La economía global, entre la baja de la inflación y el riesgo de recesión
En la pandemia, los países salieron a emitir para evitar que la economía se derrumbara. Esto desató una suba global de la inflación que ahora se busca combatir con alza de tasas, lo que impacta sobre la actividad.

5 Sep, 2023

La política que la mayoría de los países desplegó durante la pandemia fue la de una fuerte emisión monetaria, lo que se reflejó en un exceso de liquidez a escala global. A partir de fines de 2021 el impacto se verificó en los índices de inflación que comenzaron una escalada, en los Estados Unidos, por ejemplo, estuvo al borde de alcanzar los dos dígitos a nivel interanual. Inflación acicateada, además, por el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, ambos productores de commodities fundamentales, como los alimentos y la energía.

La Reserva Federal (FED) aceleró sus políticas contractivas y llevó la tasa de interés de los bonos del Tesoro hasta un 5,5%, el nivel más alto desde el año 2001. El directorio de la entidad, además, no descartó volver a incrementar la tasa en 0,25 puntos adicionales en septiembre.

La decisión se produjo cuando los resultados de esa política monetaria contractiva ya se habían reflejado en una marcada desaceleración de la inflación interanual, que en junio de 2023 marcó un 3% (4,8% sin tomar en cuenta energía y alimentos). Sin embargo, esa medida todavía no impacta en los niveles de actividad y empleo de la economía norteamericana.

Las raíces de la inflación y su desaceleración

Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE), en diálogo con NBS indicó: “La inflación es un fenómeno del mundo occidental. En la República Popular China no hay inflación, sino algunas señales de deflación, sobre todo en actividades industriales y de alta tecnología. De modo que la tendencia a la inflación no puede tomarse como algo de lo que participa toda la economía mundial”.

Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, destacó que, en vez de revertir esa política, los bancos centrales la siguieron: «Cuando apareció la inflación creyeron que no sería tan grave, cuando empezó a ser grave dijeron que iba a ser cortita. Por supuesto, terminó ocurriendo que no paraba más y, en el caso de Estados Unidos, superó el 9%. Por suerte no llegó a dos dígitos. En la eurozona superó el 10% y, menos mal, se avivaron y empezaron un ajuste monetario en 2022”.

«No hay riesgo de recesión porque es una inflación generada por exceso de emisión durante la pandemia. Cuando se normalice, la inflación va a caer sin afectar la actividad.” Jorge Colina.

Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, señaló que la desaceleración se explica porque “las política monetarias contractivas han empezado a surtir efecto y, por otro lado, un factor que la había motorizado, como el aumento del precio de la energía, ha dejado de estar presente y ha habido una baja”.

Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), manifestó: “Los americanos, ya desde la década del 80 cuando tuvieron una inflación del 17% anual, quedaron muy temerosos. Paul Volcker, cuando en los 80 subió las tasas a niveles muy altos, decía que el costo que puede tener una alta tasa se justifica porque la inflación implica ‘el rompimiento del contrato social’. Las personas empiezan a perjudicarse entre sí. No pagan para especular, suben los precios y nadie sabe a cuánto. Van a hacer lo que sea necesario para controlarla”.

Para Abram, la desaceleración tiene mucho que ver con el precio de los alimentos: «Cuando hay una depreciación del dólar, que es la moneda con la que cotizan todos los bienes y servicios comerciales, suben estos bienes que se pueden exportar. Cuando hay exceso de liquidez en los países desarrollados, los rendimientos pasan a ser ínfimos, entonces, ¿qué hacen los inversores? Buscan países con más riesgo, economías emergentes, pero también con mejores rendimientos y empiezan a financiar la demanda de los países que nos compran a nosotros, básicamente los más pobres”.

¿Amenaza de recesión global?

Para Jorge Colina no hay riesgo de que se llegue a una recesión global. «No hay riesgo de recesión porque es una inflación generada por exceso de emisión durante la pandemia. Cuando se normalice, la inflación va a caer sin afectar la actividad”.

Para Jorge Castro, “el caso de la Argentina es aparte porque es el único país que tiene una tasa de inflación del 120% anual y que está en el orden del 7% mensual». A eso añadió: «El resto de los países de América Latina tienen equilibrio macroeconómico y no tienen inflación”. Además, explicó: “No impacta de manera directa en la Argentina porque está ajena al sistema financiero internacional. El único impacto que puede provocar es lo que suceda con el precio mundial de las commodities”.

Aldo Abram destacó: «Para Argentina, todo lo que nos jugó a favor en 2021, y la invasión rusa a Ucrania (que nos sacó dos competidores importantes), permitieron que nuestros precios permanecieran altos hasta mediados del 2022. Ahora nuestros precios van a seguir bajando, en tanto y en cuanto el dólar se siga apreciando y la liquidez sea escasa y deje de financiar. Esto hace que los inversores busquen lugares más seguros que, claramente, son los países desarrollados que dan un poco más de rendimiento. Entonces prefieren invertir allá que financiar la demanda interna de, justamente, los que nos compran”.

Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento Estratégico. Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso. Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía. Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino.
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