Central en materia de regulaciones para asegurar esta solvencia”.

Un incremento sostenido de la morosidad

De acuerdo a los distintos especialistas consultados, las proyecciones para este año contemplan un incremento gradual pero sostenido en la cartera irregular de los bancos, estiman un incremento parejo de la mora tanto en individuos como en empresas.

“La situación no va a ser buena durante todo este año. Se deberían superar los niveles de mora de 2009, que llegaron al 3,5%. Igualmente, se debe tener en cuenta que la banca argentina venía con un nivel de mora por debajo del promedio mundial. Por ejemplo, el promedio de cartera irregular en Latinoamérica se ubica un poco por encima del 3%. Recién cuando se note una recuperación más clara de la actividad y de los ingresos reales de la población se verá una mejora. Debemos esperarla para 2020”, detalló Del Villar.

En línea con el especialista, Saavedra espera un incremento en la mora y destaca un mayor crecimiento en el segmento comercial a partir del último trimestre. “La tasa de interés es claramente un factor importante en todo esto. El nivel de tasas que tenemos en el mercado hoy implica para las empresas una restricción y afecta la evolución del crédito. En la última información disponible que tenemos, la evolución de la cartera de crédito disminuyó respecto a diciembre un 3%, que es una tendencia. Y, así como afecta desde el lado de las empresas en su restricción para obtener financiamiento, afecta desde el lado de los bancos a la hora de otorgar créditos con un nivel más alto de morosidad, lo que lleva a que sean más cautelosos”, añadió.

Chirom coincidió en que, de continuar con la actual estrategia monetaria por parte del Banco Central, es de esperarse una mayor morosidad de cara al futuro: “Desde ya que el aumento de la tasa de interés genera un efecto doble sobre la morosidad. Por un lado, hay que destinar una parte más grande de los ingresos para afrontar las obligaciones y, por el otro lado, genera el racionamiento de crédito. Los bancos tienen menos incentivo para prestar en este contexto cuando tienen una tasa de Leliq con una rentabilidad bastante alta”.

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